El pasado sábado la plaza de toros de Osuna anunciaba un interesante cartel con tres espadas muy del gusto del aficionado, unos diestros que a las siete en punto de la tarde trenzaban el paseíllo ente una corrida del emblemático hierro de Victorino Martín. Una corrida de toros televisada en directo por Canal Sur, cadena que volvía a confiar en Enrique Romero, Francisco Ruiz Miguel y Noelia López como comunicadores de dicho festejo.
Rafaelillo, Antonio Ferrera y Curro Díaz tuvieron suerte dispar en un sorteo donde el premio gordo estaba en ‘Paquito’ un astado cárdeno marcado a fuego con el n.º 57, astado que desarrolló un comportamiento muy serio durante toda su lidia. Se trató de un ejemplar que saló al ruedo en quinto lugar, cayendo este en el lote de un Antonio Ferrera que lo cuajó tanto con la capa como con la muleta en una faena que para muchos quedará guardada en la memoria.
Una faena premiada con los máximos trofeos tras una petición de indulto que se quedó finalmente en una aclamada vuelta al ruedo para el gran animal de la casa Martín. Su ganadero, al contrario de aquello que suele pasar en la mayoría de las ocasiones puso coherencia y sentido común a una petición de indulto, legítima por parte de la afición y el torero, pero que no compartía el ganadero, ese que valoró a la perfección a un animal que murió peleando por su vida.
“Es un toro que no sirve para echar a las vacas, le falta cara le falta trapío hay que ser hay que también saber que cuando se inundan toro es para echarlo a las vacas es mucho peor que ese toro muera en la oscuridad de los corrales entonces enhorabuena al torero a esta sensacional el tono me ha encantado, pero no me valía para echar a la vaca no tiene cara” comentaba Victorino Martín a los micrófonos de Canal Sur.
Se trató de un toro importante, un animal que tuvo grandes virtudes, pero que, a juicio de su criador, no debía ser indultado al no tener a cara suficiente para padrear en su casa. Una faena llena de magia e inspiración por parte de un diestro que sintió las embestidas del bravo animal en las yemas de sus dedos. “Ha sido un animal especial, un toro que ha tenido las virtudes de una casa con la que me siento muy vinculado. El toro me ha dejado expresar lo que llevaba dentro, más si cabe estando presente un Maestro como Francisco Ruiz Miguel, referente para muchos y torero que nos abrió el camino a aquellos que seguimos su estela” explicaba Antonio Ferrera.
Así narramos la faena de Antonio Ferrera al toro de Victorino el pasado sábado en Osuna:
Tuvo una gran condición el animal jugado en quinto lugar, un astado que todo lo quiso hacer por abajo, posibilitando así el toreo roto de un Ferrera que acarició la embestida de un astado que se ralentizó a zurdas. El de Victorino ya había peleado con bravura en el jaco previo a un gran tercio de banderillas de Ángel Otero. Ferrera anduvo inteligente delante de la cara de un astado que también mostró sus virtudes a derechas pese a faltarle un punto de humillación.
Volvería a zurdas para cuajar naturales hondos y largos, muletazos donde toreó con las yemas al gran ejemplar de Victorino. Se gustó en los pases de pecho, también en los de trincheras dentro de una labor de gran inspiración. Con la plaza pidiendo el indulto se echó la muleta a la derecha para torear sin ayuda. Pese a la insistencia del espada el presidente no concedió el indulto de un astado con virtudes. Tras dejar una estocada casi entera paseó las dos orejas y rabo de un animal premiado con la vuelta al ruedo.