Quedan tan sólo 12 días para que Borja Jiménez asuma una cita histórica en el Coliseo de Nimes, en la que se encerrará con seis toros de Victorino Martín en el marco de la Feria de Pentecostés, en una cita que ya es uno de los grandes hitos de la temporada taurina. El joven diestro, además, confirmará alternativa en una plaza emblemática que ha sido testigo de gestas inolvidables en la historia reciente del toreo.
Este compromiso no llega aislado: Jiménez afrontará una agenda de vértigo durante junio, que refuerza su momento de plenitud profesional. El 5 de junio, solo cuatro días antes de su gesta en Francia, hará el paseíllo en Las Ventas para lidiar la corrida de Jandilla, compartiendo cartel con Sebastián Castella y José María Manzanares. Tres días después, el 8 de junio, participará en la prestigiosa Corrida de la Beneficencia, también en Madrid, acompañado por Morante de la Puebla y Fernando Adrián, en uno de los carteles más esperados de la primavera venteña. Y al día siguiente es la encerrona nimeña.
A todo ello se suma su presencia, ya confirmada, en otra fecha de peso: el 15 de junio, Borja volverá a Las Ventas para participar en la Corrida In Memoriam Victorino Martín, en la que se enfrentará a un encierro de la mítica ganadería de Victorino Martín, junto a Paco Ureña y Emilio de Justo, dos toreros de reconocido prestigio frente a este hierro.
La encerrona del día 9 le coloca en una lista selecta de toreros que han afrontado retos similares en Nimes. Figuras como José Tomás (2011), Castella, Juan Bautista, Javier Castaño con seis miuras, o Daniel Luque con seis toros de La Quinta, han escrito páginas memorables con seis toros en el Coliseo romano. Borja Jiménez buscará ahora su lugar en esa historia con una apuesta de gran calado y simbolismo.
Con este maratón de compromisos de máxima exigencia, Borja Jiménez confirma su madurez artística, su ambición y su disposición a asumir retos reservados solo a los grandes. Junio puede marcar un punto de inflexión definitivo en su trayectoria, con Nimes como epicentro de una temporada que, pase lo que pase, ya está dejando huella.