Son muchos los espadas que están, en este mes de febrero, sumando festejos al otro lado del charco antes de poner rumbo a España para torear ferias como Illescas, Olivenza, Valencia o Castellón. Uno de ellos es Andrés Roca Rey, la máxima figura del momento, que actualmente se encuentra en tierras mexicanas para afrontar los compromisos del 15 de febrero en León y el 16 del mismo mes de Guadalajara.
Han pasado más de 10 días desde su actuación junto a Joselito Adame y Arturo Gilio en la Monumental Plaza de Toros México coso donde se entretuvo en pasear cuatro orejas y un rabo de toros de Xajay y ya tiene la mirada puesta en su siguiente compromiso. En este impasse entre festejo y festejo, también ha tenido tiempo para tentar en vacadas como Villa Carmela o Corlomé, esta última con una procedencia muy particular.

Se trata de una ganadería entroncada en la sangre Gamero-Cívico un encaste no muy extendido en México. La vacada Corlomé fue fundada en 1938 por Don Manuel Cortina Rivas y don José Cesáreo Lomelí Ponce tras adquirir un centenar de vacas de Matancillas y dos sementales de La Punta. Años después de la disolución de la sociedad -ya en manos de la familia Lomelí- se tomaría la decisión de refrescar la ganadería con un semental del Conde de la Corte acudiendo a la finca extremeña para traerse uno de sus toros como raceador.

Sería a mediados de los años 70 cuando se optó por adquirir vacas y semental de José Julián Llaguno, puro encaste Saltillo vía San Mateo y Mimiahuápam esos a los que se le añadiría otro semental español perteneciente a la vacada de Graciliano Pérez-Tabernero a finales de los 90. Pese a tener dos ramas ganaderas distintas estas nunca se han cruzado preservando así ambos encastes dentro de la Hacienda La Paz en Ojuelos, Jalisco.
Como recalcamos antes es una ganadería por donde ha pasado recientemente un espada peruano que colgó en sus redes sociales varias fotografías tomadas en esta particular vacada mexicana. Un espada que pudo probar el momento por el que pasa un hierro que sigue trabajando para anunciarse en las primeras ferias del país. Amén de poder torear diferentes animales también conoció por boca de sus ganaderos la historia de un hierro con más de 80 años de antigüedad.
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