Los toros bravos son unos de los animales más misteriosos que hay en la faz de la tierra por los secretos que entraña su cría y por los comportamientos que tienen en el campo. Siempre decimos que cada día junto a ellos es un continuo aprendizaje, una página nueva por escribir, de ahí que saber escuchar a aquellos que conviven a diario con ellos sea fundamental para conocerlos en mayor profundidad.
«El toro es un animal muy sensible, fíjate, que prevé los cambios de presión días antes de que nos pasen, debido a que es un animal poco sociable y con jerarquías poco estables, lo que le hace emprender una lucha por la dominancia«, nos comentó en su día el reputado veterinario Julio Fernández. Pero no fue la única fuente consultada entonces por este medio; también la ganadera y veterinaria Macarena Gallego nos habló sobre el toro y los cambios atmosféricos: «El toro nota mucho el cambio de tiempo, cuando prevé lluvia o cambia el viento, está más revoltoso».
En esta ocasión no ha sido una tormenta en forma de graznido o un cambio brusco de temperaturas. Como vemos en el vídeo publicado en las redes sociales por Irene Tirado, hija del mayoral del hierro sevillano de Virgen María y Santa Ana, un tornado atravesó el cercado donde se encontraban los toros de saca. Un fenómeno atmosférico muy peligroso que afortunadamente no provocó daños en los animales ni en las distintas infraestructuras de la ganadería.
Por fortuna, todo quedó en una anécdota
Afortunadamente, todo quedó en una anécdota, perdiendo fuerza dicho tornado según avanzaba por esta finca situada en el término municipal de Gillena, en plena ruta del agua, un lugar donde en su día se encontraba la ganadería de Manuel y Antonio Tornay. En la finca ‘El Serrano’ pastan los animales de una vacada de propietario francés, pero enamorado de Sevilla y su provincia, un ganadero que mantiene separadas las líneas Domecq vía Daniel Ruiz y Victoriano del Río con la proveniente de El Marqués de Domecq.
Los animales no parecen reaccionar de manera sorpresiva ante este elemento atmosférico que les tocó vivir, parecen ajenos a todo ello, mostrando el comportamiento habitual de un día de primavera. Por ello no cundió el pánico entre los empleados de la finca, más si cabe cuando se percataron que aquel remolino que cruzaba su finca no parecía tener la intensidad suficiente para ser un problema. Irene Tirado, hija del mayoral de la casa, consiguió darle visibilidad en redes a un vídeo pocas veces visto con anterioridad.
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