Hablar de Jandilla es hacerlo de una de las fincas más emblemáticas del campo bravo, un lugar donde el toro bravo es el auténtico guardián y Rey de la misma. Junto a la laguna de La Lajanda nacieron un ramillete de divisas históricas, el cual pese a los vaivenes del tiempo sigue más viva que nunca. Un paraje donde tienen cobijo los animales del hierro de Toros de Lagunajanda, una ganadería entroncada en el encaste Domecq vía Salvador, padre de la actual ganadera.
Una ganadería que debido a su cercanía al mar goza de unas suaves temperaturas cuando no estamos en olas de calor, esas que han pasado los ganaderos de la zona no hace tanto tiempo. Por eso, los tiempos en una explotación de bravo son fundamentales y saber cuándo poner o quitar un toro de las vacas es clave para un ganadero, unas fechas que debe seguir a rajatabla para tener una organización de aquello que es realmente importante en la finca.
Para evitar que los nacimientos se den en los meses de mayor calor: mediados de junio, julio, agosto y gran parte de septiembre, y sabiendo que el periodo de gestación de las vacas es de nueve meses, los lotes de hembras deben hacerse entre los meses de octubre y principios junio, naciendo los becerros en ese periodo de tiempo. Muchos ganaderos, en previsión de la falta de comida en el verano, momento en el que se reúnen todas las hembras en un mismo cercado, los ganaderos siembran durante el año para que en esa época las vacas y los becerros puedan alimentarse con la rastrojera.
Como ya resaltamos antes, aprovechando el fin de la primavera y la llegada del verano, son muchos los ganaderos que dan descanso a los sementales, una época donde el grueso de las vacas madres se unen en las zonas más frescas de la finca. Pero a la hora de quitar los sementales hay que tener mucho cuidado, ya que estos huelen a vacas y una vez entren en el cercado, el resto de sus hermanos pueden querer ‘montarlo’, algo que podría provocar peleas entre ellos.
Para evitar posibles lesiones, Diego, el mayoral de Lagunajanda, tiene un secreto que hará que este semental llegue limpio y sin olor a hembra. Para ello utilizará Zotal mezclado con agua, un mejunje que sirve tanto para eliminar ese olor como para evitar la llegada de las moscas, desparasitando así al animal de cara al verano, una labor sencilla y que ayuda a pasar mejor estos días de verano.
“Es importante suavizar el aroma de hembra para no seducir al resto de los sementales. Si lo montan pueden llegar a lastimarlo. Gracias a este producto durante unos días no tendrá olor a vacas”, comentaba el mayoral de la casa en un reportaje emitido en el programa Toros para Todos. Sin duda, una manera muy inteligente de evitar sobresaltos en el cercado de los sementales en unos meses donde las latas temperaturas, los cambios de viento y las molestas moscas alteran mucho a los toros.
