JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Siempre lo ha tenido claro: el camino del clasicismo y la pureza es más lento, pero lleva a la misma meta. Tarde o temprano llega, y a Sergio Galán le llegó el día de coronarse en figura del toreo a base de su particular concepto. Hoy narra en CULTORO el resumen de su temporada y cómo ha calado en él y en la afición una faena de mucha importancia en Madrid.
Enhorabuena por el año. No es fácil ser fiel al clasicismo del toreo y además seguir en la cúspide.
Estoy muy contento por cómo han respondido los caballos. Siendo fiel al concepto del toreo clásico, estoy muy contento.
Si te pasa una faena por la mente, supongo que es la de Madrid.
Sí, fue una de las tardes más importantes de la temporada. No salí a hombros por decisión del palco. Fue una tarde con muchos matices, muy importante, en la que la corrida no lo puso fácil. Ha sido de las faenas más importantes de mi vida, incluso más que algunas tardes que he salido a hombros.
Esa faena quedará para el recuerdo de la plaza de toros de Madrid. Conforme pasan los meses, más se va revalorizando, ¿cuántas veces te la has visto en vídeo?
Pocas, porque me quedo con las sensaciones que viví allí. Cómo se vivió en la plaza fue impresionante, con una corrida en la que había que tirar de carné, aprovechar mucho las querencias y hubo momentos de riesgo, de pisar terrenos muy importantes. Además, lo maté muy bien, por lo que me llevo la sensación de haberme entregado al completo.
No hablamos sólo de injusticia presidencial, sino de distinto baremo durante toda la feria, un baremo que Madrid no merece.
En este caso es incomprensible. Fue una faena de dos orejas rotundas. Pero esto es así.
¿Cómo una figura del toreo que ha pasado varias generaciones en dos décadas pero que ha quedado el puesto número 18? ¿A qué se debe?
Son tiempos raros y muy complicados. Se ha reducido mucho el número de festejos, ahora se han juntado en el escalafón todos los festejos de Portugal, no hay una clasificación de los sitios en los que se torea, y en la suma da igual si toreas en plazas de primera, segunda, tercera o cuarta. Al final, se le da una importancia al escalafón que yo nunca le he dado. La categoría no te la da torear de cualquier manera, en cualquier sitio y a cualquier precio. Mi idea siempre ha sido mantener la calidad de los festejos, el tipo de toro, y que el espectador que va a verme vea lo mejor de mí. Teniendo en cuenta que desde que empecé, los espectáculos se han reducido en un sesenta por ciento. Además, los chavales nuevos lo tienen peor que nunca.
Si hablamos que está mal para los novilleros, ya que los pueblos dan otro tipo de festejos más económicos como festivales, ni que decir tiene para los toreros que quieren serlo a caballo…
Mucho peor. Ahora se hacen otros festejos más económicos y para que salgan toreros nuevos a caballo, necesitan rodarse y torear. Cuando empecé había muchos festejos para que cuando llegases a las ferias tuvieses una experiencia, pero ahora es que no hay. Se ha reducido el número de forma bestial. Va a ser difícil que salgan chavales nuevos.
¿Cómo está tu cuadra? ¿Cuál ha sido la estrella de este año y cuál será la del 2020?
Han destacado Embroque o Bambino, además de un clásico como Ojeda.
En cuanto al apoderamiento, lo habéis dejado la familia Bernal y tú. Supongo que súper agradecido a su labor.
Sí, estoy muy agradecido. He estado muy a gusto y encantado de cómo ha transcurrido todo este tiempo. Ahora estoy empezando una nueva etapa, escuchando ofertas.