PATIO DE NEGRITAS

Salir toreando (de Tirso)


jueves 18 mayo, 2017

José Serrano torea las Voces de los grandes del flamenco acurrucándolas en los vuelos de un capote de José Tomás. Y allá que va la tela por las tablas, serpenteando el duende...

José Serrano torea las Voces de los grandes del flamenco acurrucándolas en los vuelos de un capote de José Tomás. Y allá que va la tela por las tablas, serpenteando el duende...

NOELIA JIMÉNEZ

Tiene nombre de torero. De torerazo, más bien. Nombre y
maneras. No sé si se le ha pegado del capote que empuña o es que es así de
nacimiento. Se llama José Serrano y se anuncia en el Teatro Nuevo Apolo. Bueno,
en realidad la que se anuncia es Sara Baras, pero detrás de una gran mujer a
veces hay un gran hombre, y este es uno de esos casos.

José Serrano torea las Voces de los grandes del flamenco
acurrucándolas en los vuelos de un capote de José Tomás. Y allá que va la tela
por las tablas, serpenteando el duende, anunciando la primavera en medio del
estío de una tormenta de otoño.

El teatro, lleno. El respeto, máximo. Nadie se atreve a
toserle al genio en acción. Y si no, que le pregunten a Santana de Yepes,
retratista de la Baras y de la corte monclovita, amén de alguna que otra tarde
en La Malagueta.

Entre farrucas y bulerías aguardo noticias del colorín
venteño. Menos mal que espero sentada. Más allá de la Bordiú y su ¿amigo?
Luismi, de don Juan Carlos y Yolanda González, de Sánchez Dragó y de la siempre
concurrida barrera de mis queridos Peña, hoy me he perdido poca cosa (en lo
social, se entiende, que David Mora se ha desquitado y ha cortado una oreja).

En el Evernote me quedo con una frase de Camarón, grandioso
genio que conquistó el mundo con su garganta aunque siempre quiso subir al
cielo de sus muñecas: «en el flamenco no hay escuelas, se transmite o no
se transmite». Y mientras me fustigo por haber faltado a la cita con la
calle de Alcalá, pienso que en el toreo es lo mismo. Transmitir o no
transmitir. Esa es la cuestión.