Con la finalización de la temporada a este lado de charco los ganaderos cambian el chip y empiezan a comenzar las faenas propias del otoño y el invierno. Pese a que cada vacada es un mundo, este es el momento para repasar las vacas y los sementales, hacer los lotes, realizar saneamientos, llevar a cabo el desahijado y posteriormente el herradero o empezar a comenzar los tentaderos. Un espacio de tiempo donde también reciben la visita de los veedores, esos que estos años han madrugado por la falta de animales en el campo.
Son meses de trabajo en silencio, de darle mil vueltas a cada decisión, siendo la época más bonita del año y la más importante al depender el futuro de la ganadería de una decisión. Dependiendo de la ganadería los sementales va a las vacas en octubre, noviembre o diciembre, existiendo astados que cubren durante seis meses y otros que repasan las hembras sin cubrir. Uno de los sementales más conocidos del campo bravo es ‘Cobradiezmos’ un toro que junto a otros animales como ‘Pocopelo’, ‘Decidor’ o ‘Ganador’, entre muchos otros, han dejado huella en un número importante de vacadas de bravo.
Pero no todos esos animales viven hasta sus últimos días en la ganadería, recientemente conocimos como el citado ‘Cobradiezmos’ moría tras una brutal pelea con otros sementales. Afortunadamente, ha estado 8 años con las vacas, dejando simiente suficiente en la casa. Menos tiempo estuvo ‘Histórico’ un astado de La Palmosilla que también murió en una pelea tal y como nos contó su ganadero: “Este fue semental que únicamente pudo cubrir dos temporadas, pues en una pelea sus hermanos lo tiraron a un pozo donde murió ahogado. Hijo de ‘Opíparo’ y ‘Cuentacosas’, intuyo que nos puede dar muchas alegrías”.
Como la gran mayoría de los animales bravos, ‘Cobradiezmos’ se enfadaba cuando se le reducían los espacios, algo que ya demostró en un vídeo publicado por la ganadería extremeña durante un saneamiento. Ya no era por no estar junto a las vacas, sino porque sentía que se le privaba de su libertad. Este es un tipo de animal impredecible en el campo por su comportamiento jerárquico, un encaste con el que hay que tener los cinco sentidos puestos, de ahí que todo hubiera que hacerlo a favor de obra.
Un astado que, pese a su nobleza en el campo, arremetió contra uno de los vaqueros de la ganadería cuando este le abrió la puerta tras pasar los pertinentes controles sanitarios durante el saneamiento. Una labor engorrosa que se hace varias veces al año y por la que se quejan multitud de ganaderos debido al peligro existente y al estrés al que se le somete a unos ejemplares acostumbrados a vivir en libertad.
A campo abierto todo cambia pese a estar pululando a su alrededor varios caballistas. Normalmente, cuando estos aparecen hay cierto “jaleo”, o bien para cambiarlos de cerca, para acrotalar a algún becerro, para llevarlos a los corrales o para sacar al semental de las vacas. En esta ocasión, pese a la presencia de los vaqueros, tanto ‘Cobradiezmos’ como su hato de vacas permanece impasibles al estar el primero de ellos cortejando a las hembras. Primero olfatea para ver cuál está en celo, luego poco a poco se va acercando para cortejarla y posteriormente montarla.
Por desgracia, y tal como avanzamos en la parte inicial de la noticia este célebre animal no podrá volver a cubrir vacas al haber aparecido muerto en la mañana de hoy. El cambio de tiempo suele volver irascibles a los animales, produciéndose mayor número de enfrentamientos entre ellos. Pese a tener los pitones cortados, dicha pelea ha sido de una dureza extrema, algo que ha provocado que este semental muriera por las distintas cornadas internas producidas durante dicho enfrentamiento.