Hermosa faena fue la que realizó Víctor Hernández al tercero esta tarde en Madrid. Porque se palpó el riesgo y la emoción, y porque todo lo que hizo el torero fue con la intención de torear. Enormes los naturales, de uno en uno, extraídos a puro huevo pero sin alharacas, con el toro buscando por abajo en cuanto perdía el objeto. Toro importante, faena desnuda y sincera. Oreja de ley.
«Cuando uno está tieso, hay que entregarse así; pensaba, delante del toro, en las cosas que él agradecía y la forma de meterle mano por el lado izquierdo, que ha sido la clave de la faena», señaló el joven diestro al micrófono de David Jaramillo en Telemadrid.