Es normal ver cómo matadores de toros vinculan su carrera a una serie de diestros, ya retirados, para seguir puliendo su concepto e introducir nuevos elementos que le ayuden a redondear más su toreo. Este es el caso del sevillano Pablo Aguado, diestro que ha encontrado en la figura de Raúl Gracia ‘El Tato’ (Zaragoza, 3 de noviembre de 1972) a un torero que puede abrirle nuevos horizontes. Un diestro que comenzó su temporada en Castellón anunciándose junto a Morante de la Puebla y Juan Ortega en un cartel propio del Domingo de Resurrección.
Luego vendría la tarde de Valencia, plaza donde se acarteló junto al francés Sebastián Castella y el peruano Andrés Roca Rey. Una tarde donde se confirmaron los rumores que venían tomando fuerza en redes sociales, esos que un día antes se habían acuciado al verlos juntos en el tendido presenciando la corrida mixta conformada por Pablo Hermoso de Mendoza, Morante de la Puebla y Nek Romero. Un festejo que también compartió con uno de sus apoderados, un Antonio Vázquez, que junto a su hijo Fran, llevan desde hace años la carrera del sevillano.
Una unión que para nada cambia el equipo de apoderamiento de Aguado, sino que suma un elemento más como tienen otros diestros. Esto no es nuevo en este campo, existiendo la figura del apoderado y el asesor artístico, siempre que una misma persona no cumpla ambas funciones. En este caso, al faltar ese eslabón, el diestro hispalense ha apostado por la figura de un espada que comparte lazos con el joven diestro, ambos tienen fijada su residencia en Sevilla y han tenido como campamento base para los entrenamientos en invierno a la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda.
Raúl, tras su retirada de los ruedos, ha llevado las carreras de diestros como Antonio Ferrera, José Garrido, este último tras una vinculación de cinco años o Manuel Escribano, último torero al que apoderó. Ahora volverá a unirse a un diestro pero esta vez no como cabeza visible en los despachos, sino en el día a día del diestro tanto en el campo como en la plaza. Hay que recordar que el espada aragonés ha tenido sonados triunfos durante su carrera, manteniendo una gran rivalidad junto a Pepín Liria, espada con el que toreó en infinidad de ocasiones a raíz de una gran tarde en La Maestranza.
Hay que recordar que Aguado ha sido un torero que, ya desde novillero, ha lidiado animales marcados a fuego con hierros de diferentes encastes. Cebada Gago, Los Maños, Montealto, Rehuega, El Parralejo o Murteira Grave fueron algunas que mató en el segundo escalafón, anunciándose tras su alternativa con divisas tales como Torrestrella, Luis Algarra, Robert Margé, Alcurrucén, Victoriano del Río, Jandilla, Juan Pedro Domecq, Murube o Toros de El torero. Ahora, tras varios años como matador de toros y consolidado en la élite decidió apostar por hierros como La Quinta o Victorino Martín, un tipo de toro que requiere de conocimiento sobre el encaste -algo que le puede venir muy bien con el Tato a su lado-, oficio o sentido del temple.