CAMPO BRAVO

Lo que jamás se debe hacer en el campo bravo: un mayoral se acerca a curar a un toro herido y esta es su reacción


jueves 6 abril, 2023

El rey bravo ha sido derrocado por sus compañeros de camada, y ahora es el momento de intentar salvarle la vida: así lo hace el mayoral del hierro de Osborne.

Foto Toro
Dos toros peleándose y, a la izquierda, imagen del mayoral. © Pablo Ramos

Siempre hablamos del desconocimiento que tiene parte de la sociedad sobre el toro bravo en el campo. Este tipo de animales está continuamente midiendo sus fuerzas, buscando destronar al líder o en su caso proteger aquello que se ganaron en su día. El toro bravo es jerárquico por naturaleza, de ahí que la intromisión de nuevos compañeros en el cercado o la llegada de personas ajenas a él provoquen ciertas reacciones en ellos.

El problema no radica tanto en un enfrentamiento un toro contra otro, ya que gracias a las fundas no hay cornadas, pero sí puede haber rotura de huesos o hernias cuando el golpe es certero. Dicho problema viene cuando entra un tercero en discordia que siempre ataca por la espalda para desestabilizar el líder; ahí es cuando el enfrentamiento se pone serio de verdad. Para evitar posibles bajas se antoja fundamental la presencia de los vaqueros para tranquilizar a los toros, pero muchas veces ni su presencia calma la sed de pelea que tiene los animales.

Esto es algo habitual en el campo bravo, por ello muchos ganaderos por temor a las bajas enfundan a los animales para evitar bajas por cornadas, algo que gracias a este invento que ideó Ricardo Gallardo ha conseguido minimizar el parte de bajas en una ganadería de toros bravos. Sin duda, algo que ha valido para que los ganaderos duerman más tranquilos y se minimicen las muertes de los animales.

Hace ya unos años, los miembros del programa Toros para Todos acudieron a la ganadería sevillana de Osborne para grabar varios reportajes, encontrándose en uno de ellos una historia de superación por parte de un animal que estaba malherido, no pudiendo levantarse debido a las múltiples cornadas que lleva por todo su cuerpo. Este es un claro ejemplo de un líder destronado por sus compañeros de cercado. Aprovechando la caída de la tarde, varios de ellos decidieron hacer asalto al poder y acabar con el que hasta ese momento era el líder de una manada que estaba deseosa de dar un golpe de estado y cambiar las normas que allí imperaban.

Por todo ello, el mayoral y los vaqueros van en su búsqueda para intentar salvarle la vida. Lo primero es darle agua para que no se deshidrate y baje la fiebre. El toro está tan acobardado que se deja dar de beber como si fuera un becerrito. Una vez hidratado el toro hace por intentar levantarse, algo que no consigue. Gracias a la buena labor de los hombres de campo se le cambia de ubicación en una zona más recogida junto a una pared en ruina, allí hay paja para que se alimente, intentando que tome fuerzas y se recupere a expensas de la llegada del veterinario.