CAMPO BRAVO

8,5 millones por otra espectacular finca de toros bravos se vende en Sierra Morena: tiene río, pantano, plaza de tientas y 1500 hectáreas


lunes 8 enero, 2024

La finca jiennense donde se ubicaba la conocida ganadería de Giménez Indarte está a la venta en un portal especializado.

Toros
Toros bravos de El Trapío en imagen de archivo. © AyS

Hace ya casi dos lustros que los machos y las hembras con el hierro de Giménez Indarte no corretean por los cercados de la finca Navarredonda en la localidad jiennense de Baños de la Encina, una de las zonas ganaderas más importantes de la provincia de Jaén, una tierra donde se asentaron infinidad de criadores de bravo que dieron fuste a una zona eminentemente agrícola y ganadera, pero también minera. Aquí, desde 1927 y durante más de 85 años, la familia Giménez apostó por el toro bravo como forma de vida, ese que con los años les dio enormes satisfacciones dentro de un mundo cargado de sinsabores.

Una finca que albergó durante muchos años a un gran número de cabezas de ganado dentro de sus más de 1500 hectáreas, y decimos que albergó porque en 2015 prácticamente todas las reses fueron vendidas al aficionado madrileño Raúl Tenorio, quedándose la finca vacía de esos animales que siempre le habían dado cobijo. Una adquisición que se llevó a cabo tras poner en venta la propia familia Giménez, su finca de Baños de la Encina y todo el ganado que allí habitaba.

El ganado permaneció durante un tiempo en la finca Navarredonda en Baños de la Encina (Jaén), a la espera de pasar el pertinente reconocimiento sanitario para poder viajar a su nuevo destino, concretamente hasta la finca ‘Navarredonda de los Llanillos’ en los pagos madrileños de Villarejo de Salvanés, adquiriendo también su actual propietario los derechos de hierro, divisa y antigüedad de Giménez Indarte. Como dato a tener en cuanta, Raúl Tenorio mantuvo la primera parte del nombre original de la finca como símbolo de respeto hacia el lugar donde habían pastado las reses durante 88 años.

Una de las dos patas del banco era vendida a la espera de encontrar un comprador para la finca, algo que tras más de 10 años todavía no se ha llevado a cabo, existiendo algunos interesados en alquilarla.

Esta explotación es totalmente ganadera, con gran abundancia de agua, limitando con un gran pantano y río. De sus 1500 hectáreas de extensión, unas 300 has son prácticamente llanas donde están los suelos con mejor capacidad agrícola, constando esta de muy buenos pastos, siendo principalmente ganadera y muy apta para ganado bovino y porcino. La finca cuenta con varios sondeos, y balsa para el almacenaje de agua, contando también dentro de las instalaciones con varias cuadras para caballos, plaza de tientas y corrales de manejo del ganado bravo, como bien se hace constar en la web Fincas y Dehesas.

Giménez Indarte, un hierro casi centenario que abandonó la provincia de Jaén para asentarse en en los pagos madrileños de Villarejo de Salvanés

Novillo
Novillo de Giménez Indarte.

Una vacada fundada por D. Bernardino Giménez en 1927, cuando adquirió la ganadería de Jijona con cruce de Veragua a la viuda de D. Damián Gil Flores lidiando por vez primera en Madrid, en la desaparecida plaza de la Carretera de Aragón el 15 de agosto de 1932. En 1941 y tras deshacerse de lo que quedaba de Jijona-Veragua, se adquiere al Marqués de Villamarta un lote de vacas y dos sementales formando una nueva ganadería, por sangre y por hierro, ya que varió a un triángulo invertido con una cruz en lo alto. Probablemente satisfecho, en 1948 aumentó con otro lote de eralas y dos sementales más esta, vez de D. Clemente Tassara de la misma procedencia “Villamarta”.

Tras el fallecimiento de D. Bernardino en 1958, la ganadería lidió a nombre de “Hijos de don Bernardino Giménez Indarte” dividiéndose en tres, siendo nuestra partida la llamada “Gimenez Indarte” y su responsable D. Gerardo Giménez Mena. Ya en 1970 se adquirió un nuevo lote de vacas y un semental al salmantino D. Manuel Arranz Sánchez, el cual había renovado su ganadería con reses de procedencia Graciliano Pérez-Tabernero, Antonio Pérez-Tabernero, María Montalvo y Conde de la Corte. Por último, en 1987 una nueva línea de sangre procedente del Marqués de Domecq y Salvador Domecq forman la mayoritaria camada dirigida desde 1992 por D. Gerardo Giménez Ortega y D. Enrique Gimenez Ortega, los cuales la vendieron a su actual propietario en 2015.