El municipio castellonense de Almassora, concretamente la peña Gent del Bou, cerró a primeros de diciembre la compra de uno de los toros más imponentes de la camada de Adolfo Martín para esta temporada. Se trata de un astado marcado con el número 3 y guarismo 8, un animal que al cumplir seis años de edad no podía ser lidiado en una plaza de toros, de ahí su venta para este tipo de festejos. Pese no poder lidiarse en una plaza, la celeridad de su compra se ha debido a la existencia de otras peñas y comisiones del levante español que también tenían puestos sus ojos en este toro.
Según consta en la Unión de Criadores de Toros de Lidia (RUCTL) la ganadería ingresa en la Asociación en 1952. Entre 1961 y 1965, don Adolfo adquiere, en unión de su hermano, don Victorino Martín Andrés, la ganadería de los hermanos Escudero Calvo, divisa fundada en 1912 por el Marqués de Albaserrada. En 1989 y tras varios lustros juntos, los hermanos deciden dividir la ganadería. En 1992 Adolfo Martín Andrés cede la ganadería a su hijo, Adolfo Martín Escudero, falleciendo el padre de este en 1998. Vacada que entraría en la RUCTL en el año 2000 tras cumplir los requisitos exigidos por la Unión.
Debido a la reducción de las camadas a raíz de la crisis del covid y el consiguiente encarecimiento de precios, provocaron que las distintas peñas y comisiones tuvieran que madrugar para peinar distintas fincas de cara a poder comprar un animal que se adecuase tanto al presupuesto como a las características que tenían pensadas desde un principio. Un regalo de Reyes anticipado para un pueblo que vive con gran pasión esta fiesta.
Jardinero, el ejemplar cárdeno en cuestión de Adolfo Martín, había levantado pasiones gracias a su espectacular presencia y belleza y no solo era pretendido en la Comunidad Valenciana, sino en muchos otros puntos del país se hacía constar en la publicación de los compañeros de El periódico del Mediterráneo. Un animal que según el citado medio levantino ya había sido sondeado para las fiestas de Burriana, estando detrás del mismo las peñas de la Vall d’Uixó, al igual que las de Puçol o Massamagrell.
Como dato a tener en cuenta, dicha información también dejaba claro las dificultades por parte de la Vall d’Uixólo de hacerse con un animal de esta vacada cacereña al manifestar en su día el propio Adolfo Martín su negativa a volver a protagonizar una exhibición en esta localidad al quedar pendiente parte del pago del encierro que brindó en verano del 2015, sin duda un tema muy delicado que parece no haberse resuelto.
Un toro para las calles puede rondar los 10.000 € si éste no tiene ningún defecto físico y siendo de una ganadería de postín, un precio muy cercano a los 8.000 € que se llegaron a pagar por un toro de Victorino Martín o los 10.000 € por uno del legendario hierro de Miura. Pero fue en 2019 cuando la localidad castellonense de Burriana adquirió un animal de esta casa por un valor que llegó a superar los 20.000 €.
