Con la temporada comenzando el mes de junio son muchas los empresarios que andan rematando los festejos a celebrar el próximo verano. Cosos como Roquetas de Mar, Huelva, El Puerto de Santa María, Pontevedra, San Sebastián, Bilbao o Almería, entre otros, andan muy pendientes de aquello que ocurra en la primera plaza del mundo para acabar de confeccionar sus respectivos abonos. Pero el mundo del toro vive más allá del festejo en plaza, existiendo cientos de pueblos, localidades o ciudades que están terminando de adquirir los toros, novillos y vacas para los distintos espectáculos a celebrar en sus días grandes.
Uno de los centros de concentración de ganado bravo más importantes que hay en la Comunidad Valenciana es el que posee Jorge G.R., un apasionado del toro bravo que posee en su finca El Trapío, en Moncada, unos 60 animales que ya ha conseguido vender a un ramillete importante de ayuntamientos y peñas de nuestra piel de toro. Animales que bien podrían valer para cosos como Madrid, Pamplona o Bilbao, pero que tendrán como destino el festejo popular.
Se trata de animales de un imponente trapío que por una circunstancia u otra han acabado en esta finca valenciana. Hay que recordar que los toros que cumplen seis años no pueden saltar al rudo en una corrida de toros, pero sí ser exhibidos en un festejo popular, algo que evita que muchos de ellos vayan al matadero tras pasarse de la edad reglamentaria. Muchos de estos astados que han pasado por la finca valenciana han sido adquiridos a empresarios que los han tenido como sobreros, mientras que otros vienen directamente de su finca de origen.
“Hemos vendido todos los animales que nos cabían en la finca, conforme salen unos entran otros, hay que cumplir con aquellos que confían en nuestro trabajo”, nos explicaba el empresario valenciano. La bajada de animales por camada y la subida de los piensos está haciendo que los astados suban de precio, algo lógico al existir mayor demanda que oferta, una variación que también han notado aquellos que se encargan de la compraventa de este tipo de ejemplares para el festejo popular. Prácticamente la totalidad de las vacadas venden animales para este tipo de festejos, pero como es lógico, la disponibilidad de astados es más alta en ganaderías que no tienen tanta demanda para lidiar en plazas de postín.
Por la finca de Jorge G.R. han pasado animales con hierros de ganaderías punteras, pero también muchos de vacadas con menos nombre que actualmente tienen complicado meter la cara en plazas como Madrid, Bilbao o Pamplona, de ahí que para poder cuadrar sus cuentas a final de año tengan que darle salida a sus animales. Por todo ello el festejo popular se ha convertido en una interesante opción tanto por el precio que se paga por un toro cerril como por la popularidad que se puede ganar si estos dan un buen juego.
