La segunda Gira de Reconstrucción está paralizada, y aunque ha anunciado en Zafra sus dos primeras tardes el próximo jueves y viernes, todo aquel que conozca el sistema taurino sabe que en 24 horas es capaz de cimentarla y sacarla a la calle en su integridad. Entre la duda de lo que se podrá dar o no, entre la incertidumbre de los aforos que el mes de mayo permitirán las Administraciones y también entre ciertas críticas internas de que organizar una Gira en los meses de junio y julio puede quitar apoyo televisivo a otras Ferias consolidadas en España como Burgos, Zamora, Alicante, Plasencia, Soria o Badajoz y, más allá de los Pirineos (con Arles y Nimes ya celebradas), a Istres, la pretensión del Gabinete de Crisis es poner en marcha esta segunda Gira de Reconstrucción no fuera de temporada (como el año pasado) sino en plena campaña taurina. Suena inoportuno. Suena a matar a la recién descubierta gallina de los huevos de oro.
Además de lo que se sabe, José María Manzanares habría dado el paso adelante con su tierra, una provincia taurina por antonomasia y en la que en el año 2019 se recuperó una plaza de toros que es todo un emblema en las últimas décadas: Villena. Allí compartiría cartel con Francisco José Palazón. Otro mano a mano entre Juan Ortega y Ángel Jiménez con una corrida de Sorando también estaría en el aire, a falta de últimas negociaciones, mientras que otro de los toreros que estaría presente en esta segunda Gira sería Juan Mora, que aún no habría escogido matador para el duelo de cuatro astados. Suena también la inclusión de cuatro corridas de las denominadas “duras”, en las que entrarían toreros como Javier Castaño -que esta temporada cumple 20 de matador-. Entre ellas, se incluirían los hierros de Pedraza de Yeltes y José Escolar en firme, y Celestino Cuadri en duda por la corta camada que posee esta campaña.
Ahora es el momento de plantear un doble interrogante: ¿A quién beneficia este esquema y a quién se lo rompería? Beneficia, sin duda, a todo aquel que quiere seguir agazapado; a quien no tiene ninguna intención de arriesgar su dinero para proponer novedades; a quien ha visto el país de Jauja en el altruismo de los profesionales para llevarse -por hacer cuatro llamadas- lo que una gran parte de los trabajadores de este país ganan en medio año; a los que no quieren que nada cambie en el sistema que han aprendido a gobernar sin pegar un palo al agua.
¿Pero qué les rompería a los empresarios de Ferias como Burgos, Zamora, Alicante, Soria o Badajoz y, en Francia, con otros seriales como Istres? Volvamos al titular y comprendamos la respuesta. Pues eso.
Vamos a explicarle a Alberto García que si quiere que renazca Burgos tiene que olvidarse de Movistar porque la plataforma ha metido su pasta en desandar el camino andado. Y no, está claro que no coincidirá la supuesta segunda Gira con otros festejos ni tapará a las Ferias, pero sí hace que se sigan comiendo los recursos televisivos que ahora hacen falta en festejos con mucha menor categoría que la que ostenta una plaza de segunda.
Digámosle a Carlos Zúñiga que en Zamora se va a tener que buscar la vida para promover la feria rematada que tiene en la cabeza y que debe hacer el pino puente con los horarios para buscar la comodidad del espectador que debe sustentar este espectáculo porque la forma en que puede ayudar el sector de hoy desvía los recursos más importantes de que goza en festejos que no tienen atractivo alguno en el marco de una temporada que pretendemos que sea cada vez más normal.
Vamos a explicarle a Nacho Lloret y a Simón Casas que se están batiendo el cobre en Alicante con la amenaza de los antis para que la tele que ayudaría a cuadrar las cuentas se vaya a un gache para ofrecer cuatro toros y 85.000 euros a repartir. O a Carmelo en Plasencia. O a la FIT en Badajoz. Vamos a contarle a Bernard Marsella, que lleva vendiendo abonos en Istres desde principios de año y que ha conseguido la confianza del aficionado para asistir a su feria, que el sector va a poner el foco en cuatro chotos en Villatempujo… otra vez convirtiendo en basura lo que sirvió en un primer momento como una fantástica idea.
El hombre es el único animal de la tierra que tropieza dos veces con la misma piedra, y en este caso puede que en menos de dos semanas, porque catorce días más tarde de que la Fundación anunciase una Liga nacional de Novilladas que no contará ni con Villaseca, ni con Arnedo, ni con Calasparra, ni con Arganda, ni con Algemesí, ni con Villa del Prado, ni con Cadalso de los Vidrios (por el momento, aunque hay predisposición de conversaciones según ha podido saber este medio), vuelve a romper esquemas (y huevos) en una segunda parte de la Gira de Reconstrucción que se celebrará en pleno volcán de la temporada y con grandes Ferias en marcha.
¿A quién benefician 300 personas en un gache con el apoyo televisivo cuando, si el año próximo las cámaras no están, todo el toreo sabe que no se celebrará ese mismo festejo? ¿Por qué no acentuarlo en las plazas de provincia que esos días pueden abrirse varios días con abono? ¿Por qué tirar de lo «público» -entiéndase el concepto en cuanto a gran cantidad mal invertida se refiere- cuando se puede fomentar la iniciativa privada (de las empresas gestoras de cosos de segunda a finales de junio)? Al final, esa es la práctica de la izquierda más rancia y sin soluciones: gasto desmesurado, no apoyo a la iniciativa privada sólida y castillos en el aire que en 2022 se derrumbarán. Porque si acostumbras a la gente a darle la sopa boba conseguirás que dependa de ella para que tú sigas gobernando su voluntad por los siglos de los siglos. Pero no tendrás un futuro que dure más allá de ti mismo…
No podemos hipotecar el futuro sólo con montajes que pueden resultar volátiles. No podemos lanzarnos al barro con ton pero sin son. No podemos permitirnos olvidar lo que ya está crecido pero la falta de irrigación puede hacer que se seque. Si vamos a apostar todos unidos por este futuro debemos hacerlo con sentido: apoyando las ferias de junio que deben darse como Alicante, Plasencia, Burgos, Zamora, Badajoz, la aplazada Magdalena… y Fallas, haciendo que esos abonos pierdan los menores festejos posibles respecto a 2019. Haciendo que la Gira de Reconstrucción sea en esas plazas justo en la época en la que tienen que dar toros. Y apoyando la solidez del sector, que no se logra -ni mucho menos- repartiendo veinte veces 85.000 pavos por festejo.