Desde hace varios años, los ganaderos de bravo han dado un paso más en la alimentación de ganado bravo: la evolución en esta materia ha llevado a los criadores de toros bravos a tener más información sobre la alimentación de sus animales, el sexo y la edad de éstos. Normalmente, las vacas madres comen de aquello que les da el campo, pero siempre se le complementa con paja o tacos de pienso cuando ese alimento no es abundante en una finca.
Los becerros también tienen una comida especial: paja y pienso para lactantes, lo que ayuda a su crecimiento y desarrollo. Conforme van pasando los años la alimentación cambia y es a partir de después de la tienta donde las vacas aprobadas pasan a la piara de vacas madres y los machos a formarse para llegar a toros. Estos últimos tendrán un proceso que les llevará a pienso de remate según la edad con la que se lidien.
Los actuales son momentos complicados para los ganaderos de lidia: los rescoldos de la crisis sanitaria, unida a la subida de las materias primas y la caída del precio del toro de lidia, está haciendo que muchos criadores de toros bravos tengan que buscar soluciones para intentar cuadrar cuentas. Por todo ello hay ganaderos que están alimentando a sus animales con orujo de uvas, aceitunas o cáscara de naranjas a los toros bravos por la crisis de los piensos.
Tal y como comentó a este medio José Luis Algora, veterinario y hasta marzo del año pasado representante de la ganadería de Partido de Resina, el mayor problema en este tipo de alimentación con cáscara de naranja u orujo de aceituna es la rentabilidad del uso de este tipo de productos más que un problema nutricional: en tiempo corto, son más baratos -en torno al 25%-30%-, pero a la larga, su uso se encarece. Durante su etapa en esta casa ganadera siguieron dándole el heno que sacaban de casa a las vacas. Respecto a los toros, tampoco cambiaron la alimentación de los mismos. Desde su punto de vista no era necesario ese cambio.
Un camino que también tomaron ganaderos como Moisés Fraile, Julio de la Puerta, Santiago Domecq o Aurora Algarra, aunque esta última tenía una opinión muy personal sobre este tema y su uso en erales, utreros o toros: «A los toros no les cambio el pienso por nada del mundo», nos comentó en su tiempo la ganadera sevillana. Para las vacas sí hay ganaderos que usan incluso levadura de cerveza, como vimos en un reportaje de Toros para Toros en la ganadería de El Rodeo, propiedad de D. Manuel Martín Gavira. Otra ganadería que utiliza levadura de cerveza -esta vez para los toros- es el ganadero Manuel Caro.
Según el tipo de animal de la ganadería, el pienso será de una forma u otra. Para vacas y machos de tres años hacia abajo se utiliza un pienso basado en maíz y arroz, mientras que para los toros de saca se utilizará otro con arroz, soja, maíz y pipa de girasol. Por cada 500 kilos de paja se verterán unos 1.100 litros de levadura. Esta levadura es muy buena para el toro bravo por la cantidad de aminoácidos, proteínas y vitaminas que tiene y mejora notablemente la zona intestinal de los animales, facilitando su rumia.
El alimentar a los toros bravos con cítricos o incluso orujo de uva y aceituna es algo que ya planteó al comienzo de la pandemia Javier Núñez Álvarez, ganadero de La Palmosilla. “El pienso, en muchas zonas, se tendrá que reformular con subproductos como orujo, de aceituna, de viña, de frutos o cítricos” el encarecimiento de estas materias primas obliga al ganadero a buscar alternativas que no mermen la calidad del alimento que se le da a los animales.