CAMPO BRAVO

El triste final de parte de una histórica ganadería brava de Castilla-La Mancha por tuberculosis


martes 1 octubre, 2024

La proliferación de animales salvajes en fincas de sierra y la falta de controles sanitarios está afectando de forma exponencial a vacadas como la ciudadrealeña de Ignacio Frías.

Utrero
Uno de los utreros de Ignacio Frías. © Pablo Ramos

Muchas son las vacadas de bravo que han sufrido un duro revés a lo largo de su historia, hierros que han pasado tiempos duros que mermaron seriamente su ganadería. Pese a esos contratiempos supieron salir a flote y volver a una estabilidad que les dio el impulso necesario para seguir trabajando de cara a un futuro más halagüeño. Pero no siempre esos hierros han conseguido remontar el vuelo, teniendo que echarse a un lado y pensar el camino más adecuado para ese momento.

Uno de esos ganaderos que se ha visto afectado por un problema sanitario ha sido Ignacio Frías, criador de bravo afincado en el término municipal de Villamanrique (Ciudad Real), que no agachó la cabeza pese a este serio problema que le dejó sin poder de maniobra. Ignacio debe fijarse en esas ganaderías que, con problemas similares, consiguieron salir a flote. Hierros como el sevillano de Partido de Resina, el cacereño de Victorino Martín o el albaceteño de Samuel Flores también tuvieron que afrontar todo aquello que se les vino encima y apechugar con la situación, saliendo de esta con más fuerza si cabe.

Toro
Otro astado de Ignacio Frías. © Pablo Ramos

Ignacio sabe que ha perdido un importante tesoro genético, es consciente de la merma que ha sufrido respecto al número de animales sacrificados, pero también conoce su ganadería como nadie, de ahí que ya esté pensando el número de erales a meter en la plaza para sacar nuevos sementales. Respecto a las vacas es consciente que abrir la mano en la selección sería un error que pagaría en el medio plazo, de ahí que ya esté dándole vueltas a la cabeza para ver las ganaderías más idóneas para seguir con este proyecto

“Ha sido un palo muy duro ver como te sacrifican unas 30 hembras, un semental y tres añojos. Pero esto es una prueba más, mi amor por el toro no me hace replantearme otra cosa que seguir hacia adelante con este proyecto que empezó mi padre hace casi años” aseveró este ganadero de bravo. “Mi padre y mis hermanos las han pasado “canutas” siendo ganaderos, pero ellos no han pasado una pandemia como yo, algo que me ha curtido, este golpe no me va a dejar en la lona”.

Actualmente su explotación ganadera se ha visto reducida tras la perdida de un 30% de sus reproductoras, de ahí que ya busque de donde tirar para refrescar la sangre Núñez-Salvador Domecq-Algarra que pasta en la finca. “Yo he pasado de tener unas 130 vacas a quedarme en unas 80-85, de ahí que ya esté dándole vueltas de cara a esas ganaderías que puedan refrescar la sangre que hay actualmente en casa. Tengo que elegir bien porque de ello depende el futuro a medio plazo”.

La pérdida de un número de vacas ha sido doloroso, pero el quedarse sin su semental estrella es algo que no se esperaba, pero gracias a la inseminación artificial la pérdida ha sido menor. “La perdida de ‘Sacromonte’ ha sido muy dura, este era familia directa de ‘Garbancero’, semental clave en casa. Por suerte le saqué semen e inseminaré a todas las vacas que estuvieron con él este año para así seguir manteniendo esta línea Núñez-Salvador Domecq. Luego tengo otro semental de Los Chospes puro Algarra que irá este año nuevamente con su lote. Como ves no me paro a lamerme las heridas, no soy de esos que viven lamentándose”, comentó.

Astado
Otros dos astados de la casa. © Pablo Ramos