El Ayuntamiento de Pamplona, a través de sus perfiles oficiales en redes sociales, lanzó el pasado miércoles 25 de junio la cuenta atrás para el Chupinazo con un vídeo protagonizado por figuras reconocidas de la ciudad. Sin embargo, resulta sorprendente que en esta celebración previa no aparezca ni una sola referencia al auténtico motor de las fiestas: el toro. Ni el encierro ni la corrida figuraban en el vídeo, que daba total visibilidad a las peñas, los cabezudos y el ambiente festivo en las calles.
Llamaba la atención —aunque no tanto, si se considera quién gobierna en Pamplona— que en ninguna escena del citado spot se hiciera mención al elemento que realmente define la esencia de San Fermín. Un detalle significativo que, en medio de tanto entusiasmo, parece olvidar el corazón mismo de la fiesta. Un gesto que apunta hacia ese nuevo modelo que dejaría a la capital navarra sin su bien más preciado: el toro bravo. A raíz de esta publicación, han sido numerosos los mensajes en redes sociales criticando lo que muchos consideran un ‘patinazo’ del Ayuntamiento.
“Nunca está de más recordar este vídeo. Al Ayuntamiento de Pamplona parece que se le olvida: sin corrida no hay encierro, sin encierro no hay fiesta, sin fiesta no hay gente, sin gente no hay dinero. En resumen: sin toros no hay nada. Cualquier otra duda, aquí me tenéis”, escribía recientemente en sus redes sociales el matador de toros Román, anunciado el próximo 8 de julio junto a Antonio Ferrera y Víctor Hernández.
Un espada que nunca se ha guardado nada, tanto en el ruedo como fuera de él. Un torero que alzó la voz en redes sociales cuando sintió que se ninguneaba al toreo y a su persona. Por todo ello, no extraña que se pronuncie ahora ante el atropello llevado a cabo por un consistorio que parece haber olvidado las señas de identidad de su ciudad, esa que vive sus fiestas en torno a su patrón, San Fermín, y al toro.
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Hablar de Román es hacerlo de uno de los toreros más carismáticos del escalafón, uno de esos espadas que conectan con el público desde la verdad y el compromiso. Su temporada 2025 está siendo una confirmación de madurez. Ha triunfado en plazas de máxima exigencia como Valencia, Sevilla y Madrid, con los encierros de La Quinta, Fermín Bohórquez y Fuente Ymbro, cosos donde llegó a tocar pelo tras faenas de distinto calado. El valenciano no es un torero de paso: es de los que se ganan cada contrato a base de entrega y pundonor.
El próximo 8 de julio volverá a pisar el ruedo de Pamplona con la corrida de Cebada Gago, un hierro que conoce bien y al que ya le cortó una oreja en la pasada Feria del Toro de 2024. Román sabe lo que significa triunfar en San Fermín y llega con el hambre de quien quiere más. La afición pamplonesa, que valora la actitud de toreros como él, volverá a tener delante a un matador que nunca se guarda nada, un espada que ha sabido conectar desde el principio con aquello que reclama una afición tan singular.
