Una corrida con los hierros María Guiomar Cortés de Moura; para rejones y Juan Pedro Domecq; para lidia a pie, se lidiaba este viernes, 20 de mayo, en la primera de la Feria en el Coso de Los Califas de Córdoba. A las 19:00 horas hacían el paseíllo Diego Ventura, José Antonio Morante de la Puebla y Pablo Aguado.
El primero de la tarde fue un toro de Moura medido de raza y con poca transmisión. Ventura estuvo por encima de un animal al que le llegó mucho para clavar en la cara. Una labor con fases de buen rejoneo que sin embargo no culminó con el rejón de muerte quedando todo en silencio.
Le siguió en el cartel José Antonio «Morante de la Puebla», que se topó con un animal marca de la casa, sin transmisión y casta alguna, pero que el genio de la Puebla puso todo el el asador por el extraer muletazos de buen gusto por ambos. Finalizó su labor de tres pinchazos y estocada. Palmas.
No anduvo cómodo en ningún momento un Aguado que no pasó de correcto ante el tercero de la tarde. No le consiguió coger el ritmo a un animalo que bajó pronto la persiana. No fue la mejor actuación de un torero que mostró cierta apatía. Lo mejor vino en un recibo de capote cadencioso y con mucho ritmo ante un toro que la tomó con clase. Tras pasaportar al animal de un bajonazo fue silenciado.
En el cuarto Ventura volvió a mostrar su solvencia y condición de figura del toreo a caballo. Conectó con los tendidos de principio a fin ante un toro colaborador pero falta de transmisión. Destacó con un par a dos manos y las cortas. Un rejón certero dio paso a dos orejas que le abrían la Puerta de Los Califas.
En el quinto, Morante poco pudo hacer de capote, posteriormente entraría al quite por chicuelinas un Aguado que lo hizo todo con mucho gusto. En la muleta, salió la versión del Morante actual, sacando partido a todos sus toros. Un cornúpeta manso descarado al que el de La Puebla extrajo grandes muletazos por ambos pitones. Su fallo con la espalda le privó de tocar pelo en el coso califal. Ovación con saludos desde el tercio.
No le dio opciones el descastado sexto a un Aguado que se contagió por momentos de la sosería de un animal que nunca se entregó. Una labor que pese a la porfía del torero nunca llegó a calar en los tendidos. Se le vio muy desencantado al sevillano que no pudo hacer que rompiera un animal tan medido de todo. Escuchó leves pitos tras pasaportar al astado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Los Califas de Córdoba, primera de abono. En torno a media plaza.
María Guiomar Cortés de Moura (1º-4º) y Juan Pedro Domecq (2º-3º-5º-6º)
Diego Ventura: Silencio y dos orejas
Morante de la Puebla: Palmas y ovación con saludos
Pablo Aguado: Silencio y leves pitos
GALERÍA: David Hernández (ANFT)