CAMPO BRAVO

El precio de un toro de Victorino: ¿Cuánto vale uno de los astados de la A Coronada?


miércoles 31 julio, 2024

El de Victorino es un hierro que ha conseguido crear una marca que va más allá de las corridas de toros

Victorino Martin
Un toro de Victorino Martín. © Plaza 1

Son muchas las ganaderías de bravo que luchan por meter la cabeza en las grandes ferias, muchos hierros que ven cómo el trabajo diario en el campo da unos grandes resultados en esos festejos menores donde tienen la oportunidad de lidiar sus ejemplares. Poco a poco van subiendo escalones, algo que hace que el aficionado empiece a interesarse y a pedir un hueco para testar si es el momento de dar el paso a esas plazas de mayor exigencia.

Este es el caso del hierro extremeño de Victorino Martín, una vacada nacida de una sangre que iba camino del matadero, esa que a base de selección y más selección consiguió convertirse en un referente para muchos compañeros. La búsqueda de la casta y la transmisión, el encontrar un toro exigente, pero agradecido eran las bases de la familia Martín. Les costó un mundo poder lidiar en la primera plaza del mundo, coso que acabaría rendido a una divisa que sigue manteniendo el rumbo marcado hace años.

Una ganadería que gracias a ese posicionamiento ha conseguido mantener su caché, siendo de las pocas casas ganaderas que llenaba una plaza con su simple presencia. Como en tantas y tantas ganaderías saber aquello que se embolsa su ganadero por festejo lidiado es muy complicado, todo varía en función de varios factores que hacen que se pague una cantidad u otra. Una vacada que en plazas como Madrid está entre las cinco divisas que mayor dinero percibe por corrida.

Si antes de la pandemia un toro podía costar unos 5.000 euros, ahora poner a un toro rematado para una plaza como Madrid no baja de los 6500 €/7000 €, elevando el precio de la corrida a los 50.000 €/55.000 €. En el caso de la vacada cacereña se queda cortó, llegando incluso a embolsarse una cantidad mucho mayor (incluso el doble) por cada corrida lidiada en la primera plaza del mundo. Es cierto que pese a al caché que pueda tener, hay ganaderías más apetecibles por parte de las figuras, esas que le supondrá un coste mayor a la empresa al tratarse de hierros de gran categoría.

Pero Victorino no es únicamente figura en los festejos de muerte, sino que también goza de un alto caché en las calles. Es una divisa que no le da la espalda al festejo popular vendiendo un buen ramillete de animales cada año. Según pudimos leer en su día en el diario Las Provincias, “un empresario quería que en su pueblo se exhibiera un Victorino, pagando este 18.000 euros por un imponente astado que recorrió las calles atestadas de aficionados” expuso en dicho medio el periodista Luis Agudo. Por lo tanto, se trata de un hierro que ha alcanzado una posición idílica dentro del mercado del toro bravo.