CULTORO
Rubén Pinar llega de triunfar en la feria de Albacete tras dos tardes en las que salió a hombros. Un torero joven, con diez años de alternativa y que con esfuerzo y progreso ha conseguido el respeto de la afición. Mañana 12 de octubre, Día de la Hispanidad, será el encargado de abrir cartel y nos atendió en el centro de Madrid a pocos días del compromiso. Habla durante la entrevista en plural, es agradecido con todos los que le han ayudado en esta travesía del toreo y no le importa coger el coche desde Tobarra (Albacete) y plantarse en la Plaza de Colón solamente para atendernos y que el aficionado lo conozca un poco más.
Acabar temporada un 12 de octubre siempre es buena señal y más en Madrid.
«Sí, para mí es una oportunidad extraordinaria y si salen las cosas como pensamos que pueden salir será el broche a una temporada en la que hemos escalado bastantes posiciones y esperamos que todo ruede. Madrid es muy difícil pero llegamos con la moral por las nubes y a la vez responsabilizados con lo que supone Madrid».
Es una fecha complicada porque llega al final pero a la vez puede ser muy buena sobre todo mentalmente para pasar un buen invierno si las cosas salen bien.
«Así es, Madrid es complicado pero si las cosas salen bien pues el invierno será más tranquilo y sabiendo que el deber se ha hecho. La tensión y la responsabilidad es muy grande pero sueño que cuando me quite el traje de torear esa noche en el hotel pueda tener la conciencia tranquila por el trabajo bien hecho. Sueño con ese triunfo tan ansiado que deseamos todos los toreros.»
Estás echando unos años en los que se ve a un Rubén Pinar en crecimiento, dando la cara y como se diría, que progresa adecuadamente.
«Estamos haciendo un buen trabajo que aunque sea lento se van viendo los resultados año tras año. No retrocedemos y eso es importante, ahora falta dar un puñetazo en la mesa y ese golpe tiene que ser en Madrid que es la que te abre las puertas de todo el circuito taurino. Estamos matando corridas de las más duras que no están facilitando el triunfo pero son las ganaderías que nos ha tocado lidiar en las plazas más importante del mundo y la clave es que no hay que rehuir de Madrid. Tras un triunfo en esta plaza conseguí captar la atención del aficionado y sigo aquí gracias a Madrid. Nunca he puesto ninguna pega en venir a Madrid sea cual sea la ganadería y no podíamos decir que no. Tenemos la meta del 12 de octubre y hay ganas».
¿Te da miedo encasillarte?
«Sí, la verdad es que me da miedo encasillarme. No es fácil ese tipo de corridas y siento un poco de miedo. He tenido la oportunidad esta temporada de matar corridas duras y de las que llaman comerciales y la gente me ha visto triunfar, han podido apreciar que soy un torero más largo de las corridas duras. Si tengo que matar ese tipo de corridas las mataré pero sí que me gustaría que mi tauromaquia fuera extensa y que mi toreo pueda rayar a gran nivel como he demostrado y no desmerecer con todo tipo de toreros».
Partido de Resina es dura.
«Sí, la he matado alguna vez, aquí en Madrid la lidié un año y no salieron las cosas como queríamos pero este es otro año, otra corrida y tenemos ilusión por salir al 100%. Si las cosas salen, perfecto, pero sino salen, por actitud y por ganas no va a quedar ni un solo gramo en mi cuerpo».
Toca ir haciendo balance de la temporada, en Madrid diste la cara, en Pamplona aún sin premio dejaste una imagen importante en el cierre con Miura, el triunfo de las dos tardes en Albacete… ¿qué balance haces tú?
«El balance es positivo, faltando el triunfo durante la temporada que sí que ha llegado en Albacete, el balance es bueno. Hemos matado corridas de Miura, de Dolores Aguirre, de Cuadri y hemos dado la cara. En ese tipo de corridas la clave de todo es la actitud y no dejarse nada dentro ante las complicaciones. Eso la afición lo ha visto y lo valora, me he ganado el respeto de los aficionados más exigentes. Un torero que se sacrifica y lo da todo al 100% se merece que las cosas le salgan bien así que deseo que la de Partido de Resina funcione por el bien mío y el de mis compañeros».
¿Notas ese respeto hacia ti de la afición de Madrid?
«Lo noto pero no me confío nunca, sé que es la plaza más exigente y crea en uno una tensión muy grande, es la plaza en la que peor se pasa en la previa. Pero bueno, si uno va mentalizado y como te he dicho antes sale al ruedo sin dejarse nada dentro, es la plaza donde se pueden conseguir los triunfos más rotundos».
Se te ve joven, eres joven pero a tus espaldas ya son diez años como matador de toros.
«Exacto, el 21 de septiembre cumplimos una década. Te permite haber vivido muchas experiencias, haber pasado por muchos momentos y lo recuerdo con mucha satisfacción. He podido vivir en la profesión por momentos buenos y menos buenos pero de todo se aprende y todo ello me ha hecho darme cuenta de que he hecho lo que me gusta, que el toro es mi profesión y que el sacrificio ha valido la pena».
¿Cuáles han sido los momentos claves de tu carrera?
«Han sido tres los momentos. Esa salida a hombros de Madrid me permitió entrar en ferias, conocer a figuras del toreo y fui la novedad. En ese momento aún no conocía la dureza de este mundo, esa etapa de novedad podríamos decir que fue una etapa de “facilidad”. Después llegó el bajón que fue bastante amplio y que tuvo su fondo cuando tuve el percance que me dejó apartado de las plazas. Me hizo reflexionar muchas cosas pero al cabo del tiempo te das cuenta que de los momentos malos es de donde más se aprende. Es una profesión dura pero es lo que nosotros queremos y amamos, la más bonita para los que sentimos el toreo. Habría una tercera etapa que es la que estamos viviendo estos últimos años que es la de la remontada. Poco a poco estamos consiguiendo metas y se han logrado con sangre, sudor y lágrimas. Interiormente te dejan una tranquilidad muy grande».
Decías antes que has hecho lo que te gusta y que estás convencido de que el toro es tu profesión. ¿Alguna vez has dudado de que no lo fuera?
«Si volviera a ser niño ¿querría ser torero? pues no lo sé. La vida tiene muchos caminos pero con lo que he vivido sé que afición y vocación siempre he tenido. No me arrepiento del camino que he elegido y estoy al 100% para seguir y conseguir las metas. Si volviéramos atrás hay muchas otras aficiones que también me gustan, pero seguro que necesitaría la constancia, el sacrificio y el modo de vida que se tiene que llevar en una profesión como la de matador de toros».