Al grito de ‘no pasarán, no pasarán’, unos jóvenes se situaban en el arco del casco histórico de Peñiscola (Castellón) esperando a las reses bravas que venían desde el final de la calle. Se trata de una suelta de vaquillas de madrugada a la que se le llama «no pasarán», de ahí los cánticos de unos jóvenes que pese a no tener delante a animales de gran tamaño sí sufrieron un buen susto.
Un vídeo que ha corrido como la pólvora por las redes, teniendo actualmente más de 280.000 visitas en dos días. 1.675 Retweets, 6.808 Me gusta, 320 Tweets citados y un sin fin de comentarios sobre un vídeo que se hizo viral en las últimas horas.
«¿Ven ustedes un atisbo de inteligencia en estos jóvenes? ¿Son ellos capaces de considerar el peligro que conlleva el esperar la acometida de un toro? Evidentemente el servicio público sanitario de los psicólogos debería estar al día y en auge», comentaba Elcaminante135
¿Ven ustedes un atisbo de inteligencia en estos jóvenes. Son ellos capaces de considerar el peligro que conlleva el esperar la acometida de un toro? Evidentemente el servicio público sanitario de los psicólogos deberían estar al día y en auge.
— «El caminante» (@elcaminante135) September 18, 2022
CollOsc1 arrojaba algo de luz sobre este tema haciendo el siguiente comentario: «Grifo, con todo el cariño… creo que has patinado. Eso es en Peñíscola. Y desde que tengo uso de razón a esa suelta de vaquillas de madrugada se le llama «no pasarán».
Grifo, con todo el cariño…creo que has patinado.
Eso es en Peñíscola. Y desde que tengo uso de razón a esa suelta de vaquillas de madrugada se le llama «no pasarán».
— Oscar R. Collell #ActivemosEspaña 🇪🇸 (@CollOsc1) September 18, 2022
Las vacas que hacen el encierro caminan cuesta arriba hacia el castillo, con la pendiente y el tapón de gente muchas veces ven frenado su ímpetu, pero esta vez, al parecer, y por los comentarios del vídeo, había poca gente bajo el arco, lo que hizo que la manada no se frenara y arroyase a los allí presentes. Este es un tipo de encierro que con otras variantes también se hace en otros pueblos, localidades y ciudades de nuestra piel de toro en el que el animal bravo es el Rey de las fiestas.