ENTREVISTA

Ventura: “Cortar el rabo que no se me dio en Madrid no me obsesiona: me obsesiona poder repetir esa actuación”


sábado 20 mayo, 2017

Ventura vuelve a Madrid y va a por el rabo. A por el que le quitó el palco hace un año después de enseñarle el caramelo, sí. A por el fantasma que sacó el tercer moquero... lo explica en la entrevista

Ventura vuelve a Madrid y va a por el rabo. A por el que le quitó el palco hace un año después de enseñarle el caramelo, sí. A por el fantasma que sacó el tercer moquero... lo explica en la entrevista

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / Fotogalería:
Luis Sánchez-Olmedo

Ventura vuelve a
Madrid y va a por el rabo. A por el que le quitó el palco después de enseñarle
el caramelo, sí. A por el fantasma que sacó el tercer moquero hace un año en la
que es primera plaza del mundo pero que el alguacil no llevó en sus manos para
entregárselo al cigarrero. Le afectó en lo moral, no en lo contractual porque
ser primera figura del rejoneo y mandar en el escalafón a caballo es el trono
que ocupa Diego. Una temporada de relumbrón sembrada por el triunfo rotundo de
Madrid en 2016 marcó un antes y un después en su carrera. Ahora, con esa
pretensión vuelve a San Isidro tras el enamoramiento maestrante junto a su jaco
«Sueño», que precedieron a las imparables citas en las que está
sumiendo al mayo taurómaco.

Diego Ventura es, hoy por hoy, el enemigo a batir en las
grandes ferias de principio de temporada. Ventura torea casi donde y cuando
quiere y es sin duda el amo de Sevilla, con más de una decena de puertas del
Príncipe que avalan una trayectoria que vive hoy su mejor momento. De la
heterodoxia al clasicismo en décimas de segundo, Ventura tiene tanta capacidad
y armonía con su cuadra que es capaz de sorprender con la suerte más increíble
mientras cose un animal al estribo con el temple infinito que siempre busca
sobre el caballo. Es el creador de suertes fantásticas porque siempre ha sido
osado para innovar y tomar la delantera en la exploración de nuevas suertes. A
todo ello hay que unirle una de las mejores cuadras de la historia, con
caballos tan acoplados a su jinete que no necesitan sino expresar en la cara
del toro. Todos recordamos nombres clave en su cuadra, como Milagro, Morante o
Chocolate, pero sobre todo disfrutamos con caballos como Nazarí, Roneo, Remate
o, sobre todo, el espectacular Sueño.

De eso, de sus declaraciones sobre Bohórquez tras
Sevilla, de la situación del rejoneo actual, del veto que mantiene su nombre en
algunas plazas del norte y de su rivalidad con Pablo que el aficionado se está
perdiendo.

¿Qué pasa por la
mente de una máxima figura del rejoneo antes de enfrentarse a la primera plaza
del mundo?

Ahora mismo estoy ilusionado, con muchísimas ganas. A parte
de encontrarme bien físicamente, la cuadra está en un momento extraordinario,
una cuadra muy amplia con caballos consagrados y jóvenes en un momento
increíble. Además, voy con dos carteles que me encantan y ojalá que el público
disfrute.

Has tenido un inicio
de campaña rompedor, en figurón del toreo, pero por la mala suerte en los
sorteos y las circunstancias en los ruedos no ha sido tan triunfal como en
otros años. Comenzaste dando un golpe en Castellón, en Valencia ya vimos cómo
se lesionaron los toros y no pudiste completar el triunfo, en Málaga sí dejaste
tu momento enclavado, en Toledo un aniversario para el recuerdo y la oreja de
Sevilla, a parte de la decena de festejos en los que la Casa Lozano te ha
anunciado en los meses de febrero, marzo y abril, ¿cómo calificarías este
inicio de temporada?

Ha sido bonito. Ha tenido cosas que me han hecho ilusionarme
mucho, pero el rejón de muerte no ha permitido en muchas ocasiones redondear el
triunfo, sobre todo la faena de Valencia que fue una faena en al que me sentí
muy torero y muy a gusto. Lo pinché en dos ocasiones y no pude salir a hombros.
En Málaga cuajó Sueño a un toro a la perfección, pero tampoco la rematé como
merecía. La tarde de Sevilla me hizo sentirme muy bien. El primero fue un toro
que se dejó, sin transmitir mucho pero se dejó, y Nazarí estuvo enorme, muy despacio
y muy templado. Cada pasada la disfrutaba muchísimo. El segundo toro no dio
muchas opciones. Se paró y si lo hubiera matado hubiese cortado alguna oreja,
pero no era la faena que buscaba. Estaba loco por sacar a Sueño en Sevilla,
pero no fructificó. Valencia, Málaga y Castellón fueron tardes importantes que
por culpa de la espada no se remataron.

Todos sabemos la
variabilidad del palco de Sevilla durante toda la feria, una variabilidad que
también afectó a una corrida de rejones en la que la ficha no reflejó ni mucho
menos lo que sí se vivió en el ruedo. Además, hiciste unas declaraciones no sólo
sobre el encierro sino con la forma en la que te impusieron matarlo.

Fueron unas declaraciones que algunas personas las encajaron
a la perfección y otras creyeron que había matado a alguien por lo que dije.
Solamente decir y repetir que la ganadería de Fermín es extraordinaria, de las
primeras y de las más importantes para el rejoneo en la actualidad. De toda la
vida nos ha dado muchísimos triunfos y yo le tengo que agradecer mucho. Sí es
verdad que desde hace unos años no he tenido la suerte de que me embistan los
toros en Sevilla. Dije que era una pena que en cuatro años, con el momento y la
cuadra que tienes, no te ayuden los toros. Eso te hace sentirte mal y defraudar
al público. Son ganaderías muy buenas, con mucha clase, pero en Sevilla llevo
cuatro años sin tener suerte. Unas personas lo entienden y otras no. En estos
momentos no me importa quien se ponga a mi contra: me importa estar bien,
cuajar los toros y hacer disfrutar a la gente, y desgraciadamente en Sevilla con
ese último toro no fue posible. Quedó todo dicho ese día y no tengo más que
decir, sino agradecer a todas las personas y a la casa Bohórquez, un hierro
extraordinario.

Más allá de la propia
polémica sobre el hierro de Bohórquez, creo que reivindicabas que si mandas en
el rejoneo actual, llegar a Sevilla –tu tierra-, y que te «impongan” matar un
hierro supongo que no es ni de tu agrado ni de la lógica sobre la posición que
ocupas en el escalafón a caballo.

Totalmente. En Sevilla tanto yo como a las figuras de a pie,
si decimos algo en un tono más alto de la cuenta ya somos malos. No es así.
Queremos lo mejor para el aficionado, como es lógico. Ir con las máximas
garantías en el cartel y en los toros. Estos dos últimos años en Sevilla ha
habido matices que no han sido de mi agrado y he tenido que «tragar” porque era
Sevilla, porque era mi público, porque la empresa me pedía el favor… pero los
favores se pueden hacer hasta un cierto punto. Cuando ya los favores te afectan
a tu carrera personal y a los triunfos del día a día, te sientes mal y es
cuando explotas. Como me ocurrió el otro día. Dije que ya estaba bien de ir
siempre con lo mismo.

Cambiando de tercio.
Dólar, Sueño, Nazarí… toda una retahíla de caballos que están destacando en este
inicio de campaña. Y un hecho que resaltabas este invierno y que querías
realizar más frecuentemente es torear con Dólar en ese par sin cabezada. Lo has
conseguido y el toreo ha visto cómo se pueden conseguir cosas diferentes y que
sorprendan aún más. Un reto más cumplido, ¿no?

Sí, la verdad que fue algo que venía dándole vueltas. Es una
suerte que existía hace muchos años pero no con la perfección que existe ahora.
Existía con el toro en el tercio y el rejoneador pasaba con mucha velocidad por
los adentros y dejaba el par. Esto es distinto. Esto que intento torear
despacio y de frente, igual que con la cabezada, pero sin ella. Bato al pitón
contrario, clavo en el estribo, paro donde yo quiero, hago los ejercicios de
doma que yo quiero. Es algo mucho más complicado que llevo muchísimos años
intentando y me ha costado la propia vida intentarlo. Ahora he tenido la
oportunidad de hacerlo con Dólar y estoy encantado por ello.

Anunciabas también
este invierno que te encantaría torear un toro en puntas como un reto más en tu
vida, ¿será esta campaña?

Nunca se sabe. No me lo he propuesto a que sea ya, pero sí
me encantaría hacerlo. Ojalá que alguna empresa me ofrezca algo bonito, en un
cartel con las figuras de a pie y en una plaza especial. Sería grande volver a
esas tradiciones antiguas. El rejoneo de hoy en día no es el de antes, ni es el
mismo hierro, pero intentaríamos acoplar lo de ahora y lo de aquella época para
poder torear un toro en puntas.

¿Cómo son los días
previos a Madrid? Supongo que ese rabo fantasma te habrá dado muchas vueltas a
la cabeza después de que el año pasado apareciesen los tres pañuelos en el
palco.

La verdad que aquello fue histórico. Como bien dices, el
presidente sacó los tres pañuelos y todos creíamos que había cortado el rabo.
Pero ahí quedó la cosa. Todos sabemos lo que ocurrió: no lo dio. Me hubiera
hecho el hombre más feliz de la tierra haber cortado un rabo en Madrid.
Desgraciadamente no fue así. Este año vamos con la ilusión ya no de cortar un
rabo, sino de repetir esa actuación y si es posible cortar ese rabo. Es la
finalidad de todos los que pisamos Madrid. Luego hace falta que las
circunstancias ayuden, que la corrida embista, que los caballos estén al nivel…
y eso son cosas tan difíciles de conseguir, que cuando lo consigues como el año
pasado y ves que se esfuma lo pasas mal.

Más allá de los
triunfos, que es tu deber, supongo que dará una inmensa tranquilidad una casa como
la de los Lozano a tu lado.

Así es. La verdad que te sientes especial. Te hablan de una
forma del toreo te llega de verdad. Son taurinos antiguos. Y hace falta ese
romanticismo en el toreo que se está perdiendo. Cuando escuchas hablar a don
Pablo o don José Luis, te hacen sentirte muy especial. Te hablan de toros de
una forma increíble. Llegas a Madrid con una ilusión y unas ganas tremendas.
Estar con ellos es de las cosas buenas que me han podido pasar en la vida.

¿En qué momento crees
que está el rejoneo? Sin hacer de típico tópico la pregunta, ¿qué crees que le
falta y qué crees que le sobra al rejoneo en la actualidad? Contractualmente,
en cuanto a ferias, y en cuanto al nivel cualitativo de los actores. También, y
me achaco a mí mismo el error, quizá el periodismo taurino no pasa por uno de
sus mejores momentos en cuanto al análisis del toreo a caballo se refiere.

A nivel general hay cosas que están ocurriendo muy malas
para la Fiesta. Luego hay otras cosas que han mejorado. En este momento la oportunidad
a rejoneadores jóvenes es de lo que más ha mejorado. Me acuerdo cuando yo
intentaba entrar en una feria importante en mis inicios y era prácticamente
imposible. No te dejaban entrar de ninguna de las maneras. Incluso cuando
debuté en Sevilla o en Madrid llevaba muchísimos años ya de rejoneador. No te
hacían hueco. Hoy enseguida a cualquier joven lo ponen en cualquier feria y le
dan oportunidades.

La parte negativa es que falta darle la importancia y el
respeto al rejoneo. Muchas veces hemos intentado, las figuras que hemos llegado
arriba, mantener ese respeto y esa importancia. No se debe olvidar que los
rejones son de lo que más gente lleva a la plaza. En Sevilla, por ejemplo, ha
sido de las entradas más rentables de la feria. Últimamente, por ejemplo,
también hay periodistas que no saben darle la importancia que realmente tiene.
Luego hay otros rejoneadores que no arriesgan ni se comprometen tanto, y a lo
mejor por matar bien cortan las orejas y luego en las crónicas vienen
explicados igual que otro rejoneador que se ha jugado la vida literalmente. Eso
es lo que a mí me encantaría: que los periodistas den importancia real a los
toreros a caballo que se pasan el toro cerca.

Me da pereza. Me
aburre preguntarte este último interrogante. Se acercan las ferias del norte.
No sé si ha habido conversaciones. Me consta que ha habido conversaciones para
que, en alguna plaza como Ciudad Real, os juntéis en un mismo cartel Pablo y
tú. El año pasado fue en Mérida. ¿cómo están las negociaciones?

La verdad que, como bien dices, da pereza ya hablar de lo
mismo. La prensa debería hablar de esto mucho más de lo que se habla. Llega a
un punto en el que es indignante que las dos máximas figuras del rejoneo no
compitan juntos a diario, sino una o dos tardes al año. Este año parece que
todo va por el mismo camino. Lo de Pamplona, por ejemplo, es un milagro si
ocurre. Será el milagro del siglo. La verdad que no tengo ninguna ilusión por
ir a Pamplona, no porque no quiera, que me encantaría, sino porque nunca va a
llegar esa llamada. He perdido mucho la ilusión por eso. Me da mucha rabia no
compartir carteles con Pablo juntos. Es algo bueno para la Fiesta y para el
aficionado, que paga una entrada carísima hoy día.