MADRID

El toro condenado a banderillas negras el viernes en Madrid no era de Victoriano del Río: el hierro de Toros de Cortés


lunes 9 octubre, 2023

La condena a banderillas negras a un toro en Las Ventas es algo que no ocurría desde 2016 con aquel “Cazarratas” marcado a fuego con el hierro de Saltillo... hasta que se repitió el pasado viernes en el mismo ruedo. Aunque la corrida era de Victoriano del Río, el condenado fue un astado de Toros de Cortés, segundo hierro de la casa.

banderillas negras
El astado de Toros de Cortés que luego fue condenado a banderillas negras. © Plaza 1

Si echamos la vista atrás hay que irse hasta la Feria de San Isidro de 2016 para encontrar el último animal condenado a banderillas negras en la Monumental Plaza de toros de Las Ventas. Un astado con el hierro cordobés de Saltillo, que le cupo en suerte a Sánchez Vara, torero bregado en mil batallas que supo estar a la altura de un animal tan complicado. El famoso “Cazarratas” se convirtió en un icono para cierta parte de la afición, haciéndose perfiles en redes sociales con su nombre, e incluso plasmando en camisetas y tatuajes en la piel una imagen captada por Andrew Moore.

Una racha que duró algo más de siete años y que se truncó el pasado viernes con la salida de “Andaluz”, un animal perteneciente el hierro de Toros de Cortés, segundo de la casa de Victoriano del Río, y que curiosamente no tiene una base inicial de Domecq solamente, sino de Atanasio (debido a los «goterones» con el hierro de Los Bayones).

El animal de Toros de Cortés mantuvo en jaque tanto a la cuadrilla como al propio espada murciano. Sin duda, una difícil papeleta para un heroico Ureña, que se la jugó con él a cara de perro, sufriendo incluso un severo derrote a la altura del pecho al entrar a estoquear Una faena que mantuvo con el alma en vilo a las más de 20.000 personas que se encontraban en la Monumental plaza de toros de las Ventas con un ejemplar que ya desde el principio salió manseando, provocando el desconcierto entre toreros y cuadrillas.

A no tener la mínima intención de pasar por el caballo, se tomó la decisión de condenarlo banderillas negras, es decir, colocarle palitroques que tienen un doble arpón que sirven como castigo al toro, ya que previamente no pudo ser picado. Posteriormente, el de Toros de Cortés -segundo hierro de Victoriano del Río, como hemos citado- hizo hilo al banderillero Curro Vivas, que tuvo que tirarse al callejón de cabeza para evitar males mayores.  Así narrábamos, en el toro a toro, lo sucedido con este animal:

El serio quinto sembró el pánico por su mansedumbre en los primeros tercio. Debido a su negativa a entrar a los caballos, fue condenado a banderillas negras y pasaron las de Caín los hombres de plata, especialmente Curro Vivas, al que hizo hilo y tuvo que tirarse de cabeza al callejón. Se jugó la vida de verdad Paco Ureña, que acompañó la embestida del animal con torería. Porque no podía hacer otra cosa ante lo que tenía delante. Y rugió Madrid con sus agallas. La pena fue que pinchó en el primer encuentro, saliendo feísimamente volteado por el pecho -sin consecuencias aparentes- y le metió la mano recibiendo a la segunda, llegando con fuerza al tendido ese gesto. La pena fue el descabello.