JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Fue el
primer indulto registrado en La Misericordia de Zaragoza y, desde aquel día, en
la mente del aficionado tan sólo ronda el recuerdo de una embestida noble, a
más y humilladísima de «Quejoso”, un grandioso ejemplar de Los Maños indultado
por Varea. 365 días después, hablan para CULTORO sobre aquel momento.
José
Luis Marcuello, ganadero de Los Maños: «Fue un momento de felicidad contenida, de
ver cómo embestía el novillo en el caballo y cómo se comía la muleta de Varea. Aquel
día fue algo importantísimo. Llevábamos luchando mucho tiempo por entrar en una
plaza de primera como Zaragoza, lo conseguimos y además indultamos. Para el
encaste ha sido bueno, porque parece que no embestían los cárdenos y mira por
dónde. Además, Zaragoza no tenía buena experiencia del encaste Santa Coloma,
porque un toro dio una cornada muy fuerte allí y eran reacios a volver a ver
toros de esta conformación. La suerte fue que volvimos nosotros”.
Aquella tarde en
La Misericordia significó la revolución novilleril que estaba esperando el
2014: Varea dio un golpe sobre la mesa acerca de la rotundidad de la cantera en
el epílogo de campaña.«Zaragoza
me lo ha dado todo. Fue un broche de oro de una temporada que iba subiendo
escalones, de tarde en tarde, de triunfo en triunfo, y fue la clave para estar
en las grandes plazas. Mi temporada se la debo a ese novillo, «Quejoso”.
Fue una tarde que la recuerdo con mucho cariño, y cada vez que me acuerdo de
ella se me viene una sonrisa a la cara”.
José
Luis Marcuello: «El futuro del novillo ha sido ser padre. Ya ha cubierto vacas y el año
que viene tendrá sus primeros productos, por lo que habrá que esperar. Las
curas fueron intensas y, sobre todo, de nunca dejarlo solo tras la novillada.
Se operó en la misma plaza de toros y, aunque le costó curarse porque los
puyazos fueron hondos, finalmente se ha recuperado satisfactoriamente”.
Sobre alguna anécdota del animal en el campo, el ganadero señala que «ha sido
un toro noble en el campo. Siempre que le echabas de comer, lo tenías al lado.
Sólo una vez embistió al tractor y le arrancó la rueda. Ha sido el único
problema que hemos tenido con él en el campo”.
Por su parte, Varea añade sobre el final de
campaña que «como torero estoy contento y orgulloso de haber estado en los escenarios
que he estado, en las grandes plazas; personalmente siempre uno tiene sus
baches en su vida personal y ahora estoy levantando cabeza y mirando a final de
temporada, que pinta muy bonita”, señala el
levantino para CULTORO. Además, señala que «sigo siendo el mismo,
con otro carisma, con otra forma de cara al público, pero el mismo. Antes se me
veía tristón, y uno refleja en la plaza perfectamente como está. Esta
temporada, he reflejado en el ruedo mi momento personal. Somos artistas, esto
es un escenario en el que la gente paga su entrada y hay que estar bien de cara
al público, por tanto ya estoy con ganas para acabar la temporada”.
El
pasado, el presente y el futuro lo tienen claro en Los Maños: «Hemos lidiado en plazas como San Adrián, Aldeanueva del Ebro, Andorra
de Teruel, tres toros en el desafío ganadero de la Feria del Ángel en la
capital turolense, en Albalate del Arzobispo o en Cella. Para el año que viene
no tenemos una camada muy extensa: sólo hay listas unas tres novilladas con
caballos y algún toro aislado que lidiaremos. Pero nuestro camino es ir poco a
poco hasta conseguir el sueño”.