La Corrida de la Beneficencia 2025 ya es historia. Y lo es, además, de las que se escriben con letras doradas, tras las dos faenas cinceladas por Morante de la Puebla en el ruedo venteño. Si su primera obra fue una sinfonía desgarrada de belleza, la que realizó al cuarto tuvo aún mayor mérito, por la condición del astado de Juan Pedro Domecq. A ese animal le dibujó un ramillete de naturales que ya quedan guardados para la historia. Fue, en definitiva, un reencuentro con el toreo profundo. Y eso, en estos tiempos de toreo lineal y, muchas veces, ventajista, se agradece especialmente.
Fernando Adrián, por su parte, supo colarse con dignidad entre el clamor morantista. Lo suyo fue una oreja de mérito, sí, pero también de madurez. El madrileño cargó con la presión y la responsabilidad de quien ya ha salido en hombros varias veces de esta plaza. No desentonó. Supo estar. Y eso, para un torero con tan pocas corridas a sus espaldas, es ya mucho decir. Borja Jiménez, en cambio, no tuvo su tarde. A veces las cartas vienen mal dadas y, a pesar de que su toreo pide sitio en lo alto, esta vez el destino le cerró la puerta de un triunfo que sí consiguió días atrás.

Pero más allá del resultado artístico, la Corrida de la Beneficencia de este año dejó una señal poderosa en otro terreno: el mediático. Telemadrid apostó fuerte por el mundo del toro. Apostó, sí, y ganó. Con una realización cuidada, comentaristas que sabían de lo que hablaban, y, sobre todo, con la decisión insólita —y reveladora— de reponer en su programación la corrida días después, tras constatar la enorme audiencia que cosechó. Eso no había ocurrido jamás. Una corrida ya emitida volvía a tener hueco en la parrilla como si fuese una final de Champions o el Mundial. Y eso dice mucho. Del interés que ha vuelto a despertar el toreo, un gigante dormido que, desde hace algún tiempo, ha empezado a desperezarse.
Gran parte de los aficionados coinciden en que quizás no fue la tarde más rotunda del sevillano en esta plaza, pero sí aquella que removió las entrañas de una afición que no quiso mirar atrás en el tiempo para valorar si el triunfo era o no legítimo. El cigarrero era consciente de que no había matado al cuarto toro como debía —la espada cayó baja—, y por eso pidió perdón a un sector del coso venteño mientras daba la vuelta al ruedo el pasado 8 de junio.

Ver cuajar un toro a Morante en Madrid no es algo nuevo. Antaño ya se le habían escapado triunfos con esa espada que, en más de una ocasión, lo había dejado en el umbral de la salida a hombros. Madrid recuerda todavía sus faenas a toros de Pérez-Tabernero, El Pilar, Victoriano del Río, Juan Pedro Domecq, Núñez del Cuvillo o Alcurrucén. Obras que la tizona emborronó, impidiendo un triunfo que ya rozaba con los dedos.
Pero lo pasado, pasado está. Ahora, Telemadrid vuelve a reponer una tarde histórica en la que Morante de la Puebla consiguió ese sueño que llevaba años buscando. Bien es cierto que ya había salido una vez en hombros, pero no como matador de toros. El próximo viernes toca sentarse en el sofá y volver a disfrutar de una tarde para el recuerdo, un festejo donde todo aquel que lo vivió —en la plaza o a través de la pequeña pantalla— se emocionó con el toreo de un espada inigualable.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros de Las Ventas. Viernes, 13 de junio (17:15 horas). Corrida de la Beneficencia. (REPOSICIÓN)
Toros de Juan Pedro Domecq: Finca ‘Lo Álvaro’, Castillo de las Guardas (Sevilla)
Morante de la Puebla, Fernando Adrián y Borja Jiménez
Recordamos que puedes consultar en este enlace toda la agenda de festejos taurinos que se darán por televisión próximamente