Sus muñecas atesoran el don del temple, esa virtud que solo tienen los elegidos y que hace posible el milagro de ralentizar la embestida de un toro bravo de más de 500 kilos. Con apenas dos años de alternativa, Tomás Rufo siente prácticamente a diario la presión y la exigencia de anunciarse con las figuras, un sueño del que tiene muy claro que no quiere bajarse, a pesar de que ello lo obligue a dar el 200 % cada una de las tardes en las que se viste de luces.
Este 2023 has conseguido reafirmar tu posición con una nueva Puerta del Príncipe en Sevilla y con triunfos en plazas como Castellón, Alicante, Granada, Santander, Gijón, Pontevedra, San Sebastián… ¿Cómo lo has vivido?
Está siendo un año muy bonito, pero a la vez muy intenso y con una gran exigencia porque siempre hay que dar más de lo que ya has demostrado. He obtenido triunfos importantes, pero sobre todo estoy cuajando más toros. Creo que está siendo una temporada clave para mí porque no he dado ni un paso atrás y siempre he querido ir hacia delante.
Además, la suerte me está acompañando. Queda todavía mucha temporada y un mes de septiembre bastante ilusionante. Mi apoderado siempre me ha dicho que los inicios y finales de temporada son muy importantes y ojalá las cosas salgan como yo deseo y la afición siga viendo que Tomás Rufo quiere ocupar los puestos que dejarán las figuras del toreo en el futuro.
¿Cómo has llevado la presión y la exigencia que supone el torear con las figuras del toreo prácticamente a diario con solo dos años de alternativa?
La clave es olvidarte de que estás haciendo el paseíllo con dos figuras del toreo. Yo intento siempre hacer lo que sé delante de la cara del toro y evito imitar o ejecutar suertes que no tengo en la cabeza. Si te presionas demasiado para torear, al final las cosas no salen bien.
Esta estrategia me está funcionando bien y creo que es la correcta para ocupar el sitio en el que estoy a día de hoy, pero no puedo negar que torear diariamente con los figurones del toreo es algo que pesa y mucho porque me obliga a dar el 200 % de mí diariamente para no quedarme atrás.
Eso sí, tengo claro que no me puedo quejar. Desde que quise ser torero siempre he soñado con hacer el paseíllo con las figuras del toreo y estar en este circuito. Aunque cueste, estos carteles ya no se me pueden escapar.
Todavía queda por delante un final de agosto y un mes de septiembre bastante ilusionante, con muchos compromisos y con la Feria de Otoño de Madrid en el horizonte…
Me estoy preparando a conciencia para que pasen cosas importantes. Se que tengo cosas antes, pero lo que me quita el sueño es la fecha del 30 de septiembre en Madrid que para mí es muy especial por la despedida de El Juli, además de ser una fecha clave para mi temporada. Estoy muy mentalizado para poder cuajar una tarde importante en Madrid y quiero dejar una dimensión de torero grande y de lo que puedo llegar a ser.
Una de tus próximas citas es la corrida de Motilla del Palancar del próximo 3 de septiembre junto a Juan Ortega y Pablo Aguado. ¿Cómo la afrontas?
Es un cartel que me hace una ilusión especial porque somos tres toreros jóvenes que estamos compitiendo con las figuras en todas las ferias, lo que es un sueño para todos los toreros que queremos mandar en un futuro no muy lejano.
Somos tres toreros de un corte distinto y que tenemos una forma de interpretar el toreo que es muy diferente, pero creo que los tres buscamos lo mismo: torear despacio. Esta es la clave para consolidarse como figura porque es lo más difícil que hay en el mundo del toro. Y los tres estamos en esa búsqueda.
Afronto la tarde de Motilla con mucha ilusión e intensidad, al igual que el resto de compromisos. Aquí todos los triunfos suman, ya sea Motilla o Madrid, cualquier oportunidad es buena.
Además, con toros de la ganadería de Alcurrucén, que conoces perfectamente…
Sí. Tengo la suerte de estar apoderado por los hermanos Lozano y conozco muy a fondo la ganadería, con la que siempre tengo sensaciones muy positivas. De hecho, uno de los toros con los que más me he sentido este año fue uno de Alcurrucén en Pontevedra.
Mi preparación se basa en esta casa ganadera, por lo que cuando toreo Alcurrucén puedo tirar de todo mi repertorio para poder expresar delante del toro.
Está claro que el temple es una de tus grandes virtudes como torero. ¿Buscas especialmente torear despacio cada tarde?
Por supuesto. Mi obsesión es torear despacio. De hecho, diariamente toreo de salón buscando técnica e inteligencia, pero sobre todo, torear despacio. Creo que la satisfacción personal que te da el cuajar un toro a cámara lenta es algo que no tiene precio.
Se que mi momento actual me exige triunfar todas las tardes, pero tengo claro que quiero centrarme en torear despacio.
¿Crees que has conseguido ser fiel a tu concepto a pesar de la exigencia que supone competir con las figuras?
Es verdad que hay veces que por el ansia de triunfo me he acelerado sin quererlo, intentando hacer cosas que no van mucho con mi concepto, pero esto habla de mi ambición delante de los toros.
Sin embargo, sé que lo bonito es cortar las orejas siendo fiel a tu concepto y en esto es en lo que estoy ahora. Tengo muy claro cuál es mi concepto y quiero centrarme en ello.
Pero para ser figura del toreo, hay que triunfar todas las tardes…
Sí, para ser figura del toreo, es importante tener muchos registros y cuajar bien todos los toros. Considero que no puedes estar esperando a que salga tu tipo de toro. Hay que cuajar todos los toros posibles y si es posible dentro de tu concepto, mejor. Si no logras esto, al final te quedas atrás.
¿Te sientes parte de una de las mejores generaciones de la historia del toreo?
Creo que hay figuras del toreo y toreros jóvenes muy importantes, además de novilleros. El toreo no se va a quedar huérfano cuando se vayan las figuras porque hay un buen plantel de toreros que pueden ocupar los puestos que el día de mañana dejarán las figuras.
Tú y otros cuantos estáis llamados a protagonizar el cambio generacional del que hablas. ¿Estás dispuesto a afrontar este reto?
Yo soy consciente de que el cambio generacional tiene que llegar. Todos los toreros que estamos detrás de las figuras queremos ocupar ese sitio. Y para eso, hay que dar muchos motivos. Creo que alguien tiene que ocupar estos puestos y los toreros jóvenes estamos sobradamente preparados para hacerlo.