En la provincia de Salamanca, en pleno Campo Charro, se encuentran las vacadas, ahora separadas, de Garcigrande y Domingo Hernández, ambas propiedad de la misma familia. Junto a ellas pasta otra divisa con personalidad propia, pero fuera de ese encaste Domecq que nutre a las divisas antes citadas. Se trata del sueño ganadero de un joven pero gran aficionado que no dudó ni un segundo en formar su vacada con animales de dos ramas históricas de su tierra: Domingo Pérez Hernández.
“Siempre había tenido ilusión de comprar ganado de Vega Villar, me surgió la oportunidad y lo he hecho. Se puede decir que es un sueño cumplido”, señalaba a este medio «Dody». Se trata de una ganadería, con una historia muy particular detrás que nos retrotrae hasta 1924, fecha de su creación. Un proyecto ganadero que es llevado de forma independiente respecto aquella que se anuncia a nombre de Domingo Hernández, propiedad de su madre.

“Me encargo de la gestión del hierro de mi madre. También estoy al cargo de la selección, la preparación de los animales de saca y del trato con las empresas y veedores” nos explicaba un ganadero al que no le dio vértigo enfrascarse en proyecto que comenzó desde cero. “Para comenzarlo, me hice con el hierro de mis tíos -Vega de Algodor-. Tenía la posibilidad de meter el ganado de mi madre, pero quería formar una ganadería con otra sangre”, explicaba a este medio.
Sobre la ganadería que actualmente gestiona habló sin pelos en la lengua: “Tengo claro que quiero ir construyendo una ganadería con buenos cimientos, empezar desde cero y dar pasos siempre en firme”. Pese a ello apostó decididamente por un tipo de toro con grandes particularidades, un animal con grandes virtudes que por aportaron las figuras en los años 50 y 60. Lamentablemente con la llegada de la báscula, éste fue perdiendo protagonismo hasta quedar orillado.
Se trata de una divisa con dos sangres bien diferenciadas que este joven, pero conocedor ganadero lleva por separado. “De Vega Villar le compré 80 vacas a Paco Galache, tengo otras 10 de Barcial, 30 de Valrubio; luego, de Santa Soloma, 30 de Pilar Población (Julio Pérez tabernero) y 20 de José Juan Pérez Tabernero. Lo lidiaré junto, pero una cosa será Santa Coloma y otra Vega Villar” nos explicaba. Las líneas de Vega-Villar y Santa Coloma, aunque dentro del mismo hierro, las lleva por separado.

Respecto a los machos, Domingo tiene un amplio número de reproductores destinados a la cubrición de las hembras que hay en ‘Juarros’, finca que linda con ‘Garcigrande’: «Actualmente tenemos en casa cuatro sementales de Valrubio, uno de Paco Galache, uno de Coquilla y dos de Graciliano. Creo que es un número idóneo para el total de hembras que pastan en casa. No todos los sementales cubren el mismo número de hembras».
Como hemos citado, pese a tener dos líneas definidas como son Vega Villar y Santa Coloma, todo se lidiará bajo el mismo hierro y a nombre de Vega de Algodor. Por el momento, Dody se lo toma con calma, no quiere correr en exceso: «No tenemos novillada para este año pero sí algunos añojos para lidiar a partir del año próximo en festejos sin caballos ya como erales. Los dejaré casi todos para utreros y toros”. Pese a tener objetivos ambiciosos, no se marca plazos para ello, prefiriendo vivir el momento e ir poco a poco construyendo un proyecto ganadero que tenga un largo recorrido.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS






























