JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Tras un año 2018 en el que destacó con la corrida de Cuadri en Valencia y cortó una oreja a la corrida de Victorino entre los suyos, Varea vuelve a estar acartelado entre figuras en la feria de la Magdalena de Castellón y narra el momento que atraviesa.
Enhorabuena, es algo que te has ido buscando estos años, que te has ido cuajando en tus compromisos y te lo has ganado.
Estoy contento e ilusionado, creo que es un cartel muy bonito para mi tierra, para iniciar la temporada y dar un buen golpe de atención ya que las cosas no están fáciles y se está toreando poco. Dar un golpe en la mesa vendría como anillo al dedo.
¿Cómo llevas el invierno y qué experiencia te quedas con tu nuevo apoderado, Jorge Manrique?
Me encuentro muy a gusto, vive el toreo con una pasión increíble y con una gran sensibilidad. El que ha sido profesional sabe subirte la moral en los momentos de bajón y ponerte los pies en el suelo en los momentos de euforia. Ha sido una buena elección, hemos hecho ya algún que otro tentadero e intento torear los toros que se puedan para llegar al día 31 lo más familiarizado posible con el macho.
Estar al lado de un matador supongo que dará una gran tranquilidad a un torero joven.
Sí, que te traslade sus experiencias es una gran tranquilidad y es fundamental. Eso ha sido un acierto y estoy muy a gusto con él.
La oreja a la corrida de Victorino el año pasado ha tenido su premio, ¿Cómo recuerdas aquella tarde?
A toro pasado, uno se queda con los defectos, lo que faltó y lo que sobró. Quiero acordarme también de la parte positiva, puesto que toreé un toro de Victorino por la izquierda como yo quiero expresarme. Seguimos evolucionando y queriendo crecer.
Es de loa que cuatro toreros de la tierra estén en casa.
Sí, es algo que pocas veces ha pasado y ahora mismo somos los toreros que estamos en activo en Castellón. Eso quiere decir que hay cantera, hay futuro y hay relevo. Ellos inician el primer toro de la Magdalena y si Dios quiere otro torero de la tierra como yo la cerrará.