Talavera de la Reina es una ciudad que se encuentra perfectamente situada en el mapa en cuanto a distancias con las grandes ciudades. Es un lugar de paso hacia Extremadura, Andalucía o Madrid y a menos de 120 km de la Puerta del Sol.
Supuestamente las comunicaciones deberían de estar a la altura de su situación en el mapa y podría ser una perfecta ciudad dormitorio llena de servicios, la realidad es otra.
Ir de Talavera a Madrid en tren es una odisea, un auténtico circo en el que no sabes en qué momento el tren se va a estropear ni si cuatro horas son suficientes para un trayecto que normalmente debería llevarte una hora.
Además las políticas agrarias acabaron con el campo y con la ganadería por lo que una buena excursión es ver las ruinas de las vaquerías y coleccionar los carteles de se vende o se alquila por las tiendas de la ciudad.
El deporte colecciona descensos y el ambiente en la ciudad es de cierta tristeza con la necesidad de agarrarse a algo.
Desde hace tres años el verdadero clavo ardiendo de los talaveranos se llama Tomás Rufo y toda la alegría que supone ver una plaza llena y unos aledaños repletos de gente consumiendo y recuperando el brillo que siempre tuvo.
Talavera ha vuelto a lucir con orgullo su plaza de toros y está sirviendo de estímulo para que los talaveranos recuperen esa moral que supone lucir tu tierra.
Tomás lleva con orgullo el nombre de la Ciudad de la Cerámica y de Pepino por todas las plazas de toros del mundo y Talavera lucha por recuperar un esplendor que debe tener estímulos como éste.
Siempre el ganado y la agricultura fueron claves y el mundo rural esencial para una ciudad como la toledana, ojalá que sea el comienzo de una recuperación total.
El próximo 23 de septiembre Diego Ventura y Alejandro Talavante darán brillo a San Mateo en competencia con Tomás Rufo en un cartel que pondrá a Talavera de nuevo en el mapa.