TEMPORADA

La tremenda cogida que Roca Rey sufrió el sábado en Pozoblanco: las impactantes imágenes de Eduardo Porcuna del momento


lunes 25 septiembre, 2023

El diestro limeño fue prendido por el tercer toro de El Pilar el pasado sábado en la localidad cordobesa.

Roca
La cogida a Roca Rey en Pozoblanco. © Eduardo Porcuna

Todo ocurrió en el tercero de la tarde del pasado sábado en la plaza de toros cordobesa de Pozoblanco cuando un toro de El Pilar propinó una fea voltereta al diestro peruano, golpeándolo feamente y llevándolo contra el suelo. Fueron momentos de gran tensión al no poder zafarse Andrés de las astas del animal. Afortunadamente, tras quitarle al toro de encima, el limeño volvió a la cara del astado para proseguir su faena.

Una corrida de máxima expectación en la que trenzaban el paseíllo el alicantino José María Manzanares, el citado Andrés Roca Rey y Rocío Romero, novillera que esa tarde tomaba a alternativa de manos de dos máximas figuras del toreo para estoquear una corrida de El Pilar, divisa que sustituía a la anunciada de Daniel Ruiz. Una tarde que acabó con los tres espadas saliendo a hombros en una alternativa soñada para la cordobesa.

Un festejo que nos contó toro a toro Eduardo Porcuna, el cual nos resumió de la siguiente manera la labor de Andrés Roca Rey al primero de su lote: El tercero fue otro toro de gran calidad de El Pilar, un astado que embistió con clase y ritmo a la muleta de un Roca Rey que anduvo muy centrado con él. Un toro que sacó clase y temple y al que el de Lima lo cuajó de principio a fin por ambos pitones. Una labor que también tuvo su momento de tensión cuando el astado se vino por dentro y se lo echó a los lomos, propinándole una feísima voltereta, aparentemente sin consecuencias. Andrés volvió sin mirarse a la cara del toro para dejar varias series que llegaron a los tendidos. Tras la estocada se pidió con fuerza una segunda oreja que no fue concedida, con la consiguiente bronca al usía.

Roca Rey no quiso pasar por la enfermería

El espada limeño no quiso pasar por la enfermería, aguantando estoico los dolores de un percance en el que recibió varios golpes por parte de un animal con nobleza, pero que no siempre fue entregado en los engaños. Un animal al que había que llevar empapado de muleta y no dejarle hueco entre el cuerpo del torero y la pañosa. Una vez repuesto de la voltereta, Andrés volvió a la cara del animal para dejar constancia de quién mandaba.

No es el primer percance que recibe Andrés esta temporada, durante el verano las plazas de toros de Santander, Huelva o El Puerto de Santa María han sido testigos de la entrega de un espada al que los toros le levantaron los pies del suelo en más de una ocasión. Percances que le obligaron a parar durante un tiempo debido a las secuelas que habían dejado en un torero que ya ve muy cerca el final de esta accidentada temporada europea.