28 han sido los festejos toreados por Ginés Marín en esta campaña de 2024, un espada que, salvo en Bilbao y Valencia, ha estado anunciado en los principales cosos de España y Francia. Si sumamos los cinco festejos toreados en América, el número asciende a 33 festejos, siendo 41 las orejas cortadas en 11 faenas de dos orejas. 66 han sido las reses lidiadas en una temporada donde consiguió cortar un rabo a un ejemplar de Montalvo.
Pese a su cambio de apoderamiento, Ginés espera poder volver a todas esas plazas de primera donde triunfó el pasado año, amén de otras donde la espada evitó la foto de la salida a hombros. Junto a Álvaro Polo emprende un nuevo camino, dos amigos que se unen para cumplir un sueño que tenían pendiente. Sus festejos en México le ayudarán a no perder el contacto con los públicos y llegar a marzo con el rodaje suficiente como para no acusar el inicio de la temporada.
Entrega, pero sin suerte con los lotes, en el inicio de su campaña a este lado del charco
Abría su temporada a este lado del charco en la localidad madrileña de Valdemorillo, coso donde pecharía con el peor lote una desigual corrida del hierro gaditano en una tarde donde compartió cartel junto a Alejandro Talavante y Juan Ortega. Ovación y palmas fue el balance de una tarde donde volvió a reencontrarse con la afición española antes de volver a tomar un vuelo para torear en Jalostotitlán (Jalisco).
El tercero de la tarde un toro negro de nombre » Madrilito» con el número 82 en los costillares, muy bajo el toro, al que Gines Marín lo recibió variado con su capote alternando verónicas y chicuelinas y rematando con el capote a una mano. Lo cuido en el caballo el padre del matador. Ginés Marín se echó el capote a la espalda en el quite exponiendo, siendo incluso tropezado por los cuartos traseros del toro, se volvió a poner Marín al quite levantando las palmas del público tras los vistosos lances. En la faena de muleta de inicio de costo al torero de Badajoz acoplarse con la embestida del toro, ya que cuando le obligaba perdía las manos, a base de colocación y tiempo consiguió ir ligando los muletazos por el pitón derecho y según avanzaba la faena las tandas llegaban más al tendido, a final de faena tuvo que atacar el torero, pero ya el toro embestía con medio muletazo y la cara a media altura. Estocada hasta la bola en todo lo alto y Ovación para el torero que estuvo siempre por encima de su oponente.
Cerro plaza » Rescoldito » otro toro con el que Ginés Marín estuvo voluntarioso con el capote, realizando quite por chicuelinas y antes toreando con temple a la verónica. Cómo al resto de la corrida se le pegó muy poco en el caballo y en banderillas destacó la actuación de Manuel Larios que fue obligado a saludar. Ya en la faena de muleta Ginés Marín tras brindar al público se quedó en el centro del ruedo de rodillas y así dio la primera tanda con la diestra metiendo al público en la faena, las siguientes tandas el toro bajo el ímpetu, pero no hizo lo mismo el torero que manteniendo la intensidad. Estocada de perfecta ejecución y colocación. Faena de más a menos. Palmas.
Ginés abre el marcador de su temporada con una oreja en Castellón
Una oreja pasearía Marín de la corrida de Matilla en Castellón, esa donde también trenzaron el paseíllo el granadino David Fandila ‘El Fandi’ y el madrileño Fernando Adrián. A su primero le dejó pasajes de buen torero, pero sin acabar de llegar arriba, por su parte en su segundo conseguiría realizar una faena con mayor fondo que le valió el citado apéndice de un astado con movilidad pero medido en su raza.
Fue ovacionado Ginés Marín tras lidiar al tercero, un toro suelto de inicio, con transmisión durante la lidia, y con el que lo intentó el extremeño, pero sin llegar arriba. Dejó una estocada, un descabello y fue ovacionado tras aviso al esfuerzo. Puso empeño Ginés Marín ante el sexto. Se entregó y puso ganas por ambos lados el extremeño. Especialmente destacó en los remates de serie, paseando una oreja tras despenarlo con el acero.
Marín pasea premio con la corrida de La Quinta en Arles
Su tercero paseíllo de la temporada fue el 1 de abril en Arles, plaza donde se anunciaba con la corrida de La Quinta junto a Juan Leal y Clemente. El diestro nacido en Jerez de la Frontera pasearía una oreja del quinto, ejemplar que fue rompiendo poco a poco gracias al trato que le dio Marín. Se gustó al natural, dejando también pasajes estimables en redondo. Con el noble, pero apagadito segundo no acabaría de conectar con los tendidos.
El segundo, para Ginés Marín, de octubre de 2019, de 525 kilos, era un toro muy bajo y bien hecho al que dejó acompasadas verónicas de salida Ginés Marín. Lo preservó en el caballo, y fue noble, pero le faltó raza para conectar con el tendido. Toreó muy bien por abajo, con temple y suavidad, pero no conectó frente a un toro que no transmitía. Dejó dos buenas series y dos por naturales, dejando un espadazo tendido. Ovación tras aviso.
El quinto toro, para Ginés Marín, número 67, de 530 kilos, fue un animal que no se entregó en los dos primeros tercios y no pudo lucirse de capa el extremeño. Quitó por delantales Clemente. Dejó una faena de oficio ante un animal con poco recorrido, poca raza y humillación de inicio. Dejó dos series importantes, una al natural y otra con la diestra, y poco a poco rompió el toro; muy por encima del animal en una faena que remató en la corta distancia, pero falló con el acero. Silencio tras dos avisos.
Una faena de buen metraje en La Maestranza
El martes 16 de abril era la fecha marcada en rojo por muchos aficionados, una tarde donde dos de los toreros más destacados del 2023 se anunciaban con un hierro de campanillas en La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Pese a no cortar orejas, Marín dejaría una faena de buen metraje y mejor colocación ante el zambombo que hizo sexto, un toro con el que rozó la oreja tras un trasteo solvente y macizo ante un ejemplar vulgar. Con el tercero poco pudo hacer más que justificarse ante la sosería del astado de Garcigrande.
Ginés acertó eligiéndole los terrenos al tercero, un fino obediente y bobalicón al que logró mantener en pie y embistiendo sin que nada de lo que mostraba pareciese tener transmisión alguna. Hasta la espada cayó en el lugar adecuado para derribar al de Garcigrande de forma fulminante.
Aún le quedaba una lección de perfección en las formas al torero de Olivenza, y fue con ese zambombo sexto de hondo corpachón y cabeza pequeñita. De esos que embisten en esta casa de vez en cuando por aquel goterón de Amelia, pero que no fue el caso con el de hoy. Manso desde que salió, desentendido de salida de trapos y cuerpos, no se pudo resistir, sin embargo, a seguir el trapo que le ofrecía Ginés con el sitio siempre ganado. No se puede colocar mejor un tipo para torear a un manso. Ni a un bravo, tampoco, pero es que con el manso con peligro se pone la vida en juego sin que se percate el tendido, como le pasó con el sexto. Pero como está en ese momento en que todos saben que puede con todo, logró que, al menos, se tradujese su esfuerzo en una vuelta al ruedo.
🎥 Resumen de la corrida de hoy de Feria de Abril en @maestranzapages
➡️ Oreja para un Emilio de Justo muy firme
➡️ Ovaciones para Ginés Marín con un lote complicado
➡️ Cayetano sin opciones ante un lote de poca transmisión
📺📱 Lo viste en https://t.co/TLxp8DQHgt pic.twitter.com/eQqMJF6Gs2
— OneToroTV (@OneToroTV) April 16, 2024
Tarde de entrega y compromiso con la corrida de La Quinta en Madrid
Volvía a anunciarse con el hierro de La Quinta tras la oreja paseada en Arles. En su primer paseíllo en el coso capitalino no acabaron de salir las cosas ante un desigual lote del hierro sevillano con el que Marín estuvo asedado y voluntarioso pero sin llegar a ahormar una faena de calado que llegara a los tendidos. Su primero tuvo nobleza pero le faltó transmisión y el sexto sacó aspereza y genio, algo que complicó la limpieza de los muletazos. Así lo narramos:
Al portón de los sustos se fue Ginés Marín a saludar al tercero, otro toro serio y cuajado pero mejor hechurado que los anteriores, al que dejó luego verónicas de firmeza. Quitó, tras una vara en la que fue desarmado Ignacio Rodríguez, por chicuelinas Miguel Ángel Perera. Era un toro al que había que pulsear y con el que había que estar muy firme, y lo estuvo Ginés, porque era noblón, pero le faltaba transmisión. Y aunque obediente y fijo, era difícil conectar con él. Expuso en todo momento en una obra larga el extremeño, no acertando a espadas y requiriendo de descabello. Silencio tras aviso.
No parecía santacolomeño el sexto, un toro feo de hechuras y que luego embistió como su fisionomía, pero le tocó tener en frente a un torero que atacó con verdad y que todo lo que hizo fue con compromiso. Logró robarle Ginés algunos naturales de mérito a un toro sin entrega, pasador con la cara alta y que pegaba gañafones y tornillazos en el final del viaje. Muy complicado. Se atascó con los aceros. Silencio tras aviso.
Ginés Marín mantiene el crédito intacto en su primera tarde en Las Ventas
Pese a la ambición mostrada por el matador de toros criado en Olivenza este no consiguió que su segunda bala isidril diera en el blanco debido al “descafeinado” juego de los toros de Montalvo y José Vázquez que le cupieron en suerte. Dio un paso adelante ante su lote, pero este nunca quiso romper tras la pañosa. Mostró actitud y persistencia ante los elementos, pero su lote estaba vacío de esa raza necesaria para que los muletazos llegaran arriba.
No fueron los de Montalvo y Pepe Vázquez el material adecuado para lo que venía a buscar Ginés. Ni agradecidos fueron, porque el tercero fue informal, exigente, medidor. Un examinador intransigente que planteaba la prueba sin la menor intención de ofrecer premio. Aún así, lo percibió la plaza cuando comprobó que ya era suyo el toro en esa serie a zurdas con la que concluyó faena, justo antes de robarle también el sitio al animal vencido. De ahí la gran ovación.
Al sobrero que sustituyó al sexto, que saludaba a los torileros por su nombre, también le ganó la pelea para sacudirse el polvo y los fantasmas. Ese no dijo nada ni de salida -se emplazó pidiendo toreros- ni en el jaco, donde se dejó pegar sin señal de respuesta. Quiso imponerse en banderillas con la cara por las nubes en los embroques de Larios, y marcó la querencia siempre fuera de las tablas del 9. Fue entonces, cuando se quedaron solos, cuando tiró el extremeño de capacidad y no halló el toro fondo para responder. De inmediato se la echó a la zurda y le indicó que el viaje moría largo, más allá de donde quería él. Y tanto se impuso y tanto le limpió esa embestida sucia y desagradecida, que terminó pareciendo simplemente un toro vulgar, cuando tenía reserva escondida y un poquito de mala baba. Pero es que Ginés es muy buen torero.
🎥 Resumen del festejo de hoy de #SanIsidro en @LasVentas
➡️ Gran faena de Diego Ventura al cuarto. El acero le priva del triunfo
➡️ Firmeza de Ginés Marín que logró buenos muletazos a sus dos toros
➡️ La disposición de Cayetano no fue suficiente para poder optar a triunfo… pic.twitter.com/IFBFxEzwAf
— OneToroTV (@OneToroTV) May 26, 2024
Ginés brilla con luz propia en la Corrida de San Fernando
Tres apéndices de la corrida de El Freixo pasearía Ginés Marín la tarde del 2 de junio en la plaza de toros de Aranjuez, un coso de enorme solera donde trenzaría el paseíllo junto a Juan Ortega -sustituto de Manzanares- y Andrés Roca Rey. Se mostró seguro y solvente delante de la cara de los animales, acreciendo sus virtudes y tapando los defectos de los ejemplares que tuvo delante. Se vio una versión más reposada y suelta de un espada que ya había pasado el “trago” de Madrid.
‘Rebujino’ salió en tercer lugar, con 531 kg y negro mulato de capa. Ginés Marín intentó estirarse a la verónica, pero sin éxito, perdiendo las manos el toro en varias ocasiones. Excesivo fue el castigo de Guillermo Marín en varas, siendo protestado. Se tiró de hinojos el extremeño para ligar una preciosa serie por el derecho. Un par de series de trazo largo por la derecha, de colocación y empaque. Al natural se gustó Ginés, ante un toro que embestía con clase y fijeza, que supo aprovechar el torero viendo las grandes cualidades del toro por ese pitón izquierdo. Por cercanías y manoletinas cerró faena. Estocada hasta las cuerdas. Dos orejas y ovación en el arrastre para un gran toro.
En sexto lugar salió un toro negro mulato de preciosas hechuras, con 531 kg. ‘Catauvas’ dejó estirarse – a medias- a la verónica a Ginés Marín. Se desmonteró Antonio Chacón tras dos buenos pares. Lo midió de inicio Ginés por el derecho, ante el enclasado toro. Las mejores series vinieron por el izquierdo, con profundidad y ligazón, donde supo Ginés aprovechar esa gran bravura y humillación del burel. Se gustó el diestro en un arrimón final que puso en pie al tendido. Estocada al segundo intento, que tardó en caer. Oreja.
Marín hace pleno con una interesante corrida de Cuvillo en Plasencia
Cuatro orejas pasearía Ginés en su paso por Plasencia, plaza donde se anunció junto a Alejandro Talavante -en sustitución de Morante de la Puebla-, y Andrés Roca Rey ante los toros de Núñez del Cuvillo. Exprimió al ejemplar lidiado en tercer lugar a base de mando y temple, mostrándose también firme y solvente con el toro que cerraba el festejo.
Dos orejas cortó Ginés Marín al tercero de la tarde, un astado colaborador, al que el extremeño supo exprimir para conectar con el público, lo que le valió para pasear los dos apéndices. Otras dos orejas sumó Ginés Marín en el sexto, un animal con teclas con el que Ginés Marín se mostró firme y solvente. Con un estoconazo rubricó su faena y completó una tarde redonda.
Badajoz, Torrejón de Ardoz y el triunfo de Zamora para cerrar el mes de junio
Unos días después actuaría en su tierra en una corrida mixta donde trenzó el paseíllo -sin suerte- junto a Pablo Hermoso y Emilio de Justo con la corrida de la casa Matilla. También saldría ovacionado en Torrejón tras pinchar al último astado de la tarde de El Pilar tras una labor de menos a más en la que todo lo puso el torero. Dos orejas conseguiría pasear en su última cita del mes de junio en Zamora ante los toros de Cuvillo. Desorejó al buen tercero, un astado con nobleza y calidad del hierro gaditano.
Una oreja de peso en su paso por «La Feria del Toro»
Ginés Marín trenzó el paseíllo el martes 9 de julio en Pamplona junto a Sebastián Castella y Emilio de justo, tarde donde tuvo suerte dispar con los toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés que le cupieron en suerte. Su primero tuvo calidad y buen embroque, ese que aprovechó el oliventino para pasearle una oreja. El sexto sacó aspereza y complicaciones, algo que yo ayudó en nada a cimentar una faena de triunfo.
“Esperón” llevaba por nombre el tercero, negro mulato de capa, número 136, de 545 kilos y primero del lote de Ginés Marín. Toro alto y cuajado, al que dejó buenos lances capoteros Ginés Marín; lo picó Ignacio Rodríguez y, tras él, comprometido fue el quite por chicuelinas del extremeño. Buenos los pares de Antonio Chacón. Al tendido brindó Ginés Marín, que comenzó su obra de rodillas intentando que el tendido entrase en la faena. Y lo consiguió, porque dejó varios muletazos de hinojos, un molinete y un pase de pecho en terrenos del tercio con los que llegó fuerte arriba. Dejó naturales de mucho mérito ante un toro sin fuerza, al que intentó sujetar y con el que anduvo muy firme. Por el izquierdo perdía las manos, y se mantuvo firme Ginés, y por el derecho era exigente un toro al que sometió el pacense. Final de faena de mérito en las bernadinas, estocada y oreja de justicia.
Ginés y una faena de poso y ligazón pero la espada lo deja en una oreja en Mont de Marsan
Volvía el diestro extremeño a Francia para anunciarse junto a Sebastián Castella y Yon Lamothe con la corrida de Victoriano del Río, vacada que envió un encierro desigual en presentación y juego. Poco puso hacer con el apagado segundo, paseando una oreja de peso del encastado y repetidor quinto, un astado al que toreó con suma cadencia y suavidad. La espada evitaría el corte de la segunda oreja.
El quinto de la tarde fue un interesante astado de la familia del Río, un astado al que toreó con suavidad Ginés a la verónica rematando con una media de cartel. Saldría ovacionado Ignacio Rodríguez tras dos varas donde el animal empujó con clase. El momento más angustioso de la tarde se vivió en un ajustado quite por saltilleras y tafalleras de Lamothe, afortunadamente todo quedó en un susto. Brindó Marín a Diego Ramos antes de dejar una sensacional tanda con la derecha rodilla en tierra. Cuajó por ambos pitones al astado, todo lo quiso hacer con suma suavidad ante un toro que tuvo gran entrega. El personal toreo del jerezano sobresalió en una plaza que sabe captar lo bueno. Su labor iba encaminada hacia el triunfo, pero la espada no entró a la primera, sonó un aviso y paseó una oreja.
Marín cincela una de sus «faenas del año» en el coso de Cuatro Caminos
Otras de las faenas de su temporada se dio en el coso santanderino de Cuatro Caminos, una plaza donde consiguió desorejar a un buen astado de Antonio Bañuelos, un ejemplar con movilidad, humillación y clase al que le «dio fiesta» un espada que le tiene cogido el pulso a esta plaza norteña. Poco puso hacer con el sexto, toro de escasas opciones con el que se mostró firme y muy centrado.
El toreo a la verónica de Ginés Marín en el saludo al tercero fue sencillamente magnífico; cadencioso, encajado y al ralentí hasta la media, hermosísima. También lo fue el quite, con chicuelinas y tafalleras a uno por hora, con el animal embistiendo muy bien y por abajo en el capote. Muy de verdad fue la actuación en banderillas de Antonio Chacón, exponiendo mucho. Brindó a Morante, presente en una plaza en la que reaparece mañana, y se puso a torear sin probaturas Ginés. Ya lo tenía visto. Firme, aplastado en el suelo y con la muleta siempre por delante para recibir y soltar la repetición del toro, muy compuesto siempre, muy a gusto en la arena. Dominó mucho los trastos siempre Ginés, rotundo en su expresión y en su ejecución, muy redondo de cara al tendido. Muy puesta en el morro al natural, se rompió exigiendo al natural mientras el toro le respondía con entrega y con calidad. Fue larga y exigente la faena, en la que el toro siempre fue a más. Coronó la obra con una estocada hasta la bola que le puso en la mano las dos orejas.
El castaño sexto fue devuelto por lesionarse en un choque de salida contra el burladero. El mismo hierro lucía el sobrero, con la cara más lavada y las puntas más abiertas, al que saludó Ginés Marín rodilla en tierra pero luego desistió de estirarse por su falta de todo. Este fue otra cosa desde su salida, y no tuvo un comportamiento esperanzador en los primeros tercios. A pesar de todo, lo brindó Ginés al público, que ya le había visto cortar dos orejas al tercero, y le echó paciencia para ver cómo pasaba y consentirle mucho para acostumbralo al trapo, aún con esa acometida sucia e informal. Tuvo oficio, conocimiento e intención Ginés, que fue paciente con un animal sin virtud ni gracia. El arrimón final no está al alcance de cualquiera, dejándose el toro en los mismos muslos en un esfuerzo por dejar buen sabor de boca en una plaza que lo venera. Lo fulminó de un espadazo y escuchó silencio.
Tarde rotunda -sin espada- de Ginés en El Puerto de Santa María
Abría su particular mes de agosto en la plaza de toros de El Puerto de Santa María junto a Morante de la Puebla y Andrés Roca Rey, dos espadas que si pasearon trofeos en una tarde donde el extremeño pinchó en hueso dos solventes trasteos. La corrida de Cuvillo ayudó, y eso propició el poder ver una gran tarde de toros en un coso de gran personalidad y muy del gusto de los propios toreros.
El tercero fue un toro con calidad, bravo, con codicia, al que saludó a la verónica Ginés Marín, cuajándolo por momentos. Empujó y cumplió bien en el caballo el de Cuvillo, quitando Marín por chicuelinas. Brindó el toro a Antonio Manuel Punta, que en anteriores temporadas estuvo en su cuadrilla. Aprovechó la bravura y calidad del animal de rodillas, y luego por ambos lados dejó una obra de nota. Momentos profundos, dejando una espada en buen sitio y cortó una oreja después de que tardase en caer el toro. Incluso lo había levantado previamente el tercero con la puntilla.
El sexto, para Ginés Marín, fue un toro al que saludó con verónicas y chicuelinas. Bien lo picó Ignacio Rodríguez, que fue ovacionado. Toro bravo y con calidad de Cuvillo, estando muy por encina el oliventino. Por ayudados por alto comenzó su faena, en la que dejó una obra muy firme por ambos lados y en la que levantó en varios momentos de su labor a los tendidos. Faena in crescendo ante un toro con calidad, al que le bajó la mano con gusto, especialmente por el derecho, y al que dejó finales de serie con sabor. Lamentablemente, falló con el acero, y todo quedó en ovación.
Otra tarde de gran calado en Huesca
El 11 de agosto llegaba a la plaza de toros de Huesca para anunciarse en su Feria de la Albahaca junto a Enrique Ponce y David Galván. Dos orejas cortaría al sexto de Moreno Pérez-Tabernero, un toro don humillación pero corto recorrido que entendió a la perfección Marín. El tercero fue un toro de Samuel Flores con movilidad pero que siempre se vino muy por dentro, un ejemplar con el que tuvo que estar firme y asentado
El tercero de la tarde fue un astado de Samuel Flores que no lo puso fácil para banderillear, un astado que siempre vino midiendo y a oleadas. Confiazo y muy centrado estuvo un Ginés Marín que no tiró nunca la tres cartas ante un ejemplar de movilidad díscola y sin fijeza en los engaños. Muy asentado estuvo el jerezano, espada que tapó los defectos de un astado distraído y sin celo en los engaños. Tuvo importancia todo lo que hizo ante un animal con movilidad pero que siempre venía por dentro, un Samuel Flores que radiografiaba al torero en cada pase y que gracias al esfuerzo del torero se notó menos en los tendidos. Esperó mucho el animal en la suerte suprema momento en el que Marín pasaría un mal trago por la condición del complicado Samuel.
Ginés Marín se encontró con el toro más claro del encierro en sexto lugar, un ejemplar que todo lo quiso por abajo, un astado franco y repetidor que disfrutó ya desde el capote el diestro oliventino. Todo se lo hizo despacio a un animal que tuvo mayor profundidad a derechas. Labor que caló rápidamente en unos enfebrecidos tendidos. Marín lo llevó siempre enganchado, de lo contrario el animal se desordenaba. A izquierdas mantuvo la humillación pero acortó su recorrido, de ahí que volviera a torear en redondo para finalizar un trasteo donde se vio a un torero firme, templado y reposado. Acortó distancias ante un toro de Moreno Pérez-Tabernero de grandes virtudes. Tras tirar al toro sin puntilla de una gran estocada paseó las dos orejas de interesante ejemplar jiennense.
Ginés se deja con la espada un gran triunfo en Dax
Otra de sus tardes importantes tuvo lugar en la plaza de toros de Dax, coso donde se anunciaba junto a Miguel Ángel Perera y Clemente. Tres espadas que estuvieron a la altura de una exigente y brava corrida de Santiago Domecq, un encierro que hizo historia con un toro indultado (6º) y dos animales de vuelta al ruedo (2º y 3º). Marín se dejó con la espada tres orejas, un premio importante en uno de los cosos más relevantes de Francia.
Bronca al palco en el segundo de la tarde por no concederle una oreja a Ginés Marín frente a un toro de Santiago al que se le concedió la vuelta al ruedo. Aunque le cayó la espada un punto baja, hubo momentos de gran toreo. Fue frío de salida el animal, derribando luego a Guillermo Marín en la primera de las dos varas, en las que empujó. Lidió Antonio Chacón con efectividad al animal, pareando Manuel Larios y Fernando Pérez. Brindó al tendido el extremeño, que estuvo muy firme desde el principio con el animal, con dos series de toreo poderoso por la mano derecha para iniciar obra, y luego embaucar al natural la brava embestida del astado. Terminó con bernadinas; aunque la espada cayó baja, hubo petición mayoritaria, no atendida. Dio la vuelta al ruedo el torero.
Un enrazado y valiente Ginés Marín se llevó el reconocimiento de Dax, un toro con el que se fue a portagayola y con el que dejó luego verónicas de buen trazo y una honda media. Lo picó correcto Ignacio Rodríguez y lo lidió Manuel Larios abriéndole los caminos. Muleta en mano, inició obra de rodillas en un prólogo de gran calado; por la derecha, dejó toreo profundo y luego acortó distancias con el toro, que le dio una feísima voltereta sin consecuencias aparentes. No se dejó nada en el tintero el extremeño, pero el acero -un pinchazo y una estocada baja- dejaron todo en ovación.
El Burgo de Osma y Roa de Duero en plano mes de agosto
Dos paseíllos trenzaba Marín los días 15 y 16 de agosto en las localidades de El Burgo de Osma y Roa de Duero, festejos donde dejó patente el momento por el que pasaba con actuaciones solventes y muy toreras que calaron rápidamente en unos tendidos que acudieron para ver dos festejos taurinos con toreros y ganaderías de gran atractivo.
Puerta grande en la despedida del maestro Ponce en Gijón
Dos orejas -una por toro- paseó Ginés Marín en Gijón en una tarde muy especial para Enrique Ponce, espada que se despedía esa tarde del coso de El Bibio. Se lidió un encierro de Núñez del Cuvillo que no acabó de romper pese a lidiar ejemplares con nobleza. El extremeño se gustó en los remates y pases de pecho, dejando tantas muy toreras aderezadas de su personal concepto del toreo. Así narramos la tarde:
La brusquedad no permitió al diestro pacense lucimiento alguno con el capote. Un correcto tercio de varas y puesta de banderillas, dió paso a un incuestionable Ginés Marín. Un oponente de escasa embestida no pusieron en duda la predisposición del torero. Actitud y tesón, junto a una estocada entera y en el sitio, permitieron que le cortase una oreja al burel con el que llegaríamos al ecuador del festejo. Oreja y silencio al toro.
Sexto y último toro que cerraba la Feria de Begoña 2024. Ginés Marín pudo lucirse, brevemente, con el capote. Buen puyazo recetó Guillermo Marín y buena y eficaz puesta de palos por parte de la cuadrilla. Marín brindó su toro a Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón. Con mucha clase los inicios, desembocaron en una faena que fue a más, a media altura y, una vez más, con una gran disposición por parte del diestro. Ambas manos, recursos, torería y naturales de cartel de toros. Pinchazo y estocadón. Oreja.
Ginés se faja con un encastado animal de Lagunajanda en Málaga y le pasea una oreja
Interesante -para el aficionado- fue la corrida de Lagunajanda lidiada en Málaga, un encierro exigente y con sus teclas que los tres espadas supieron tocar para tocar pelo. Ginés le pasearía una al tercero por una faena técnicamente perfecta, esa donde se pudo abandonar ante un interesante animal de la prestigiosa vacada gaditana. El sexto le daría pocas opciones de triunfo y su labor fue silenciada. Así narramos su faena al primero:
‘Bizcocho’, tercero de la tarde, fue un toro de los que se denominan guapos. De buenas hechuras, bien armado, con trapío, bajo. A simple vista, reunía todas las condiciones para embestir. Y embistió, con mucha calidad. Pero también tuvo sus defectos, como la salida de los lances, en los que se quedaba distraído mirando hacia el tendido. Ginés Marín lo vio desde el primer encuentro con el capote y lo exprimió en la muleta. Intentando fijar siempre la embestida y tapando la salida en cada muletazo, algunas veces con mayor acierto que en otras, lo toreó por ambos pitones en una faena de importancia. Cada serie duraba algo más que la anterior, al igual que cada vez el trayecto de la muleta era más largo, mientras el astado de Lagunajanda dejaba surcos en el albero. Mejor con la mano izquierda. Y los pases de pecho, interminables, donde rompía el toro hacia delante. Dejó una muy buena estocada que le valió la oreja. Destacó, además, el tercio de banderillas ejecutado por la cuadrilla de Ginés Marín.
Oreja al momento de Ginés Marín en Colmenar Viejo
Una oreja al pulso y la templanza paseó Ginés Marín en el sexto de la tarde. Se trató de un toro con codicia e importancia al que el extremeño entendió desde el principio, jugando este con las distancias y las alturas para acrecentar sus ganas de embestir. Menos opciones tuvo con el tercero, un ejemplar medido en su raza al que toreó con mimo a en la media distancia debido a su limitado recorrido.
No fue nada fácil la embestida del colorao que hizo tercero, pero no le importó a un Ginés Marín sobrado para dejarle cuatro verónicas y media entre venidas por dentro y arrancadas informales. Magnífica fue la actuación en banderillas de Antonio Chacón y Fernando Pérez, obligados a saludar. Con la muleta tardó muy poco el extremeño en verle la condición al astado y darle suavidad, media altura y mucho mando para conducir despacio su recorrido limitado. Siempre por encima del Cuvillo, siempre sin dificultad, supo darle aire, elegirle la media distancia y no apretarlo nunca para que no se cayese, pero eso devino en una falta de exigencia que le restó emoción al trasteo. Una estocada sencillamente perfecta tiró al toro patas arriba para escuchar una ovación tras fuerte petición.
El saludo a la verónica de Ginés al sexto, suelto de brazos y muñecas, acompasado de cintura y anclado de pies, fue de lo mejor de la feria en general. El toro se desplazó, colocó la cara con clase y repitió con ritmo e intensidad, quizá por primera vez en todo el ciclo de Remedios. En el quite por chicuelinas, ya con el toro más aplomado, lo dibujó mejor el extremeño de lo que lo tomó el de Cuvillo. Se fue con mucha decisión Ginés a brindar al público de rodillas esperó en el tercio la arrancada de un animal con mucho más disparo, que se empleó en el toreo exigente con la mano derecha y de rodillas. Pero lo hizo también ya de pie, con el público ya fuera del letargo de la falta de fuelle. Obediente a los cites y con carbón en su sería embestida, este sí sirvió para que un torero del poder de Ginés le dejase naturales mandones, pero derechazos de largura y profundidad. Y en estas andaba, con el público a favor, cuando decidió meterse entre los pitones de manera inesperada, dividiendo las opiniones de un tendido que ya se frotaba las manos con la largura y la profundidad del muletazo de Marín. Pinchó, además, y se quedó el premio en una oreja, pese al cañonazo con el que lo tiró después.
Puerta Grande a la cadencia de Marín en Palencia
Volvió a reencontrarse con el triunfo a comienzos del mes de septiembre en Palencia en una tarde donde estuvo acartelado junto a José María Manzanares y Andrés Roca Rey. El extremeño no tuvo opciones con el deslucido tercero en una labor donde el viento también molestó una enormidad. Al sexto lo desorejó a base de temple, buena colocación y sentido de la medida. Se le vio suelto a Marín delante de la cara de un astado de Cuvillo con virtudes.
El sexto de la tarde, para Ginés Marín, fue otro toro con calidad y sobre todo transmisión al que aprovechó muy bien Ginés Marín, que cuajó verónicas de buen gusto. Y muleta en mano anduvo poderoso, cuajando momentos profundos por ambos lados que calaron en el tendido. Hubo detalles de mucho gusto especialmente en los finales de serie, por abajo, por donde Ginés dejó remates de poso. Y una estocada en todo lo alto, paseando dos orejas.
Ginés pecha con el peor lote en la Corrida del Motín en Aranjuez
Volvería a Aranjuez tras el gran triunfo cosechado el 2 de junio, un cartel donde inicialmente estaba anunciado Morante de la Puebla, espada que no podría comparecer tras cortar la temporada. Una tarde donde se iría de vacío tras pechar con el lote más deslucido de la corrida que envió Santiago Domecq Bohórquez. Así narramos sus faenas:
De preciosa capa el sardo que salió en tercer lugar, cuatreño de 538 kg. Se pudo estirar Ginés Marín a la verónica, dejando un elegante saludo capotero que cerró con dos medias. Buenos pares de Antonio Chacón, que fue ovacionado. Se fue a los medios Ginés a brindar al público. Por ayudados por alto comenzó faena. Una serie le duró al astado la gasolina por el derecho, en la que embistió con calidad y fijeza. Por el izquierdo se quedaba a medio muletazo, violentándose en la salida del mismo. Lo siguió intentando el extremeño, robándole algún buen muletazo suelto con la diestra. Mató de gran estocada en el sitio. Ovación.
Cerrando la tarde salió Altacumbres, cuatreño de 501 kg y negro pitón de capa. De preciosas hechuras y serio de cara, le sopló Ginés Marín unas preciosas verónicas que cerró con una ajustada media. Lo agradeció el respetable con una acalorada ovación. De zurdas comenzó faena Ginés, corriendo la mano con elegancia en la primera serie. Desclasada era la embestida del burel, que pasaba sin repetir siguiendo la tela, quedándose incluso un tanto corto. No cejó en su empeño el diestro en poder sacar algo, ante un toro ya venido a menos. Mató de gran estocada. Ovación.
Ginés Marín exhibe su poder con cuatro y un rabo, a hombros en Navaluenga
Se vio un auténtico espectáculo en la plaza de toros de Navaluenga con los máximos trofeos cortados por Ginés Marín a un interesante toro de Montalvo con el que se rompió por ambos pitones en una faena de cante grande. Menos opciones le dio el quinto, un toro con menos raza al que consiguió sacar muletazos sueltos. Así narramos su faena al segundo:
Ginés Marín cuajó una faena importante al segundo, un toro con nobleza y calidad al que cuajó a la verónica. Muleta en mano, dejó una obra a más en la que hubo momento de mucho temple y empaque. Tres cuartos de espada y dos orejas. Ginés Marín le cortó las dos orejas y el rabo al quinto, un toro con mucha calidad de Montalvo al que le dejó verónicas toreras y una bella media. Derribó al picador y luego dejó una faena muy importante, con muletazos profundos que calaron en el tendido. Estoconazo y máximos trofeos.
Oreja al natural de Marín en Guadalajara
Llegaba Marín al coso alcarreño tras su gran faena en Navaluenga, y pese a no haber foto de salida en hombros sí dejó patente su concepto con una faena a izquierdas que caló en la afición manchega. Se mostró suelto de muñecas y despejado de mente para meter en el canasto a un enclasado astado de El Pilar al que le cortó una oreja. Con el sexto no tuvo opciones por su falta de raza y celo. Así narramos su faena al primero:
Una oreja le corto Ginés Marín al tercero de la tarde de El Pilar, un toro negro salpicado bien presentado que desarrolló clase en la muleta del torero extremeño. Por el pitón derecho el toro tuvo una embestida ordenada y Ginés ligó los derechazos y los pases de pecho fueron largos de pitón a rabo. Por el pitón izquierdo el toro mostró clase y los naturales mantuvieron el nivel de la faena. Recto se tiró el matador con la espada, que quedó arriba algo trasera pero efectiva. El toro dobló y la primera oreja de la tarde fue a las manos de Ginés Marín.
Marín también sale a hombros en Albacete y cuaja a un gran toro de Mayalde
Otra faena importante del mes de septiembre la realizó en el coso manchego de Albacete a un toro del Conde de Mayalde, ejemplar de un gran pitón izquierdo al que entendió desde el principio. Despejado de mente y con las zapatillas asentadas, el extremeño pulseó al astado en tandas largas y profundas. Salió a hombros en aquella corrida. Así narramos su faena al primero:
Buen recibo capotero de Ginés Marín al segundo, otro toro serio y cuajado que cumplió en varas y en el que destacó Antonio Chacón en la lidia y Manuel Larios con los palos. Comenzó la faena con una bellos doblones por el pitón derecho, pero no cogió vuelo por ese pitón por el defecto que tenía el animal de puntear los engaños. Por el izquierdo fue otro cantar: el animal se desplazaba con profundidad y le consiguió trenzar naturales largos y profundos, que fueron a más como transcurriendo las tandas. Volvió a la diestra y esta vez sí consiguió una tanda limpia e importante. Gran toro el de Mayalde, sobre todo por el pitón izquierdo. Terminó su faena con unas ajustadas y cambiadas manoletinas que calentaron al respetable. Estocada trasera y tendida. Oreja y ovación en el arrastre al toro.
Un cierre de campaña europeo en el que también puntuó en Las Rozas
Cerró campaña europea en Las Rozas, en una tarde en la que cortó una oreja. Toreó con gusto Ginés Marín a la verónica al segundo de la tarde, un toro con clase pero medido de fuerzas, como el anterior. Comenzó la faena por estatuarios y aprovechó el pitón izquierdo, templando dos series y otra más con la diestra sin dejarse nada. Una faena de mucha torería que se quedó al filo del triunfo tras fallar con los aceros.
Con muchos pies salió el quinto, saludó a la verónica Ginés Marín al quinto de Buenavista. Faena de raza, ganas y de estar sin querer perder ni un momento para conseguir dominar la embestida de su oponente. Muletazos medidos, torería y sobre todo no dejarse nada, sin querer irse de vacío y encima una estocada que tiró al toro sin puntilla.