PREGUNTA. ¿Quién es Sebastián Marín?
Es un joven novillero, nacido en Bilbao y desarrollada su vida en Extremadura, que vive con plena dedicación y entrega el difícil camino de hacerse un hueco en el escalafón de novilleros.
El hecho de querer ser torero surge a raíz de tener a familiares involucrados en la tauromaquia, como mi abuelo que inició el proyecto de tener su propia yeguada y consiguió que caballos suyos acabasen toreando con grandes figuras del rejoneo como Leonardo Hernández padre, Álvaro Montes ó Raúl Martín Burgos con su mítico caballo «Alí», además de contar en la familia con mi tío Pepín Marín, preparador de caballos y hombre de confianza de figuras como Ginés Cartagena ó Sergio Galán, que sin duda alimentaron mi afición y ayudaron a tomar la decisión de intentar ser matador de toros.
¿Cómo fueron los primeros pasos?
Los primeros pasos surgen en la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz, donde aprendo un poco más la técnica y el oficio y se me permite debutar en público siendo el triunfador de la novillada en la Feria de Barcarrota al cortar dos orejas a un novillo de El Freixo y a partir de ahí encadenar triunfos consecutivos.
¿Cómo fue la pasada temporada y la actual?
La pasada temporada, debido a la falta de oportunidades en la plaza y tras trabajar durante un invierno completo en casa del maestro Sergio Galán y absorber de él su gran fuente de conocimientos, su sabiduría y su maestría, y además contar con caballos preparados en casa opté por torear a caballo como reto personal, logrando tener en mi cuadra un caballo toreando sin cabezada que posteriormente vendimos a Rui Fernándes, pero no tardé en darme cuenta de que mi camino es este, el intentar llegar a ser matador de toros y destacar en las ferias, aún así, sigo compaginando el negocio familiar, la preparación y selección de caballos, que me permite poder invertir en mi preparación y llegar al máximo nivel a las oportunidades que lleguen.
¿Cómo ve el futuro?
En mi carrera como novillero puedo decir que he conseguido destacar allá donde he ido, la mayoría de veces inclusive midiéndome con compañeros con más longeva trayectoria, teniendo así en mi currículum los méritos de ser Finalista del Bolsín de Ciudad Rodrigo, Finalista del Bolsín de Candeleda, Finalista del Bolsín de Moraleja, Finalista del prestigioso Alfarero de Plata de Villaseca de La Sagra o las dos puertas grandes consecutivas en Barcarrota en mis últimos paseíllos, todo ello a pesar de haber sufrido la parte más dura de la profesión, siendo castigado por los novillos con cornadas tan graves como la sufrida en la localidad de Salvaleón en la que estuve a punto de morir al recibir una cornada que me seccionó la femoral, siendo suturada con más de 45 puntos. Pero nada de ello me impide ver cada vez con más claridad, decisión y arrojo el hecho de ser capaz de hacer todo lo que haya que hacer para lograr mi ansiado objetivo.
¿Cuál es su siguiente objetivo?
Mi mayor objetivo es dar el inminente salto al escalafón de novilleros con picadores; quiero hacerme un hueco importante en el escalafón, el cual no me importaría que se hiciese a través de estoquear novilladas de hierros duros como Cuadri, Dolores Aguirre, Baltasar Ibán…
Como diría mi paisano e idolatrado maestro Iván Fandiño, «Mira la grandeza del horizonte y no te pierdas en los pequeños accidentes del camino.» Por ello, dispuesto a todo.