Hablar de la ganadería de Sayalero y Bandrés es hacerlo de una de esas divisas que han estado marcadas por la tragedia, por un episodio que marcó un antes y un después en el toreo. Pero no serían justo recordarla únicamente por el fatídico percance de Francisco Rivera ‘‘Paquirri, sino también por las grandes tardes que dio en una época donde el número de festejos que se daba a lo largo y ancho de nuestra piel de toro era amplísimo.
Una vacada que fue formada en 1926 por D. Heraclio Carreño con reses procedentes de Villagodio y Arribas, siendo posteriormente adquirida por D. Maximiliano Sánchez, de quien la compró D. Juan Fraile, vendiéndola un tiempo después a D. Carlos Arruza, que eliminó todas las reses adquiridas, comprando un lote de vacas y dos sementales de D. Felipe Bartolomé y D. Joaquín Buendía. Este es el momento donde se varía el hierro que anteriormente tenía.
Tras un tiempo con el ganado de procedencia Santa Coloma, su propietario decide eliminar todo y adquirir en 1956 un lote de vacas y sementales de la ganadería del Señor Marqués de Domecq y Hermanos, una vacada de gran solera que también sirvió de simiente para otras vacadas. 12 años después, concretamente en 1967 es vendida a María Isabel Ybarra quien consigue asentarla en las principales ferias del país, siendo adquirida en 1980 a Victoriano Sayalero López y Juan Luis Bandrés Guerrero, socios tanto en la ganadería de bravo como en la naviera Isnasa.
Viaje al campo charro en 2008 y, en 2018, de nuevo de vuelta a Cádiz
En el año 2008 la vacada entonces llamada “Sayalero y Bandrés” se traslada desde tierras de Andalucía al Campo Charro, en ese momento únicamente ya en propiedad de la familia Sayalero los cuales intentan darle un giro de tuerca a una vacada que no acababa de remontar debido a diversos problemas que le hicieron caer en un bache. Sería en 2011 cuando sus propietarios sumarían al proyecto a Ángel Luis Sánchez, un experimentado mayoral con el cual se llevó a cabo un riguroso proceso de selección, quedándose con lo realmente bueno que había en la casa.
Allá por 2018 la familia Sayalero decide emprender el camino de vuelta a casa, llevándose la totalidad de la vacada a la provincia de Cádiz, lugar donde pastaría hasta la compra de ésta por parte de José Antonio Alonso y Pedro Trapote, los cuales se hacen con la totalidad de los animales hace tres años. Alonso se llevó 108 vacas y 3 sementales para refrescar la ganadería pacense de Peñas Blancas, antes Sánchez de Ybargüen -procedencia Maribel Ybarra, la misma que Sayalero y Bandrés-, mientras que Trapote adquirió un lote menor de 28 hembras para sumar a su hierro de Toros de la Plata.
«Actualmente, tenemos unas 140 vacas con esta sangre y varios sementales. Estamos caminando poco a poco, el trabajo se va notando, queremos ir con pies de plomo pese a tener ya resultamos importante a nuestras espaldas«, nos comentaba su actual ganadero, José Antonio Alonso. “Tener ese número de vacas nos ayuda a abrir las líneas y a intentar ampliar familias. El proyecto es ilusionante, el año que viene haremos 10 años con la ganadería, creo que se va notando nuestra mano«, añadía el criador extremeño.