Hablar de Tomás Campuzano (Écija, 21 de febrero de 1957) es hacerlo de uno de los espadas más importantes que ha salido de la prolífica cantera sevillana en los últimos 50 años, un diestro que consiguió meter la cabeza en las plazas de máxima exigencia gracias a sus triunfos en cosos menores. El diestro astigitano tomó la alternativa en el coso del Baratillo un 24 de abril de 1978 confirmando la misma el 5 de abril de 1979 en la primera plaza del mundo.
Su temporada más importante en número de festejos data del año 1984, quedando este segundo del escalafón tras alcanzar las 67 corridas de toros, en 1985 alcanzó los 75 festejos, incluyendo los celebrados al otro lado del charco, siendo este un espada con gran cartel en Colombia y Venezuela. Tras más 20 años como matador de toros pondría punto y final a su carrera el 17 de octubre de 1999 en la plaza de toros de Jaén. Pero el astigitano no abandonó los ruedos, apareciendo fugazmente en algunos festivales benéficos.
Recientemente, se han cumplido 25 años desde el citado paseíllo de su adiós, manteniendo este un estrecho vínculo con una fiesta de los toros que le llenó plenamente. Actualmente, es ejerce las funciones de profesor en la E.T. Lucena, colabora en las retransmisiones taurinas de la RTVA (Carrusel Taurino), apodera al matador de toros El Chorlo, representando también a Bruno Aloi y Mariscal Ruiz, dos novilleros con un gran porvenir. Pero ahí no se queda la cosa, Campuzano también ejerce las funciones de veedor, una labor muy particular y para los que no todos los profesionales sirven o están capacitados.
Un espada que sigue al pie del cañón y que anda especialmente ilusionado con una cantera que conoce bastante bien a ser uno de los matadores de toros que mayor número de novilleros ve durante el año. Uno de esos nombres es el del sevillano Mariscal Ruiz, joven sevillano que ya dio varios golpes sobre la mesa como novillero sin caballos, ratificados estos con su salto al escalafón superior. Sobrino de Salvador Cortés e hijo de Luis Mariscal, este espigado novillero ha firmado una temporada interesante que le ha servido para seguir evolucionando delante de la cara de los animales.
Junto a todo su equipo le toca afrontar un intenso invierno donde corregir errores y potenciar sus virtudes de cara a una temporada venidera donde debe seguir dando pasos adelante. Los consejos de su padre y su tío son muy importantes, amén de aquellos que le dé un espada que se ha anunciado con todo tipo de animales, un matador de toros que conoce muy bien el momento por el que pasa el incipiente novillero, de ahí que sea fundamental ir con pies de plomo y no correr demasiado, algo que desgraciadamente se está dando mucho en los novilleros de hoy en día.
Una vinculación que debe fortalecerse todavía más en estos meses donde hay una escasa actividad taurina a este lado del charco, esa que únicamente se da en los tentaderos y en algún festival organizado fuera de temporada. Tanto Mariscal Ruiz como su familia han confiado en un espada como Tomás Campuzano, un hombre honesto que sabe como gestionar la carrera de un novillero con esas condiciones.