CAMPO BRAVO

Mateo y Rodrigo: una ganadería romántica bajo la estela antigua del mítico Rogelio Miguel del Corral


jueves 14 diciembre, 2023

La ganadería manchega lleva años apostando por un tipo de animal muy definido, que es fiero, pero en el que buscan la clase y la humillación por encima de todo.

Mateo Y Rodrigo
Un serio utrero de Mateo y Rodrigo y, a la derecha, el ganadero junto al novillero Mario Alcalde. © M. R.

Escondidos en distintas zonas de nuestra piel de toro hay un buen ramillete de ganaderías con procedencias muy llamativas, hierros que han perdurado en el tiempo gracias a los festejos menores y la venta de parte de sus animales a los festejos populares, una válvula de escape en momentos complicados. El saber aguantar y apostar por aquello que uno quiere es digno de elogio, más si cabe cuando son hierros con sangres muy particulares y no un número alto de reproductoras.

Esto le pasa a Tomás Martínez -como curiosidad, primo de José Tomás y Victorino Martín-, que ha mezclado Vega Villar, Santa Coloma y Saltillo bajo un mismo hierro ubicado en las cercanías del municipio ciudadrealeño de Almodóvar del Campo. Una apuesta sin fisuras por un tipo de animal muy definido tanto en hechuras como en comportamiento, ese que proviene de un tronco con gran historia en el campo bravo. Ganadería que ingresa en la Asociación de Ganaderías de Lidia (AGL) en el año 2008 por la compra del hierro de D. Felipe León Alcaraz, formando la vacada con machos y hembras de D. Vicente Guzmán Amo, procedentes de la antigua ganadería de D. Rogelio Miguel del Corral.

2Mi ganadería se formó hace 16 años con unas vacas que le quedaban a Vicente Guzmán en Añover de Tajo, algo que viene de la antigua ganadería de Rogelio Miguel de Corral, que inauguró la Feria de San Isidro que ahora conocemos. Eso llevaba sin cruzar unos 70 años, lo único que Vicente Guzmán padre le echó fue un toro de Coquilla. Esto básicamente eran “patasblancas”, pero le añadieron toros de Santa Coloma y de Saltillo. Eso hizo que la ganadería se fuese “asaltillando” un poco, dando más fuerza genética al toro que criamos. Nos gusta lo cárdeno, nos gustan los grises, pese a ello hay algún berrendo, como en Santa Coloma», nos explicaba su ganadero.

«Ante todo, buscamos animales con clase y que embista humillando, pero que sea bravo; nuestro referente es Victorino»

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Otro utrero de Mateo y Rodrigo. © M. R.

Pero esta es una divisa con grandes particularidades, un hierro que ha mezclado sangres con gran carga genética para intentar encontrar ese toro que les llena como aficionados: «Buscamos animales con clase y que embista humillando. Tenemos en la cabeza un toro exigente y bravo, pero que también sea agradecido cuando se le hacen las cosas bien. El que está sentado en un tendido debe percibir que aquello que hace el torero en el ruedo no está a su alcance«, exponía Tomás.

«Nuestro referente es Victorino; además, tenemos un parentesco, porque su abuela era prima hermana de mi abuelo. Sobre todo, somos amigos. Hemos estado 20 años juntos, desde por la mañana a por la noche. Tiene un mérito tremendo, es muy trabajador y tiene una gran ganadería que la ha mejorado, la ha hecho más grande. Buscamos ese toro suyo que embista despacio, ralentizado… y conseguir lo que ha hecho él, que ha logrado llenar la plaza con los toros, cuando la mayoría de las Ferias se llenan por los toreros«, añadía el ganadero de Mateo y Rodrigo.

80 vacas madres en esta casa

Una vacada que cuenta actualmente con 80 vacas madres y cuatro sementales. «El año pasado eché dos y este echaré otros dos. Este encaste tiene las dificultades de que el bueno es muy bueno, pero con el malo hay que estar muy firme, y eso no siempre es del gusto de aquel que se pone delante”. Un ganadero que es muy exigente tanto con sus animales como con aquel torero o novillero que se pone delante de sus animales: “No le corto las puntas ni para los tentaderos, el torero debe sentir el riesgo en todo momento”.

“El lunes herraremos 68 animales entre machos y hembras, un número que nos acerca a más de un 85% de paridera. Esta ganadería suele dar animales que por lo general son serios, pero no son grandes, pero yo tengo claro que aquello que de verdad infunde respeto es su mirada”.

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Otro astado de Mateo y Rodrigo. © M. R.

Se trata de una ganadería corta que basa su temporada en los festejos menores, ya sea con o sin picadores, lugar donde poder ver el resultado de los distintos cruces: «Este año hemos lidiado tres novilladas; partimos de una cosa que era lo que tenía Vicente, que tenía un ganadero de manso, por eso hay que ir con pies de plomo y saber cuando es el momento correcto para poder lidiar otro tipo de festejos«.

16 erales de Mateo y Rodrigo para 2024

Tomás confía plenamente en el toro que tiene en casa. Pese a ser una camada corta, está muy contrastada por familias, intentando también criar un animal en tipo, algo que siempre ayuda a que los animales saquen todo lo que llevan dentro: «Hay 16 erales, y echaremos algún añojo que veamos que va a ser defectuoso. De momento no me voy a guardar para utreros ni para toros. Nuestra intención es volver a lidiar utreros, para ir creciendo un poco más, aunque tampoco mucho. Hay que crecer despacio».

«Cuanto antes lo vendes, menos pierdes», nos comentaba el propio ganadero. «Si empatas, no está mal. Esto no se tiene por negocio, sino por afición. Y los pequeños ganaderos y románticos como nosotros somos los que mantenemos la Fiesta; un animal vale ahora lo que valía hace treinta años«, acababa exponiendo un Tomás Martínez que finalizó la entrevista hablándonos de una máxima figura del toreo con la que comparte sangre.

«No escondo que somos parientes de José Tomás«, añadía su ganadero. «Su bisabuela es hermana de mi abuelo. Hemos hablado alguna vez de la ganadería; no ha coincidido que viniera nunca aquí, pero sí hemos hablado». Una vinculación que aún no ha cristalizado en la visita a estos pagos de Almodóvar del Campo por parte del espada de Galapagar, un torero que anda inmerso en su preparación en el campo de cara a una hipotética vuelta a los ruedos en 2024.