Desde el pasado sábado 6 de julio Pamplona vive su semana grande gracias a la festividad de San Fermín. Son nueve días donde se concentran en la capital Navarra un número ingente de personas con ganas de pasárselo bien y más de una semana de fiesta ininterrumpida que va estrechamente ligada a la figura del toro bravo. Es un animal venerado en Pamplona; cada mañana recorre las calles de la ciudad camino de la plaza de toros donde a las seis y media luchará por su vida en el mismo ruedo de la Monumental.
Ocho son las vacadas que están anunciadas en los días grandes, es decir, en las corridas de toros: La Palmosilla, Cebada Gago, Victoriano del Río, Fuente Ymbro, Domingo Hernández, Jandilla, José Escolar y Miura. Una serie de hierros de primer nivel que tienen la responsabilidad de mantener su estatus en una plaza de primera categoría donde quizás la exigencia presidencial va un escalón por debajo de la administrativa.
Estas divisas, tras llevar de 8 a 9 toros a Pamplona cada una, únicamente podrán correr con seis el encierro matinal. De todos los celebrados hasta el momento dos han sido las divisas que han tenido que echar mano de uno de los toros que no corrieron el encierro para el festejo vespertino. Un animal de Cebada Gago se partió el pitón por la cepa, mientras que otro ejemplar de Victoriano del Río se lesionó durante el encierro, teniendo que ser sustituido por otro de la misma casa ganadera.
Pero uno de los sobreros que más dolor de cabeza ha dado estos días en Pamplona ha sido el 127 de Victoriano del Río, un astado de nombre Alcalde, de 520 kilos de peso y a pocos días de cumplir los seis años de edad al haber nacido en julio del 2018. Un animal que segó el pasado martes la yugular uno de los mansos de Macua que se encontraba junto a él en los corrales de la plaza. Fue un pitonazo certero que acabó con la vida de este berrendo en colorao, un cabestro capirote y calcetero que no sobrevivió a las heridas.
Ayer uno de los mansos de Macua falleció durante el apartado. Fue con el primer sobrero, quien le asistió una cornada en la yugular. pic.twitter.com/bz6G54KnLR
— Fernando Munárriz (@gastromuna) July 10, 2024
Los presentes en el apartado de las reses ya se percataron del problema al ver ensangrentado el pitón de este ‘Alcalde’, toro de reata ilustre en la casa que se quedó todo el festejo en los corrales de la plaza esperando su oportunidad. Un toro muy astifino que con una simple cornada acabó con la vida de uno de los cabestros de la propia plaza de toros.
Una triste noticia que no hace sino evidenciar que el toro bravo no es un animal doméstico, sino una especie que pese a no ser carnívora sí tiene una aptitud jerárquica, atacando a los de su misma especie para demostrar quién es el que realmente manda.