PREVIA

El cóndor llega a Bilbao: Roca Rey, contra todos y contra él mismo en un puerto de primerísimo orden


miércoles 24 agosto, 2022

Tras varios años sin verlo en la Semana Grande, el Cóndor de los Andes vuelve a Bilbao por agosto para seguir escribiendo su historia en esta plaza.

Roca Rey
Roca Rey en Bilbao. © Joserra Lozano

Llega la cita de Roca Rey en Bilbao: hasta en dos ocasiones estará un Roca Rey que este 2022 está tirando del carro junto a un Morante de la Puebla que va camino de llegar al centenar de festejos en esta temporada post pandemia. El torero limeño ha puesto la sexta marcha en un verano en el que está siendo el verdadero ciclón del toreo, ese que tarde tras tarde consigue atraer por igual tanto al gran público como al aficionado.

Andrés es base del abono con tres tardes, dos en agosto y otra en la reapertura de la plaza, por lo que la presión recae en sus espaldas. El jueves 25 está anunciado junto a dos máximas figuras del toreo como son Julián López ‘El Juli’ y José María Manzanares, los toros serán de una de las divisas con más vitola del campo bravo, Victoriano del Río. Su segunda tarde será 24 horas después ante los toros salmantinos de Puerto de San Lorenzo en un cartel junto a Morante de la Puebla y Paco Ureña.

Roca Rey tras superar una lesión que le hizo cortar la temporada en julio de 2019 y acusar la inactividad de la pandemia comenzó 2022 como un cohete. Con un concepto más definido gracias a los consejos de uno de esos apoderados que suman más que restan, ha evolucionado notoriamente en su toreo puliendo esos defectos que le frenaban en su progresión. Fruto de ello son tardes en la que su rotundidad como torero fue palpable por todos. Arles y Málaga han sido posiblemente las dos tardes más rotundas de su temporada, una fue en mayo con dos toros de vuelta de La Quinta y la otra en Málaga donde cuajó a un toro de vuelta de Daniel Ruiz.

Bilbao, por tanto, espera ver al mejor Roca Rey, ese que se crece cuando la exigencia se hace presente. Ya en Madrid rozó la puerta grande hasta en dos ocasiones y ya en Bilbao en junio paseó una oreja de cada uno de sus toros de Jandilla en una tarde en la que siguió sumando adeptos a su causa. Andrés sabe que su valor a prueba de bombas llega con rapidez a los tendidos, pero también es consciente que para marcar época tiene que conseguir llevar su toreo a cotas que están fuera de la explosividad de las manoletinas o el pase por la espalda. Y ese paso más lo está consiguiendo (se vio hace unos días con un toreo excelso al natural en La Malagueta).

Siempre se ha dicho que Bilbao es la plaza más equilibrada del toreo, esa que reúne las virtudes de La Maestranza y Las Ventas, esa que tiene un concepto propio, una forma de ver los toros respetuosa y diferente a todas. El aire del norte marca, esa arena oscura, ese toro serio, pero con armonía, una plaza con equilibrio y en la que Andrés se mueve como pez en el agua. El peruano sabe de la exigencia de un palco que no cambia en toda la feria, algo esencial para mantener un criterio, ya sabemos que cuando más de uno se sube al palco el castillo de naipes se tambalea.

Tras varios años sin verlo en la Semana Grande, el Cóndor de los Andes vuelve a Bilbao por agosto para seguir escribiendo su historia en esta plaza. Cuatro toros de dos hierros con vitola, Domecq con un goterón de Atanasio vía Bayones y Atanasio-Lisardo. Victoriano del Río y Puerto de San Lorenzo son su apuesta. Bilbao lo espera y él lo sabe, tras un puerto de primera como fue Málaga ahora toca uno de categoría especial como es Bilbao. El triunfo sin exigencia es como el vino con agua, se acaba diluyendo, y Andrés lo sabe, de ahí que se haya preparado a conciencia para estas 48 horas.

La televisión estará presente en ambos carteles, gracias a ello un gran número de aficionados -que no puedan acudir a Bilbao- podrán ver in situ si en Bilbao llega ese golpe sobre la mesa que tanto busca en esta plaza el peruano. Estará acartelado con cuatro toreros que ya saben lo que cortarle las dos orejas a un toro en esta plaza, sin ir más lejos en 2019 Paco Ureña paseó nada más y nada menos que cuatro. Si ya es difícil dos en un toro… El cóndor llega a Bilbao: Roca Rey, contra todos y contra él mismo en un puerto de primerísimo orden.