CAMPO BRAVO

Teo González, un mito entre los mayorales: esta es la historia del ‘hombre oculto’ tras Alcurrucén


sábado 25 noviembre, 2023

Teo González es un mayoral que ha basado su carrera en la dedicación, la afición y la constancia; su gran obra ha recaído en Alcurrucén.

Teo González
Teo González en el callejón de Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

Hablar de Teodoro González, Teo, como se le conoce en el mundo del toro, es hacerlo de uno de los mayorales más respetados del campo bravo, un conocedor, como se decía antiguamente, que sigue sentando cátedra cada día que se sube a uno de los caballos que se crían en casa de la familia Lozano. Afincado en El Cortijillo -entre las localidades de Fuente el Fresno (Ciudad Real) y Urda (Toledo)- desde hace ya veinte años, Teo ha pasado por innumerables momentos de tensión junto a este animal, sabiendo salir airoso en la mayoría de ellos.

Un hombre de campo que se ha forjado tanto en el frío del invierno como en el calor del verano, no importándole echar un cable cuando tocaba. Más de dos décadas junto al toro de Alcurrucén, ese que conoce a pies juntillas al tratarse de un tipo de animal que dice mucho con su mirada. El conocer a los animales desde chico le ayuda a conocer sus reacciones y así adelantarse a cualquier movimiento que pueda poner en peligro la integridad de su cabalgadura.

Teo Gonzalez
Teo González en Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

Teo ha vivido toda la vida rodeado de animales, sin ir más lejos, todo comenzó cuando era un niño con 9 o 10 años. Sus padres se dedicaban al ganado de manso en una finca muy cerca de casa de Victorino Martín. Desde chico acompañó a su padre en distintas faenas de campo, comenzando ahí su afición por este animal. Un hombre curtido en mil batallas, el cual ha pasado por varias ganaderías hasta llegar a esta casa.

Con 18 años empezó en la andadura del bravo, en la ganadería de Ángel Teruel, lugar donde ejerció las labores de vaquero y encargado durante 16 años. De ahí marchó a la ganadería de El Ventorillo, trabajando por primera vez como mayoral durante tres años, los mismos que estaría en Garcigrande, saliendo posteriormente la oportunidad de ser el mayoral en una casa de tanta importancia como Alcurrucén, una casa donde lleva varios lustros con su familia.

Un mayoral que ha basado su carrera en la dedicación, la afición y la constancia, tres aspectos fundamentales para funcionar en un trabajo que exige mucho a aquel que lo desempeña. Teo es un hombre llano y muy cercano, un mayoral que se siente uno más de su equipo pese a tener responsabilidades mayores que el resto. Admiró desde chico a Julio, Modesto y Antonio, que fueron mayorales de Victorino Martín, esos de los que aprendió una enormidad. Normalmente, esta profesión pasa de padres a hijos, pero Teo inició su carrera en solitario, muy joven y alejado de sus padres, se ha esforzado mucho, no regalándole nadie el lugar que ocupa actualmente, algo de lo que son conscientes aquellos que lo conocen.

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Teo González en El Cortijillo. © Pablo Ramos