CAMPO BRAVO

El sueño de Aldeanueva en manos de Ramón Espioja: así cría este mítico encaste en los campos de Ledesma


sábado 30 diciembre, 2023

Visitamos la finca del ganadero charro y compartimos una jornada de tentadero en esta casa junto al maestro Espartaco y Borja Jiménez.

Sin Título
El ganadero Ramón Espioja.

En los pagos salmantinos del Campo de Ledesma pacen los sueños ganaderos de Ramón Rodríguez Espioja y su familia, unos sueños basados en el encaste Aldeanueva, una rama tan peculiar como vibrante de la cabaña brava española.

Hace unos días, Cultoro estuvo en la finca del ganadero charro, quien le abrió sus puertas para conocer la ganadería y compartir una jornada de tentadero tanto con el maestro Espartaco como con Borja Jiménez, torero revelación de la temporada 2023 tras cortar tres orejas en Madrid a los toros de Victorino y destacar en citas como la Copa Chenel, Pamplona o Zaragoza.

La historia de una ganadería con base Aldeanueva

Ramón Espioja viene de una familia ganadera de cuna, tanto de bravo como de manso y de cochino. En el año 1994 se creó esta casa con vacas y sementales de Herederos de Santos Alcalde, además de dos sementales de Aldeanueva: “Se fue jugando con esas vacas y, al final, en el año 1998 nos decidimos por comprarle 30 vacas paridas y preñadas a Aldeanueva, además de tres sementales”. Se ha mantenido todo hasta ahora, que se han comprado dos sementales a Pedraza de Yeltes, que también procede de Aldeanueva, y uno que le han dejado este 2023: “Seguimos manteniendo la pureza de este encaste”, explica el ganadero.

La embestida de este toro

La embestida de este toro “es despaciosa y tiene un ritmo especial, que enamora. Buscamos todo eso junto con la nobleza y la profundidad”, señala el ganadero. “Hemos bajado bastante el tipo del animal, ya que era un toro muy grande. Eso no es fácil, porque la genética es de un animal voluminoso, pero poco a poco estamos consiguiendo un toro mejor hecho y más bajo”, defiende Ramón.

“En este momento estamos lidiando todo en festivales y novilladas sin caballos; sí se han lidiado algunas novilladas con picadores en pueblos algunos años, pero básicamente nos basamos en los festejos menores”, añade Espioja.

El balance del año pasado fue “muy positivo”: “Lidiamos siete festejos en Santander capital, en el Recinto Ferial de Salamanca, en las novilladas de Candeleda, en Távara…”, y este año tendrán otros siete festejos. “Tenemos ganas de dejar alguna novillada picada y alguna corrida de toros, que es para lo que uno trabaja y para lo que se ilusiona”, indica.