Los toros bravos son animales de costumbres, y hoy traemos dentro de nuestra didáctica por enseñar al aficionado todos sus detalles en el campo, la razón por la que estos animales no comen si se les echa a deshora y cómo, además, saben la hora del día en la que se encuentran. Para ello hemos acudido a Macarena Gallego y Julio Fernández, veterinarios, que nos explican estas curiosidades sobre el manejo del toro bravo.
Macarena Gallego, ganadera de Toros del Ojailén y Javier Gallego, explica que «los toros son animales de costumbres, nosotros ahora con el horario de invierno empezamos a darles de comer sobre las ocho de la mañana, sin embargo en verano que el calor es más intenso le adelantamos la comida a las seis y media de la mañana aproximadamente. Al principio les cuesta habituarse a ese cambio». «Fíjate si notan ese cambio que cuando, ahora en invierno, por h o por b, le damos de comer más tarde los animales lo notan. Tienen sus manías, sus rutinas, como te dije anteriormente si se las modificas lo acusan».
Le preguntamos por el día a día del toro, su manejo, su comportamiento: «El toro bravo es un animal normalmente sedentario, le cuesta moverse, si por ellos fuera estarían prácticamente todo el día comiendo y descansando, pero hay que moverlos, hacerles que cojan el habito del ejercicio, sino se estarían convirtiendo en toros de cebadero, y a la plaza lo que tiene que llegar es un atleta, no un animal con obesidad».
Ya por último también queríamos que Julio Fernández nos diera su opinión y valoración sobre este tema: «Como te dijo Macarena el toro bravo es un animal de rutina y costumbres. Animales salvajes pero con cierta domesticación al estar criados en semilibertad. Son intuitivos, con un reloj biológico que les hace saber cuándo es la hora de comer» nos desglosaba Julio.
«Lo ideal es no cambiarles los hábitos al toro bravo»
Queríamos que nos explicara más detalladamente este tema, que profundizara más: «El toro bravo tiene cuatro estómagos, como todos los rumiantes, que se están adaptando continuamente a lo que ingiere. Alimentar al toro es alimentar a la flora ruminal, que descompone los alimentos en partículas más pequeñas, haciendo una digestión microbiana que le proporciona nutrientes que asimila. En los animales influye claramente la comida, en que la composición de la flora ruminal varía según el alimento que ingiere, adaptándose».
Ya por último no queríamos cerrar la conversación con Julio sin preguntarle por el cambio de horario a la hora de alimentar a los toros, si lo notan, como nos contaba Macarena: «Lo ideal es no cambiarles los hábitos, si se cambia la hora, unos comen de más y otros de menos, y eso no es bueno para su remate. En ganaderías con cercados grandes si la comida no se hace a la misma hora el toro no acude a la comida. Para que todos vayan a la vez y coman al mismo tiempo, evitando la glotonería, hay que crearles una rutina, y eso se hace marcando una hora determinada para que coman».