EL DETALLE

Una barrera celestial


lunes 29 mayo, 2017

Una tarde cargada de sentimientos en Las Ventas. El minuto de silencio antes de romper el paseíllo ha sido escalofriante, y el brindis de Caballero a su padre realmente emotivo.

Una tarde cargada de sentimientos en Las Ventas. El minuto de silencio antes de romper el paseíllo ha sido escalofriante, y el brindis de Caballero a su padre realmente emotivo.
EMILIO TRIGO

El corazón
llora la ausencia de Víctor Barrio y más, en un día tan especial, como era su
treinta cumpleaños. Un cumpleaños que ha recibo el homenaje de sus compañeros y
de la afición Madrileña. El minuto de silencio antes de romper el paseíllo ha
sido realmente sincero, sentido, respetuoso, humilde, pasional, entrañable. Único, escalofriante.
Un mutismo que ha llegado al corazón y que ha erizado la piel de todos los
presentes. Madrid ha sentado cátedra y ha respondido como sólo Ella es capaz de
hacer. Una plaza que siempre se manifiesta de forma muy diversa pero que sabe
estar a la altura de las circunstancias y hoy, lo ha vuelto a demostrar. Hoy
Víctor te hemos sentido en Las Ventas, estabas allí con nosotros, porque nunca
te podremos olvidar. Tenemos en nuestra presencia archivados todos esos
recuerdos de momentos compartidos, fortunas de incalculable valor, que
mantendrán viva tu memoria.

El destino cruel
te arrancó de nuestro lado, pero que nos enseña a sobrellevar tu perdida. Adiós
es una dura palabra que Madrid no ha querido pronunciar y ha dictado mejor un
hasta luego torero. La vida continua y que mejor homenaje, que vivir de acorde
con los principios que nos dejaste «La tauromaquia hay que enseñarla más que
defenderla”. Dicen que el tiempo cura las heridas, pero eso no quita que sigan
doliendo.

Un dolor con el que convive
Gonzalo Caballero que recientemente perdía a su padre. Y es que la muerte de un padre
es uno de los momentos más dolorosos que un ser humano puede vivir. Gonzalo brindó
al cielo, en otro de los momentos más emotivos de la tarde. La afición de Madrid se sumó a ese brindis de
corazón, de un hijo a un padre y a buen seguro, que Víctor, también estaba
aplaudiendo ese sincero gesto. Seguramente
ambos estaban compartiendo la tarde desde una barrera celestial.