Costillares,
Cúchares, Tato, Pepete,los hermanos Manuel y Pepe Bienvenida,Diego Puerta, Dávila Miura, Manolo
Vázquez…y Pepe Luís,
por excelencia. Todos llevaron en su montera la estampa de la Salud y el
Refugio de sus vidas. Todos llevaron consigo a la Hermandad más torera de
Sevilla.
La
Hermandad del Stmo. Cristo de la Salud y María Santísima del Refugio está
ubicada en la Parroquia de San Bernardo del célebre barrio sevillano. Realiza
su Estación de Penitencia a la Catedral de Sevilla cada Miércoles Santo y tanto
en su nómina actual de hermanos como en su historia la tauromaquia goza de un
significado especial.
El antiguo Matadero que el
rincón sevillano ha albergado desde el siglo XVI no fue sino la primera de las
placitas físicas que hicieron amedrentar las ilusiones de todos aquellos
sevillanitos que, «jugando al toro”, soñaban hacerlas realidad. Era San
Bernardo seminario taurómaco de la ciudad, y todo el entorno giraba su cabeza
social a la Maestranza baratillera por meta y final que, un día, tantos
hermanos consiguieron alcanzar.
Pepe Luís y Manolo, la
gloria de San Bernardo
Si
hoy día Pepe Luís levantara la
cabeza…sería para mirar el rostro de su Cristo de la Salud. Hace ahora un año
que nos dejaba la gracia hispalense, el cartucho de un humilde que llegó a
endiosar a las gentes de su barrio porque «eran de Pepe Luís”. Estampa añeja, aroma a toreo antiguo en gloria
y plenitud del XX, fuente inagotable de sabiduría taurómaca y hermano de San
Bernardo desde el mismo momento de su nacimiento. Ese fue Pepe Luís Vázquez
para la vida y para la Hermandad.
ElSócrates de San Bernardoal que las viejas callejas hispalenses vieron jugar
al toro por las aceras de su barrio se despidió del mismo ante su
vecino más antiguo, el Cristo de la Salud, la pasada temporada. En vida, sus
lágrimas y su «Cristo torero” un día lo hicieron volar por un sueño que se
cumplió más allá de la barrera imaginaria de su ciudad. Dejó «encartuchao” el «pescao” que la vida
fácil le ofrecía para emprender el arduo camino que conducía a las glorias
baratilleras saliendo en volandas por Abril.
Pero
si un nombre se distingue especialmente en la historia cofrade de San Bernardo
es el de Manolo Vázquez, Hermano Mayor
de la Corporación durante los años sesenta del pasado siglo. Sobre todo fue,
junto a su hermano, insigne defensor de la importancia que la religiosidad
popular tiene en la Fiesta, así como de los numerosos tintes enraizados en la
tradición taurina procedentes de lo que el sentir y la devoción popular han
demostrado hacia los Titulares de las Hermandades.
Toda una lista valiente para
una Hermandad valiente
Pero
numerosos han sido los nombres que han conformado «el cartel cofrade” de la que
la Corporación ha sido y sigue siendo bandera. Joaquín
Rodríguez «Costillares”, célebre matador dieciochesco
perteneciente a la familia de los Rodríguez, formó filas en la Cofradía, al
igual que toda una saga de descendientes de su propia estirpe tendrían del
mismo modo a la Salud y el Refugio como Titulares de su devoción.
TambiénCurro «Cúchares” fue uno de los
pioneros en dar el impulso merecido a la Hermandad a lo largo de sus primeros
años de existencia, aportando incluso grandes cantidades económicas para que
los proyectos de la misma salieran a flote. Tal fue el empeño del torero, que «Cúchares” está enterrado justo
debajo de la imagen del Stmo. Cristo de la Salud en la Parroquia hispalense.
En
la historia más reciente, Antonio y Rafael Martín
Vázquez prestaron del mismo modo tributo a la señera Hermandad
del Miércoles Santo hispalense. Como también lo hizo uno de sus hermanos más
notables, Diego Puerta, y es que el valor
también va inscrito en el manto del Refugio de San Bernardo: fue precisamente
apodado con el apelativo de Valor por las veces en las que el capote de su
Titular le ofreció la Salud necesaria para completar una carrera ejemplar.
Cincuenta y cuatro fueron las ocasiones en que los ardientes pitones atravesaron
los muslos del torero, y las mismas las oportunidades en que el Refugio de todo
un barrio estuvo presente en su carrera. En la actualidad, Eduardo Dávila Miura, aunque no
nacido en el barrio, forma parte activa de la vida de la Hermandad.
Un Refugio hebrado con
sangre torera
¡Las venturas y desventuras taurinas que
saldrían si se deshilachara la saya del Refugio! Las mismas,
conocidas popularmente como las «sayas toreras”,están confeccionadas con los trajes de luces que, a lo largo de la historia,
profesionales del toro han donado a la Corporación cofrade. Sin duda, todo un
paseíllo bajo palio el que realiza hasta el centro de Sevilla la Virgen del
Refugio.
Mañana,
Miércoles Santo, de nuevo saldrá un trocito de la esencia religiosa que la
tauromaquia lleva consigo repartiendo Salud y Refugio por las calles de
Sevilla. En sus filas, numerosos corazones que sienten realmente que la Fiesta
vive en su Hermandad porque forman parte profesional de la misma. Las filas de
capirotes negros portarán consigo, y a través de sus Titulares, la tauromaquia
pues en la historia de su Hermandad se encuentra grabada en la historia de la
misma.
Se
viste San Bernardo cada Miércoles Santo de gracia y oro. El barrio, la
Hermandad y su idiosincrasia no son sino Salud y Refugio para la Fiesta, un
trocito de personalidad torera inmiscuido en la personalidad cofrade que
caracteriza el discurrir de su cortejo procesional.
FOTO PORTADA: ABC