En el mundo del toreo hay un sin fin de historias que en la mayoría de ocasiones quedan guardadas en un cajón, vivencias entre los matadores de toros y sus cuadrillas que valdrían para escribir un libro. Pero también hay otras que salen a la luz al pasar de boca en boca al ser contadas por sus protagonistas. Algunas de ellas están publicadas en el libro Historias del toreo que nunca te contaron, ese donde Paco Aguado cuenta episodios históricos, llenos de datos y de enfoques inéditos que pertenecen a testimonios privilegiados y poco frecuentados de cada época.
Un libro que recoge una época muy distinta a aquella que vivimos actualmente. El toreo, como la sociedad, ha ido evolucionando paulatinamente, perdiendo esta gran parte del romanticismo que tenía antaño. Pese a ese cambio todavía hay toreros que tienen mucho que contar, matadores de toros que se abren en canal cuando aquel que les entrevista sabe tocar las teclas correctas para que el protagonista se abra en canal y cuente cosas fuera del sota, caballo y rey. Una de ellas fue la realizada por Jesús Bayort a Morante de la Puebla en la que el cigarrero contó los problemas de salud por los que ha pasado durante los últimos lustros.
Otras de las entrevistas que han causado impacto -por el contenido de la misma- entre aquellos que pudieron leer la entrevista fue la realizada por Charo Pérez a Andrés Roca Rey, máxima figura del toreo y un icono para esa juventud que se acerca masivamente a los toros. En la misma el peruano habló de Roberto Domínguez, apoderado de este durante cuatro años, y de ese camino que emprendió junto al vallisoletano.
Muchas fueron las preguntas que se hicieron los aficionados al conocer el final de este ciclo que ambos compartieron, ese donde se vivieron momentos duros, pero también otros felices donde Andrés pudo cumplir varios de sus sueños. Un matador de toros que consiguió traspasar las fronteras de lo estrictamente taurino al convertirse en el protagonista de la película Tardes de Soledad del director catalán Albert Serra. “¿Es cierto que su relación de apoderamiento con Roberto Domínguez llegó a su fin por este documental?”, preguntó la compañera de ABC en un fragmento de la citada entrevista.
“No. Voy a contarle la historia de verdad” respondió de forma tajante el espada limeño. «El maestro siempre me apoyó y me aportó muchísimo. Él no tenía necesidad económica de estar conmigo. Tiene sus hijos, le gusta viajar y su compromiso fue un compromiso con el toreo” respondía antes de contar el momento exacto en el que el espada vallisoletano le hablo del fin de la vinculación entre ambos.
“Hace un año estábamos en La México, donde me había dejado un toro vivo. Es la vez que más gente me ha ido a ver y la que más dolido he salido de una plaza, con una impotencia brutal”, explicaba Andrés. “Al día siguiente, me dice: “Ahora mismo te has dejado un toro vivo y estamos en la mierda. Cuando subas otra vez y estemos arriba, me voy”. Hablamos después de la temporada, siempre muy respetuosos, y le dije lo de aquel momento. Se acordaba perfectamente y nos dimos un abrazo. Fue un momento duro, como toda relación que se termina, pero a la vez con una sonrisa por todo lo conseguido. El maestro siempre se va a alegrar de lo bueno que me pase”, acabó comentando sobre un tema que únicamente ambos sabían.