ILUSTRACIÓN: JUAN IRANZO
Varea es
diferente. En la plaza y en la calle. Una decisión en los despachos ha sacado a
la luz todo lo que el novillero levantino llevaba dentro, y eso era verdad. La
verdad de sentirse libre siendo el dueño de su carrera y la verdad de ser dueño
de sus propias decisiones. Le plantearon una campaña 2016 con alternativa en
Castellón y presencia en las principales Ferias, pero no se sentía a gusto
doctorándose en el inicio de temporada, por lo que ha decidido negarse a ello
rompiendo así con su hasta ahora apoderado Santiago López. Ahora, dentro de la
sección «La Cantera” de CULTORO, desgrana todo su año.
«Principalmente
quiero agradecerle el que haya puesto en mí su confianza desde el minuto cero.
Desde la segunda novillada ha estado a mi lado, todo lo que tengo, en parte, es
gracias a él y le estoy muy agradecido. Pero las cosas cambian, se hacen para
bien y yo necesitaba un cambio de aires. La verdad es que no sé mentir, no sé
hacerlo de otra manera. He hecho lo que sentía y como lo sentía. Siempre
intento hacer lo que me gusta y tenía eso dentro”, señala sobre la ruptura de apoderamiento con Santiago López.
Sobre los
problemas que han previsto la decisión, comenta que «me gustaría tomar la alternativa
el año que viene, pero no me la planteaba desde el inicio como matador tomando
la alternativa en Castellón. Me hacía ilusión, por mi momento personal, ir a
Madrid porque es un sueño que siempre he tenido. Ahora todo se irá viendo poco
a poco y después de ir a Madrid se decidirá”.
La
trayectoria que Varea ha llevado a cabo hasta el día de hoy ha sido de ofrecer
una imagen de novillería fresca también en Levante…y de ese punto de pellizco
que vuelve loco al tendido. «Ha sido una temporada de altibajos. Hubo un
principio muy bueno y, a mitad de temporada, todo fue a menos. Luego tuve un
pequeño lapsus y pude remontar en el final de la campaña con un indulto en
Guadarrama y esa oreja en Zaragoza, dejando un buen sabor de boca de cara al
invierno”.
Tras el
indulto del novillo «Quejoso”, de Los Maños, en 2014, volvió a reiterar esta
temporada en La Misericordia su gran toreo frente a un animal del mismo hierro.«Me
sentí muy a gusto esa tarde y percibí un cambio. Veo que el año que viene es el
momento de dar el salto, pero esa es otra liga: estar en el escalafón superior
son palabras mayores”.
Quiere
presentarse en Las Ventas de novillero en 2016. «Ir a Madrid y triunfar es muy
complicado, pero la intención es esa. Esa satisfacción personal de ir a esa
plaza tiene que ser increíble”, asegura. Sobre su día a día, añade para
CULTORO que «esto no para. Acaba la temporada y ya mismo está aquí la siguiente. Es
poco tiempo el que hay para prepararse. La semana de Navidad intentaremos estar
en familia y desconectar un poco, pero siempre con la mente puesta en el
arranque de temporada”.