En la localidad jiennense de La Carolina se encuentra la ganadería de Joaquín García, una vacada que vive desde hace años en uno de los lugares más escarpados de Sierra Morena. Se trata de un paraje paradisíaco donde los animales tienen grandes espacios para moverse, los cuales gracias al buen pasto que hay en la zona se muestran lustrosos y sanos. Una explotación eminentemente ganadera y cinegética donde también conviven otras especies que cohabitan con ellos durante todo el año.
Aquí más de 140 vacas conviven con ‘Olivero’, semental que lleva cinco meses con ellas a cuerpo de rey. Este semental de repaso ha estado cubriendo las vacas que no dejaron vacías otros sementales, de ahí la cantidad de animales con los que ha convivido estos últimos meses. Normalmente, al ser menor el número de vacas que hay que cubrir, se suele echar un toro determinado, en este caso se trata de un toro muy contrastado de 13 años de edad, un animal que del total de las vacas de las que dispone cubrirá no más de 20 hembras que se queden en celo.
Pero la pregunta es la siguiente: ¿Cómo sabe el toro qué vaca está de toro y cuál no? Pues esto se debe al olor que desprenden las hembras cuando están en celo. El cercado no está únicamente lleno de vacas sin cubrir, sino que también hay otras ya preñadas, de ahí que para evitar problemas entre la salida de un semental y la entrada del otro pasen al menos 15 días, algo que ayuda al ganadero a saber el becerro correspondiente a un semental u otro.
En este tipo de situaciones el semental suele perder muchos kilos, al estar tanto tiempo cubriendo vacas se quedan muy mermados físicamente, de ahí que sea fundamental el volver a reponer esos kilos necesarios para volver con el lote siguiente. Pero no va a ser fácil sacarlo de un lugar donde se encuentra muy cómodo junto a una piara tan grande de vacas, por ello es fundamental tener vaqueros experimentados y una parada de bueyes que sepan hacer su trabajo.
Pese a todos los problemas que ha dado ‘Olivarero’ finalmente se consigue apartar al animal de su lote de vacas, es un toro con cierta edad y por eso se le utiliza para repasar a las vacas que están vacías, esas que no están preñadas de otro semental. Una labor complicada por lo quebrado del terreno, pero nada que no sepan resolver los hombres de campo que durante tantos años llevan haciendo estas faenas de campo.