La de Santiago Domecq es sin duda una de las ganaderías del momento. El hierro se ha ganado por méritos propios un puesto en las principales ferias y ha generado esa ilusión que aparece entre la afición cuando vuelve a irrumpir con fuerza una ganadería. La interesante mezcla se sangres y sobre todo el trabajo de su ganadero en la búsqueda de la bravura en todos los tercios son fundamentales para entender el éxito de la vacada. A pesar de ello, Santiago Domecq mantiene los pies en el suelo, pues es consciente de que no hay que bajar la guardia en ningún momento para seguir manteniendo el nivel. Ahora, tras verse obligado a reducir la ganadería por las circunstancias, aguanta el chaparrón de la mejor manera posible y prepara con mucho trabajo la presente temporada, que arrancará, si la autoridad lo permite, el próximo 22 de abril en Sevilla en un cartel compuesto por Diego Urdiales, Daniel Luque y Rafael Serna.
El campo bravo sigue aguantando estoicamente las nefastas consecuencias de la pandemia, que en mayor o menor medida afectan a todas las ganaderías. En Santiago Domecq, el pasado año se vieron obligados a hacer “una criba importante de machos y algunas hembras” y a llevar a muchos animales reseñados para 2020 al matadero o torearlos en el campo a puerta cerrada. Tan sólo unos pocos cinqueños se quedaron en la ganadería con la ilusión de ser lidiados esta temporada.
“La corrida es muy sevillana. Estamos haciendo lo que creemos oportuno con los toros porque debemos ir con las máximas garantías”
Y es que si la autoridad no lo impide, para Santiago Domecq la campaña arrancará el próximo 22 de abril en La Maestranza, en una cita con Urdiales, Luque y Serna en el cartel. “La corrida reseñada es muy sevillana. Pensamos que el festejo se va a dar y estamos haciendo todo lo que creemos oportuno con los toros antes de ser lidiados porque todo debe ir con las máximas garantías” explica el ganadero, que deja claro que “si los toros no quieren embestir, la culpa será mía por la selección”.
A pesar de la incertidumbre reinante, Santiago tiene preparadas corridas para esta temporada para plazas como Sanlúcar de Barrameda, Dax e incluso para Madrid. “Al final no sé qué pasará porque todo va muy lento y es muy volátil y ni los empresarios saben si podrán darse los festejos” confiesa.
En el año 2020 sólo pudieron lidiar cinco animales, uno en la corrida concurso de Arles y otros cuatro en la Gira de la Reconstrucción en Cabra. “Salimos con éxito en estos cinco toros, el de Arles ganó el concurso y hubo un toro sobresaliente en la corrida de la Gira”, señala el ganadero.
“Cuando una ganadería lleva cuarenta años bajo una misma dirección, no crea un propio encaste, pero adquiere su propia personalidad”
La realidad es que el comportamiento de los toros en la plaza en las últimas temporadas ha puesto a la ganadería en boca de muchos aficionados. “Palpamos que la gente tiene ganas de vernos lidiar, pero en esto de las ganaderías nunca puedes decir que tienes la sartén por el mango porque cuando más tranquilo estás, te puedes pegar el batacazo”.
La interesante mezcla de sangres de esta ganadería, con procedencia Torrestrella, Juan Pedro, Jandilla y Núñez, a veces eclipsa el trabajo que lleva realizando Santiago Domecq desde la fundación del hierro. “Cuando una ganadería lleva cuarenta años bajo una misma dirección, no crea un propio encaste, pero adquiere personalidad. Por eso, creo que deberíamos pasar página con el tema fundacional. Si la ganadería tiene esa característica de que los toros se muevan más, es culpa mía, tanto para lo bueno como para lo malo”, señala el criador de bravo.
Y es que en Garcisobaco, la finca de Santiago Domecq, todos los tercios son fundamentales. “Creo que la bravura hay que demostrarla en todos los tercios. Yo no doy diez puyazos a las vacas porque quiero ver la bravura en su conjunto. La bravura tiene que salir en el caballo y en la muleta”.
“Tenemos un enemigo, que es el gobierno, al que le quema el mundo del toro”
Sobre el futuro del campo bravo, Santiago Domecq no tiene perspectivas demasiado halagüeñas. “Veo la situación muy complicada. Ahora mismo creo que habrá ganaderías que perderán dinero y no podrán aguantarlo. Además, habrá un exceso de toros que hará bajar los precios. Esto no tiene buen futuro a medio plazo, pero al final se tendrá que nivelar porque como sigan sobrando toros, mal asunto para todos” explica.
A todo ello se suma el desamparo de las administraciones públicas, que parecen haberse olvidado del campo bravo. “Tenemos un enemigo, que es el gobierno, al que le quema el mundo del toro. Sus partidos votaron en contra de las subvenciones a la vaca de lidia en Europa. Hasta ahora, nosotros sólo hemos recibido 6.000€ de la Junta de Andalucía” matiza.
Santiago Domecq también reflexiona sobre el futuro del sector. El ganadero piensa que todo dependerá de la evolución de la pandemia e intenta ser optimista respecto a esta temporada, pero reconoce que se darán muchos menos festejos que en 2019. “La prueba es Sevilla, compara los festejos de esta temporada con los de 2019”. Más a largo plazo, es consciente de los grandes desafíos que debe afrontar la tauromaquia, que pasan por “un relevo generacional tranquilo, una reducción de los costes y la conservación de las peculiaridades de cada plaza», entre otros frentes. «No podemos hacer todo lo que dice un determinado ente porque cada plaza tiene sus propias características” sentencia.
FOTO: J. J. DIAGO