Sebastián Castella sufrió una fea voltereta por el cuarto toro en Nimes esta tarde, un animal de García Jiménez que lo prendió en el ecuador de la obra, por fortuna sin cornada aparente. Así lo hemos narrado:
El cuarto toro, «Caramelo», de 513 kilos, negro de capa, fue un animal muy cuesta arriba, que no se entregó de verdad de salida, sin humillación. Lo saludó con verónicas hasta los medios, empujando sin verdad el toro en el caballo. Saludó José Chacón en banderillas, tras dos grandes pares. Fenomenal el inicio de faena de Castella, con hasta cinco estatuarios con el cuerpo abandonado, un ayudado por alto y un trincherazo. Otro toro noble y de buena nota de Matilla, al que le faltó un poco de fuerza; le dio sitio y distancia Castella para aprovechar su inercia y cuajar dos buenas tandas sobre la diestra. Le faltó fuerza al toro, que se rajó en la primera serie al natural, siendo cogido y recibiendo un fuerte varetazo en la pierna izquierda; siguió en dos series buenas de derechazos, y ante un animal parado totalmente, se entregó en la corta distancia Sebastián. Se tiró recto con el acero, pinchando en la primera ocasión, y a la segunda estocada. Oreja.