Extremadura y concretamente la provincia de Badajoz es una de las zonas ganaderas por antonomasia, un lugar donde el toro bravo lleva asentado desde hace varios lustros, ganando esta protagonismo respecto a otras de nuestra piel de toro. Este número tan alto de vacadas ayudó a la proliferación de toreros salidos de distintas escuelas taurinas, esos que hoy en día marcan el paso en el escalafón superior, teniendo estos sus propios hierros afincados en la zona que les vio nacer.
Divisas que con el paso de los años se acabaron asentando en las ferias, ya fuese con la lidia de festejos mayores o de corridas de toros. Pero en esta provincia también se abren paso proyectos algo más modestos, fincas de menor extensión que han sabido adecuarse a sus posibilidades levantando instalaciones y dividiendo en cercados todo su perímetro. Un lugar ideal para la cría caballar, pero que también da opciones de introducir una pequeña punta de ganado.
Una explotación ganadera de unas 45 hectáreas por dos millones de euros
Ahí, en pleno corazón de Extremadura se encuentra otra de las fincas que está puesta a la venta en portales especializados. Una explotación ganadera de unas 45 hectáreas, las cuales están perfectamente acondicionada para el toro bravo, teniendo varias cercas donde poder dar cabida a los animales. Según podemos ver en dicho anuncio, la finca tiene un precio de salida de 2.000.000 €, teniendo esta, amén de su extensión, más de 15 boxes para caballos, una casa con un patio de 400 m², corrales, plaza de tientas… todo lo necesario para la cría de ganado bravo pese a no tener una extensión superior a las 50 hectáreas, algo que evita un número amplio de cabezas de ganado en ésta.
Ésta cuenta también con un cortijo que consta de cuatro dormitorios grandes con armarios empotrados, tres baños completos, uno con bañera hidromasaje, una bodega, cocina abierta al salón, terraza cubierta y acristalada, terraza exterior con piscina de agua salada y un patio andaluz. Un atractivo extra es el bar recreo con chimenea y barbacoa independiente de la vivienda para disfrutar de grandes celebraciones y fiestas.
Por lo tanto, un lugar ideal para el asentamiento de un proyecto familiar donde el toro y el caballo se erigen como guardianes de un entorno que protegen como su presencia. Sin lugar a dudas, la cría de estos animales son un ejemplo de gestión para la conservación del medio ambiente, ya que gracias a este animal se cuida el entorno natural de su hábitat, evitando la tala indiscriminada de árboles en la dehesa, favoreciendo la biodiversidad de la flora y la fauna autóctonas.