Corría el año 1997 en la plaza de Los Hinojosos, municipio de Cuenca, y fue en ese coso, la tarde del 17 de agosto, testigo del debut de un Sergio Galán desconocido al que le podía la ambición. Su sueño lo tenía claro desde antes de dar si quiera los primeros pasos. Su abuelo, tratante de caballos; él, en sus ratos libres siendo solo un niño, siempre montado a lomos de alguno de ellos. Poco a poco fue currándose la gloria el niño que soñaba con ser figura y hace más de quince años que se coronó por octava vez como pilar fundamental del toreo a caballo en el sistema. A pesar de todo y de todos. Ahora, previo a la temporada 2025, narra cómo está siendo su preparación.

P- En primer lugar, ¿qué balance haces de la temporada 2025? Ha sido un año de regreso a grandes escenarios, ¿con qué momento te quedas especialmente?
R- Estoy muy contento por las sensaciones en la plaza y por cómo ha respondido la cuadra, que ya está madura; es verdad que ha faltado un poco de colaboración de los toros en ciertas plazas importantes, pero aun así se le han arrancado las orejas y ha sido una temporada muy bonita. Estoy satisfecho por ella. Como es lógico, uno siempre quiere torear más, pero estoy muy contento por el resultado. Ha habido tardes muy bonitas, pero destaco especialmente la de Salamanca, donde tuve la gran suerte de que me embistieran los dos toros y salir a hombros, cuajando los animales de principio a fin. Es una de las tardes que me quedan para el recuerdo.
¿Cómo valoras el desarrollo de la cuadra a lo largo de la temporada? ¿Qué caballos te han sorprendido para bien y cuáles de ellos auguras que serán posibles estrellas?
Estoy muy contento. La cuadra en general ha respondido bien, especialmente Bambino o Capricho; al faltar Ojeda o Embroque, se han hecho las estrellas de la cuadra y han dado la cara de una manera espectacular. Como jóvenes, destaco a Ligero, en el que tengo mucha fe y que me ilusiona mucho, a pesar de que no es fácil a la hora de domarlo, pero en la plaza es especial y ya este año llamará la atención. También destaco a Valenciano, que este año está más consagrado y me da gran seguridad.

Sergio Galán y Madrid es un binomio que, por mucho que pasen los años, sigue fuerte: ¿Cómo viviste aquella tarde y qué esperas del San Isidro 25?
Para mí, Madrid siempre es especial. Es mi plaza y la que me ha dado todo en mi carrera. Cada vez que toreo en Madrid, para mí es distinto. Es la plaza que te quita el sueño, la que te hace entrenar más horas y la que cambia tu carrera. He tenido la suerte de disfrutar mucho de esa plaza; mi ilusión es siempre estar acartelado ahí por todo lo que me ha dado y por todo lo que me queda por aportar en esa plaza, ya que cada año uno va madurando y siempre uno tiene en la mente esa faena soñada, y qué mejor que hacerla en Las Ventas.
Fue una lástima que la lluvia impidiese el triunfo en tu regreso a Cuenca, puesto que hubo que suspender la corrida. Supongo que aquello te dolería especialmente a ti, al ser tu tierra, ¿no?
Sí, era una tarde especial de la temporada, porque volvía después de unos cuantos años que no toreaba. Había un muy buen ambiente, gran expectación, pero desde por la mañana amenazaba agua y en el pasillo ya empezó a llover. Luego cayó una tromba y no fue posible continuar. Nos dio mucha lástima, pero gracias a Dios seguro que volveremos pronto y esperemos que haya otra suerte y nos podamos quitar esa espinita.

El rejoneo pasa por un momento delicado por la bajada del número de festejos tanto en los pueblos como en las grandes Ferias, ¿por dónde crees que pasa la solución?
Llevamos unos años, a raíz de la pandemia, en la que cae el número de festejos. No entiendo muy bien la razón, porque hay gran nivel y competencia. El hecho de que se vayan reduciendo los festejos hace que dificulte mucho y frene la expansión del rejoneo y salga gente nueva y joven. Al final, hay pocos puestos. Los profesionales tenemos que ver cómo podemos cambiar esa inclinación para que vayan creciendo las corridas.
Algo que siempre me ha preocupado mucho es cuidar las ganaderías, ofrecer un espectáculo rematado y de la mayor categoría posible para que las personas que pagan una entrada, cuando salgan de la plaza piensen que les ha merecido la pena pagar esa entrada.
¿Cómo ves el futuro del espectáculo respecto a los jóvenes que empiezan a querer ser toreros a caballo?
El hecho de que se reduzca el número de festejos dificulta mucho el camino de los jóvenes. Es verdad que para que un chico nuevo coja experiencia y se ruede para luego dar un paso más en las ferias, necesita torear. Y no hacerlo dificulta mucho su preparación. No es beneficioso, pero la tendencia creo que irá cambiando, porque cada vez vemos más gente joven en la plaza.